Desde que la temporada pasada cerró el complejo Ku / El Alma, en Pinamar, los grupos de jóvenes y adolescentes que veranean allí con sus familias buscan alternativas para bailar de día o pasar la noche sin boliches.
A la clásica fiesta de la espuma –que suma propuestas temáticas en los after beach– se incorporaron “batallas” de rap en la arena y espacios donde conviven quienes van a cenar o tomar algo, o se animan a bailar en un pub de moda en la esquina de Bunge y el mar.
Este año, en Pinamar, la movida se pasó a la playa. El balneario Boutique es uno de los que mayores producciones le ponen al asunto. El baile empieza cuando cae el sol, con gente aún vestida de playa, y dura hasta la 1 de la madrugada. Hay DJ y en algunas oportunidades hacen eventos temáticos. Como el anterior viernes, que la arena de la playa se convirtió en nieve por el hielo que vertieron y algunos se divertían tirándose de culipatín por los médanos.
Luego de la fiesta en la playa, los jóvenes van en busca de lugares donde se puede bailar. Algunos eran boliches emblemáticos, como Mr. Jones, que se reconvirtieron en pubs y organizan pequeños shows con bandas.
Pero esta temporada, que aún “tiene que arrancar”, según cuentan habitués del lugar, el sitio de moda es Lisboa, que solo permite la entrada a mayores de 18 años. Ubicado en un punto estratégico del balneario (Bunge y Av. del Mar), se convirtió en un espacio en el que familias y sus hijos jóvenes van a cenar o tomar un trago e “imprevistamente, se convirtió en un lugar donde se mezclan los jóvenes que buscan un lugar donde bailar”, dice Mike Cameroni, uno de sus responsables.
Rimas en la playa. Jerónimo Arnold tiene 19 años y organiza con su amigo Nicolas Morales el Costa Rap, batallas que convocan hasta 300 personas en la playa, de noche. Van turistas curiosos y otros que viajaron exclusivamente al evento desde otras provincias. Los torneos premian a quienes suman los textos más originales y se reproducen también en otras ciudades como Mar del Plata.