El Riachuelo lleva más de un siglo de polución y muchos años de promesas: desde María Julia Alsogaray a Homero Bibiloni, todos los secretarios de Medio Ambiente prometieron limpiarlo, pero sus aguas continúan en el ranking de las más contaminadas del mundo.
En 1993, la polémica María Julia presentó un proyecto de saneamiento y prometió que en mil días iba a poder nadar en el Riachuelo. La funcionaria llegó a pedir un crédito al BID por 250 millones de dólares, que en su gran mayoría terminaron en manos de consultoras.
El 8 de julio de 2008, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó resolver "de modo definitivo" el problema del curso de agua, y puso al Juzgado Federal de Quilmes, a cargo del juez Luis Armella, como responsable de la causa judicial. La Corte también comprobó que la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) -creada por ley en 2006-, pasó dos años sin hacer nada.
Romina Picolotti llegó a presentar un proyecto de limpieza del Riachuelo en 365 días que, por supuesto, no se cumplió. Las multas comenzaron a acecharla hasta que la funcionaria renunció a fines de 2008.
Su reemplazante fue Homero Bibiloni, hombre platense que, casualmente, había representado a los municipios bonaerenses linderos con el Riachuelo en una causa para desvincularlos de las responsabiilidades de limpieza. El pasado 1 de septiembre, el juez Armella lo sancionó con una multa diaria de 4.000 pesos por cada día en el que no cumpliera con la orden judicial de saneamiento.
Finalmente, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner echó a Bibiloni y en su lugar nombró a Juan José Mussi, intendente del partido bonaerense de Berazategui. "La cuenca Matanza-Riachuelo va a ser una de las prioridades de mi gestión", anunció después de asumir.
"Conozco del tema y me voy a rodear de técnicos en la materia para que me ayuden a gestionar mejor", agregó Mussi, luego de reconocer que la Secretaría de Medio Ambiente "no es una cartera fácil".