Es una lucha de David contra Goliat, con la diferencia de que no se sabe quién es quién. En las últimas semanas, los enfrentamientos que surgieron a partir del desembarco de aplicaciones como Easy Taxi –que en la Ciudad de Buenos Aires aún no está regulada– entre los choferes independientes y los gremios de taxistas recrudecen: mientras los primeros defienden su uso, los segundos amenazan con aplicarles multas que, dicen, pueden ascender hasta $ 24 mil.
Marcelo, taxista independiente desde hace siete años, está indignado: “Desde la llegada de Easy Taxi al país, las agrupaciones de taxistas, que son las que dictan el curso anual obligatorio que tenemos que hacer para renovar nuestras licencias, empezaron a hacer lobby, argumentando que como en la Ciudad está prohibida, tenemos que dejar de usarla o nos multan”. Es más, las revistas gremiales publican numerosas notas sobre el caso. La emparejan con Uber, el servicio que despierta polémicas porque conecta pasajeros con choferes privados, y que aún no opera en el país.
Sin embargo, la cantidad de choferes que usan Easy Taxi ya supera los 6 mil. “La radio no te trae muchos viajes. La tengo porque si no, no te levantan la mano en la calle. Pero trabajo más con Easy Taxi, porque me resulta más rápido, más seguro y más económico”, confiesa Marcelo.
Frente a la penetración de la app, que ya tiene unos 700 mil usuarios sólo en la Ciudad de Buenos Aires, todos los sindicatos y las empresas de radiotaxi adoptan la misma línea dura. “Al principio es todo gratis, te regalan teléfonos. Y cuando tienen suficiente cantidad de usuarios, empiezan a cobrar. ¡Que sigan usando la radio!”, argumenta Gabriel Omar Vieytes, vocero de la Asociación de Taxistas de Capital. En Rosario, donde la empresa opera legalmente, cada viaje se cobra $ 2,75 al chofer, cuando trabajar con una empresa de radio taxi puede llegar a costarle hasta $ 2 mil por mes.
Easy Taxi llegó al país hace tres años. “Somos una nueva tecnología, una red social que conecta pasajeros y taxistas”, explica Pablo Villalba, su director en Argentina. “Se empezó a ejercer una presión muy fuerte sobre el taxista”, lamenta. Además de multas de unos $ 600 que les aplicaría el Sindicato de Peones de Taxis, varios taxistas denunciaron casos de pasajeros truchos: según dicen, desde Sacta (el ente controlador de taxis) “piden viajes a través de la app y mandan directamente al chofer que responde a control”.
El gobierno porteño dice que la app “no está prohibida; sólo hay un fallo que dice que la empresa debe adecuarse a la ley vigente”, asegura el secretario de Transporte, Juan José Méndez. Easy Taxi pide “sentarse a dialogar para que se modifique la ley”.