Parece que la mancha, la escondida o la rayuela en el patio de la escuela son mucho más que simples juegos de niños entre clase y clase. Es que, según diversas investigaciones, las actividades realizadas durante los tan esperados recreos escolares ayudan al desarrollo social, emocional, cognitivo y físico de los más chicos.
“El recreo no sólo le da a los niños el descanso que se merecen, sino que también ayuda a los estudiantes en cuestiones de atención, comportamiento y desarrollo de relaciones con los pares, adultos y maestros”, sintetizó Reg Weaver, presidente de la National Education Association de los Estados Unidos.
Weaver no está solo. En una reciente encuesta, el 76% de los 3.600 miembros de la Asociación norteamericana de Padres y Maestros señaló que está de acuerdo con que el recreo ayuda a que a los niños les vaya mejor en la escuela, y que tener uno en el día los ayuda a concentrarse.
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