El jefe de los investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), Miguel Mattea, de 58 años, murió hoy y se convirtió en la sexta víctima de las explosiones que ocurrieron hace tres semanas en la planta piloto de la Facultad de Ingeniería.
"Ya se ha informado a la familia sobre el fallecimiento y Mattea, no pudo sobrevivir", informó Carlos Simon, director del Hospital Córdoba, del que depende el Instituto del Quemado, donde se hallaba internado el investigador.
El hombre " tenía el 50 por ciento de su cuerpo afectado y una quemadura profunda en vía aérea", señaló el médico.
Mattea, quien además era el director de la planta piloto, es la sexta víctima fatal de las explosiones que en la mañana del 5 de diciembre se produjeron en el campus universitario de Río Cuarto. Días pasados fallecieron el estudiante Juan Politano y los investigadores Carlos Ravera, Damián Cardarelli, Lilian Giacomelli y Gladys Baralla.
Al Instituto del Quemado de la capital provincial llegaron un total de seis heridos de extrema gravedad que fueron muriendo con el transcurso de los días.
" Afectados con hexano nunca habíamos tenido casos y a nivel mundial, según los datos que tenemos, nunca hubo seis pacientes", precisó hoy Simon.
La tragedia. El siniestro se habría desencadenado cuando se rompió uno de los tambores de hexano que estaban en el sector de biodiésel de la planta piloto de la facultad, y por tratarse de un solvente orgánico altamente volátil e inflamable, la conflagración se propagó rápidamente.
La tragedia derivó en airadas críticas de profesores y alumnos que llevaron a que las autoridades universitarias revisen todo su sistema de seguridad.
Ya en noviembre de 2005, una fuerte explosión en un horno incinerador del área de patología de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de esa misma facultad causó heridas leves a tres personas y enormes destrozos.
Fuente: DyN