Se acerca a la puerta de rejas y se disculpa. " Recién volví de hacer la denuncia". Alguien le aconsejó que de esa manera se cubría de recibir una potencial demanda por parte de su padre. "Es que no pude hacerlo antes porque era menor", aclara y cuenta que su raid por los medios, luego de que Semanario diera a conocer su historia, la tiene exhausta.
Roxana Mandel invita a Perfil.com a pasar. La casa de sus suegros –los padres de Cristian, su novio- es sencilla y acogedora. En uno de los sillones negros del living se sienta y comienza a contar, una vez más, su historia. Pero esta vez empieza desde el final. Su paso por la comisaría fue más largo de lo que ella hubiese querido. Allí, por primera vez tuvo que contar esos detalles que muy pocos saben. "Fue fuerte. Uno se va armando una especie de discurso y lo repite. Pero ahí tuve que dar precisiones. Hablar de lugares, de fechas, de situaciones." Por segunda vez, desde que decidió dar a conocer su historia, Roxana está movilizada.
La primera vez que perdió el control de la situación fue hace unos días, en el estudio de un programa de televisión al que había sido invitada. " Yo estaba ahí, y de repente me hacen mirar hacia un monitor y aparece mi papá". El efecto fue inmediato. Comenzó a sentirse mal. No sabía qué hacer. "Yo no lo veía desde hace muchísimo tiempo. Y verlo así, sin previo aviso, fue muy fuerte".
Ese hombre es al que Roxana acusa de haberla violado desde los cuatro años y de haberla mantenido encerrada en una habitación. Ahora, desde el teléfono, la productora de un programa de televisión le avisa que su mamá tuvo que ser internada. Alguien, desde la cocina, le asegura que " es una estrategia. Todavía sigue ahí, con él. Pero esa es una situación de la que " y ella asiente, segura.
"Mi mamá sabía todo, pero no hizo nada. Es enferma psiquiátrica.yo no puedo hacerme cargo", dice con la seguridad que le dieron siete años de profundo análisis.
Durante los años en que transcurrió su calvario, Roxana no encontró ni amparo ni consuelo en ninguna persona adulta. "Yo pensaba que era algo normal. La primera vez que me violaron fue a los cuatro años. Todo estalló cuando quedé embarazada, a los catorce".
Qué fue lo que pasó en ese momento es uno de los detalles que ella prefiere guardar para sí. Sólo dirá, incómoda, que el embarazo se interrumpió y que ella acudió a su tía, la hermana del hombre que ella llama " mi supuesto padre ".
Esa tía le abrió las puertas de su casa y le brindó la contención que necesitaba. Pero el calvario no se terminó ahí. Su padre era el personaje principal de las pesadillas que la aquejaban noche tras noche. Y no sólo se hacía presente en sueños. "Muchas veces me fueron a buscar al trabajo. La última vez apareció mi hermano, que también abusaba de mí, a pedirme que me fuera con él. Salí corriendo y casi termino debajo de un colectivo", recuerda.
Ahora Roxana vive con Cristian y sus padres. Esa es su familia, dice. Y asegura que uno de los motivos por los que decidió dar a conocer su historia y hacer la denuncia es porque considera que es una forma de protegerlos, también, a ellos.
La historia de Elisabeth, la mujer que fue abusada y secuestrada por su padre en Austria, sirvió de disparador, cuenta. "Yo cuento mi historia para ayudar a otras chicas que estén pasando por esto. Lo que quiero que sepan es que se puede salir, que la vida siempre da nuevas oportunidades. Mi consejo es que hagan la denuncia ante la Justicia en ese momento, porque después es muy difícil de probar", señala.
Ella sabe que hay personas que piensan que utiliza su historia para hacerse un lugar en los medios y avanzar en su carrera como modelo, que comenzó cuando la eligieron como sucesora de Evangelina Carrozzo en la lucha contra las papeleras. "Ahora se vienen los careos y las audiencias", señala. "¿Qué persona inventaría que la violaron el padre y el hermano? ¿Quién es capaz de enfrentar porque sí esa vergüenza?", se pregunta, mostrando la denuncia que tiene en sus manos.
"Me gustaría descansar, pero ahora tengo que ir a ver a la psicóloga. Es importante que vaya. Un psicólogo te aporta opiniones distintas a las que te puede dar la gente que te quiere. Fue muy importante para mí haber hecho terapia. Gracias a eso puedo hablar hoy de lo que me pasó", cuenta, y se despide. Su nueva familia la espera para almorzar.
*Redactor de Perfil.com.