Después de pasar un verano a full en Punta del Este, en el que se convirtió en la estrella de la noche, la diva voló, como todos los años, a su “lugar en el mundo”: Miami. Instalada desde el miércoles 27 en su casa de Indian Creek, en South Beach, Susana Giménez comenzó a organizar todo para su festejo de cumpleaños. “Va a haber una comida, pero no una gran fiesta”, adelantó antes de partir de Ezeiza. Y cumplió con su palabra: el viernes por la noche, cenó en el restaurante Casa Tua, ubicado en Miami Beach.
En una mesa grande –friends table o “mesa de amigos”, como la denominan en el local– decorada con velas blancas y pequeños detalles de rosas, Su estuvo acompañada por sus productores Néstor Moyano y Marisa Badía (flamante directora de programación de Telefe, tras la renuncia de Claudio Villarruel y Bernarda Llorente); los directivos de la emisora de San Cristóbal, Alejandro Parra y Gabriel Bianco; los arquitectos de la diva, y su amiga Mónica Defortuna . Vestida con unos pantalones negros con vivos dorados, una enorme cartera negra, una blusa roja escotada y un llamativo camperón con detalles de visón y piedras, Susana eligió una pata de cordero asada con endibias grilladas y rulos de cebolla avinagrada como plato principal. Feliz de poder compartir con sus amigos, la conductora se dio un permiso y abandonó por una noche su estricta dieta y las viandas hipocalóricas gracias a las que recuperó su figura. Por eso, para acompañar la comida, en la mesa hubo algo que ella tenía prohibido desde principios de 2009: un buen y carísimo vino tinto, una de sus debilidades.
Lea la nota completa en la edición de hoy del Diario Pefil.