Las selecciones de Bélgica y Francia contaron con un gran apoyo de las instituciones de sus países cuando se enfrentaron este martes en San Petersburgo en la primera semifinal del Mundial de fútbol en Rusia.
Los reyes belgas, Felipe y Matilde, apoyaron a los "diablos rojos", mientras que el primer ministro, Charles Michel, no pudo asistir al San Petersburgo Arena por un problema de agenda, pero miró el partido por televisión en Braine-le-Comte.
El palco de los reyes de Bélgica fue compartido por el presidente del país contrincante, Emmanuel Macron, quien no dudó en festejar efusivamente la victoria de la selección francesa. La imagen que acompaña esta nota, una perfecta fusión de la desazón belga y la felicidad francesa, lo dice todo.
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