SOCIEDAD
el derrotero de un viejo ladron

Robaba bancos en Suiza y lo detienen por narco en Varela

Omar Barrios estuvo preso en el penal de Champ-Dollon, una de las cárceles más lujosas. Ahora está alojado en una Comisaría del Conurbano.

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La prisión de Champ-Dollon de Ginebra, en el sur de Suiza, es considerada una de las diez más lujosas del mundo. Los calabozos del sector universitario, por ejemplo, cuentan con televisores de última generación, una mesa redonda y un enorme ventanal con cortinas black out. Hasta 2011 su fama era otra: los problemas de superpoblación y hacinamiento provocaron fuertes críticas a nivel internacional, obligando a las autoridades a modernizar el penal y mejorar las condiciones de alojamiento. Omar Abel Barrios (49), un viejo ladrón de bancos argentino, estuvo preso allí cuando no era la cárcel modelo que es en la actualidad.
Barrios, alias “El Japo” o “Japonés”, ingresó al penal  suizo en 1996. Dos años después fue expulsado y deportado a su país de origen. Según fuentes policiales consultadas por PERFIL, había viajado a Europa en ocasión de un evento deportivo multitudinario.
“Robaba aprovechando épocas de mundiales o acontecimientos deportivos; estuvo dando vueltas por diferentes países europeos hasta que fue detenido en Suiza”, cuenta a este diario un jefe policial que participó de su última detención, ahora como presunto líder de una organización narco que operaba en la zona sur del conurbano bonaerense.
“El Japo” es considerado un delincuente de “extrema peligrosidad”. Sin embargo, hasta 1999 no había estado detenido en un penal de Argentina. La primera vez fue  por un robo calificado en la ciudad de La Plata. Pasó del calabozo de Champ-Dollon a la oscura y húmeda celda de la Unidad Penitenciaria Nº 9 de La Plata, una antigua cárcel construida en 1960. Como no contaba con antecedentes a nivel local recuperó su libertad al año siguiente. No tardó en volver a caer.
Según fuentes judiciales, Barrios fue detenido nuevamente en el año 2001 acusado por un homicidio en ocasión de robo. En el juicio posterior se acreditó su participación en la salidera a una financiera que terminó con un saldo trágico. Lo condenaron a diez años de prisión.
Así Barrios conoció otro penal: la Unidad Penitenciaria Nº 35 de Magdalena, un penal de régimen semiabierto. De allí salió con libertad condicional en 2007 y regresó a su ciudad natal: Florencio Varela.

De Ginebra a Florencio Varela. Los voceros consultados dijeron que siguió ligado con el mundo del delito. Pero de robar bancos en Suiza y Europa pasó a liderar una organización narcocriminal, que operaba en la zona sur del conurbano bonaerense. En 2008 comenzaron a investigarlo. Pero fue recién en junio de 2014 cuando el juez de Garantías de Florencio Varela, Diego Carlos Agüero, ordenó su captura nacional. No fue sencillo detenerlo.
“Lo estábamos buscando desde hace más de un año”, reconoce a PERFIL un vocero vinculado a la investigación. “Realizamos una decena de allanamientos, pero siempre lograba lograba darse a la fuga. Cuando parecía que estábamos cerca de atraparlo, llegábamos al domicilio y no lo encontrábamos. Lo que sospechamos es que contaba con algún informante que le adelantaba los operativos”, explica a este diario la misma fuente. ¿Cómo consiguieron detenerlo? “En base a tareas de inteligencia. Así descubrimos que estaba oculto en una casa que no era suya”, responde el jefe policial.
Finalmente, “El Japo” fue detenido el martes 7 de julio pasado acusado por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, en un operativo realizado por la Dirección de Drogas Ilícitas de Quilmes, a cargo del comisario Daniel Rabey. En los últimos veinte años pasó nueve alojado en distintas cárceles. Desde hace un mes duerme en un calabozo de la Comisaría 3ª de Florencio Varela, una auténtica antítesis de la lujosa prisión de Champ-Dollon de Ginebra.