Andrea Salas, una de las dos argentinas que sobrevivió al naufragio del crucero Explorer en la Antártida defendió al capitán del barco al relatar detalles de la dramática situación vivida el viernes 23 de noviembre y confesó que volvería a viajar por estos mares.
"Fue una locura, nunca pensé que me fuera a pasar directamente, pero es uno de los riesgos que uno toma cuando hace estos trabajos. Eso no significa que volverá a pasar. No me provoca esta cosa de “nunca más vuelvo a la Antártida, nunca más subo a un barco”... No lo pienso dejar, ni cambiar. Si me tengo que ir mañana a la Antártida de nuevo, me voy sin dudarlo", relató a PERFIL esta mujer que se dedica al turismo.
Salas comentó que los tripulantes del crucero sintieron " un miedo bastante controlado". La mujer se enteró cuando estaba tomando algo en el bar antes de ir a dormirse.
"Sentí el primer golpe, que no fue contra un iceberg como se dijo, sino contra un hielo marino, que fue el que hizo el agujero. Ahí vino un pasajero que nos dijo que había agua en los camarotes. Finalmente vino el capitán y avisó que había una emergencia", rememoró.
Sin embargo no cundió el pánico. "Todos estaban de buen humor. Incluso se hizo una ronda de chistes mientras estábamos esperando. Nosotros ya habíamos hecho un simulacro de emergencia el primer día", recordó. "Los momentos más duros fueron las cuatro horas en los botes salvavidas, porque hacía mucho frío y estábamos mojados".