Todos los pasajeros de los aviones que despegaron y aterrizaron ayer a la mañana en el Aeroparque miraban curiosos cómo un centenar de personas los fotografiaban desde la pista. No se trataba de ningún operativo de seguridad ni esperaban a alguien famoso: fue el cierre de la Temporada de Spotters, un circuito para que fanáticos de las aeronaves tomen imágenes y que por primera vez se realizó en la terminal porteña. “Fue increíble estar tan cerca”, dijo Matías Arroyo (31), uno de los asistentes.
A las 8, escucharon las normas de seguridad y accedieron a la Posición 39, cercana a la plataforma norte, donde pudieron tomar las primeras imágenes con sus equipos profesionales. “Para ser ‘spotter’ solo se necesita tener pasión por los aviones y la fotografía, pero tampoco se requiere el mejor equipo. Se pueden lograr grandes imágenes con un celular”, contó Arroyo, que estudia fotografía. Para Ailén Orrego (24), “el mejor lugar de un aeropuerto es la pista porque se puede presenciar un montón de procedimientos aeronáuticos”. Ella contó que su pasión por los aviones comenzó hace dos años y que por eso se recibió hace pocos meses como tripulante de cabina. “Me enteré por Twitter y me anoté enseguida. En algunos países es muy común que se realice”, agregó la joven, que dijo “soñar con conocer el aeropuerto de Dubai”.
Si bien ayer fue la primera vez en la Ciudad, desde Aeropuertos Argentina 2000 –responsables del evento– cuentan que el año pasado se hizo en dos oportunidades en el aeropuerto de Ezeiza. “Hicimos convocatorias para adultos y adolescentes, y la aceptación fue increíble, por eso decidimos lanzar este año una nueva temporada, teniendo en cuenta los lugares de donde provenían las inscripciones”, detallan. También hubo en Córdoba, Mendoza y Bariloche, donde en lugar de cien fotógrafos pudieron habilitar lugares para unos cincuenta en cada caso.
Además, detallan que el perfil de los asistentes es variado, y combina aficionados y profesionales de la fotografía, aunque es mayoritariamente masculino: el 60% de los inscriptos fueron hombres.
“El único requisito para inscribirse son las ganas”, sumaron los organizadores, que en una semana cerraron los cupos por la gran demanda del público. “Abrimos las puertas de nuestra casa para que accedan a lugares que cualquier persona no puede”, agregaron. Alrededor del mediodía, los fotógrafos ya habían logrado varias imágenes y cerraron la jornada para brindar y esperar ansiosos la próxima edición.