Miles de devotos de San Cayetano ingresaban desde medianoche en dos filas al santuario del barrio porteño de Liniers, donde pedían pan y trabajo o agradecían haberlo recibido, durante la tradicional festividad del patrono de la providencia. La vigilia comenzó hace un mes, cuando numerosas personas, aunque menos que en años anteriores, instalaron las primeras carpas en las inmediaciones del templo de Cuzco 150 para participar de esa fiesta de fe popular, que llevará por lema "Con San Cayetano buscamos justicia, pan y trabajo".
Ningún sacerdote se animó a hacer una estimación de cuánta gente pasará por el santuario este viernes, aunque pronosticaron que en esta ocasión las patronales dedicadas al santo pueden extenderse.
"Como cae en viernes, por prevención e impedimentos laborales, algunos preferirán venir el sábado o el domingo, por lo que este 7 (de agosto) será más largo, me da la impresión", dijo a DyN el párroco Gerardo Castellano. El sacerdote adelantó además que se están tomando recaudos para prevenir el contagio de la gripe A, por lo cual cada peregrino tendrá que colocarse alcohol en gel en las manos antes de ingresar al templo.
Las primeras carpas se instalaron hace un mes. Cada una "representa" a varias familias o personas, que se turnan para guardar el lugar en la fila "lenta", que les permitirá tocar el vidrio que protege la imagen de San Cayetano. Tal el caso de las familias Zárate, Chávez, López, Porro y Salcedo.
"Las mujeres venimos de día y los hombres, a la noche. Nos conocimos acá y nos hicimos amigos, porque todos venimos a pedir trabajo, y el santo no falla", dijo a DyN Carlos Salcedo, mientras amenizaba la espera con un mate caliente.
En una casa rodante, muy cerca del templo y de la terminal de la línea 106 de colectivos, Delia Noris Lencina, una peluquera de 66 años, ultimaba los detalles para repetir por vigésimo segundo año consecutivo la tradición de ser la primera en llegar hasta el santo. "Siempre agradezco, y pido por la Argentina", reveló. La misa principal por el trabajo será presidida a las 11 por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Bergoglio.
En víspera de la festividad, sacerdotes del templo recorrieron esta tarde la fila con una imagen de San Cayetano para bendecir a los peregrinos. Las puertas del templo fueron abiertas a la hora cero por el obispo auxiliar de Buenos Aires, Raúl Martín, quien tras impartir la bendición dará paso a los devotos. Pese a que las autoridades eclesiásticas esperan menos gente que en anteriores ediciones, unos 200 sacerdotes y cerca de 1.200 voluntarios se preparan para recibirlos.
Castellano explicó que "quienes decidan tocar el vidrio que protege la imagen del santo deberán realizar una cola de entre cinco y siete horas", en cambio la demora será de "entre tres a cinco horas para aquellos que sólo accedan al templo por la fila central".
A partir de las 4 y hasta las 23 se oficiarán misas cada hora desde el tarimado colocado sobre la calle Cuzco. También habrá bendiciones de objetos y se recibirán alimentos no perecederos y ropas para la Cáritas parroquial. Esta devoción popular, habitual termómetro de la desocupación y la pobreza, también se repetirá en medio centenar de parroquias del país dedicadas al santo de la providencia.
En Bahía Blanca, tendrá especiales características, ya que en el templo dedicado a esa devoción se entronizará una reliquia perteneciente a San Cayetano. Se trata de un fragmento del hábito que usó el santo de Thiénne, que será expuesta en el interior de la "Capilla de la Resurrección".
Fuente: DYN