"El casino está en funcionamiento, pero con los pocos trabajadores que pudieron acceder en dos combis. El resto de los vehículos en los que se trasladaban fue bloqueado por manifestantes", dijo a la agencia DyN la gerenta de Marketing de Casino Buenos Aires, María Laura Ríos.
Trabajadores del Casino Flotante, muchos acompañados por sus familiares, marcharon hacia el lugar para protestar por el despido de empleados, en medio de un enorme despliegue de efectivos de Prefectura. Allí, se produjeron incidentes y una persona fue detenda por arrojar una piedra contra una de las combis.
Un trabajador del casino que se encontraba en el interior de la combi sufrió heridas y debió ser trasladado al hospital Argerich. También resultó herido un efectivo de la Prefectura, que recibió dos puntos de sutura por un golpe en la cabeza.
En tanto, dos ex trabajadoras sufrieron lesiones al ser agredidas a "bastonazos" por miembros de la fuerza de seguridad, según denunciaron los manifestantes.
La protesta se realiza luego de que la Justicia Federal dispuso ayer levantar la clausura del Casino Puerto Madero y ordenó la presencia de Prefectura para garantizar el libre acceso y salida del lugar, en medio del conflicto por el despido de más de cien empleados, que continúan acampando en la Plaza de Mayo.
Los trabajadores reclamaron que se reincorporen todos los despedidos y cuestionaron la decisión de la Justicia. Esta mañana, una empleada y un empleado despedidos se encadenaron en la Catedral Metropolitana y comenzaron un ayuno para reclamar por sus puestos de trabajo.
Pablo Ceballos, uno de los delegados, denunció que el operativo de seguridad "está dirigido por la empresa" y señaló que "esto atenta contra todas las libertades democráticas".
Entre los manifestantes, hay un grupo de mujeres con pañuelos negros que son madres de chicos despedidos del Casino.
Pasado el mediodía, una nutrida columna de trabajadores comenzó a marchar en dirección a Puerto Madero, hasta colocarse de frente el imponente operativo que impide acercarse a menos de 300 metros del luegar y que cuenta con la participación del personal del grupo Albatros, la fuerza de elite de la Prefectura.
El grave conflicto se inició el 9 de noviembre último, cuando un patota de miembros del sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) atacó a los trabajadores que se identifican sólo con sus delegados y con las decisiones que toman en asamblea. Los empleados reclamaban mejores condiciones de trabajo, una jornada laboral de 6 horas e incrementos salariales.
En tanto, ALEARA y SOMU firmaron un acta de acuerdo con la empresa para que los empleados cobren el 15 de enero sus salarios pendientes, uno de los reclamos que los trabajadores llevaron ayer a Plaza de Mayo, donde compartieron una manifestación con varias organizaciones sociales.
Fuente: DyN y Télam
