Un ávido vendedor de Internet, cuya identidad se desconoce, puso de remate, con una base de 25 mil dólares, la famosa rural Mercedes Benz que cubrió a Diego Armando Maradona cuando en febrero de 1994 le disparó a un grupo de periodistas.
Con el afán de dar cuenta que el producto es original, aquel que protagonizó las fotos del ídolo con un rifle de aire comprimido en la puerta de su quinta de Moreno, el mercader ofreció una serie de datos acerca del vehículo.
Según "rematemaradona", nombre ficticio del comerciante, el auto es un modelo 300 TE –24 fabricado en 1991 con tapizado de cuero de napa gris perla. Además, se aclara que el "diez" inscribió el rodado a su nombre el 21 de enero de 1992 y que, llamativamente, acusa tan sólo 145 kms de uso.
También detalla que el motor es un Mercedes Benz "Tipo 104 con 6 cilindros, 24 válvulas, 245 hp, caja automática de 5 velocidades, velocidad final 246 km/h, control de tracción (ASR) y diferencial antideslizante y autoblocante."
Finalmente, se describe que los asientos delanteros son eléctricos, que poseen "calienta asientos", que cuenta con un techo corredizo eléctrico, una computadora de abordo con 72 funciones, volante con regulación eléctrica, doble Air Bag, antena eléctrica, reproductor de CD, herramientas y botiquín.
La oferta no recibió muchas preguntas aunque el remate ya está finalizado. Lo que sí se sabe es que el remate despertó la indignación de algunos compradores por internet. "¿Ese valor no es el real del auto. Simplemente porque lo uso la persona si se lo puede llamar así a Maradona crees que le podes agregar 8000 dólares de valor?", comentó un visitante irritado.
Según el libro Vivir en los medios, del periodista Leandro Zanoni, "a la hora de la siesta, el miércoles 2 de febrero de 1994 el sol rajaba la tierra en Moreno. Las noticias en la televisión iban y venían sin información relevante. Las tapas de los diarios informaban que Maradona había desaparecido de los entrenamientos de Newell´s y no se había presentado a jugar un amistoso en Mar del Plata".
"El ídolo se recluyó en su quinta de Moreno y no quiso atender a la prensa. Al mediodía, recién levantado, con la cara hinchada y de mal humor, a gritos pidió que se fuera la docena de cronistas y fotógrafos instalados en la puerta del chalet (...) "empuñó un rifle de aire comprimido, se paró detrás de su auto bordó, apuntó a la puerta y disparó no menos de 20 balines", relata Zanoni en su libro.