SOCIEDAD
A chusmear se ha dicho

¿Todavía no te enteraste?: el chisme es saludable

Por qué varios estudios aseguran que sirve para mantener lazos y aliviar la tensión social. Perfil.com consultó con especialistas.

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| CEDOC
“¿En serio?, no me digas”, “¿Que la fulanita qué?”, “Escuchaste lo que le pasó a menganita?”... No se preocupe más por los chismes, al contrario, empiece a practicar el oficio de chusmear. ¿Por qué? Porque el chisme es salud. Al menos, así lo han demostrado varios estudios que aseguran, además, que no se puede vivir lejos del chisme y que, por lo tanto, chusmear es saludable. Perfil.com consultó a varios especialistas y descubrió que, en efecto, la tarea de llevar y traer cotilleos es, en la mayoría de los casos, una simpática forma de mantener lazos sociales, de pertenecer a un grupo y hasta cumple la función de “aliviar la ansiedad social”.
 
“El chisme es necesario como ir al baño”, asegura la psicoanalista y escritora Laura Palacios, una estudiosa del “chisme” y el “secreto”. Y aunque dice que no siempre es saludable, señala que el chisme “permite mantener lazos sociales” y que tienen un ingrediente de “curiosidad sexual”. “El chisme tiene que ver con el deseo, con el placer de ser dueño de un secreto, de ser dueño de cierto poder. El ser humano goza de lo prohibido, de transgredir, aunque sea en pequeñísima escala, como contar un chisme”, señala Palacios, autora del libro de cuentos Provincia de Buenos Aires, y de un ensayo sobre el chisme que aún no se publicó.
 
Y si bien advierte que hay personas que no le encuentran “el gustito” al cotilleo, y a las que califica de “aburridas”, destaca que quienes “nunca” tienen chisme alguno que contar es porque tiene algún problema patológico, como el de los autistas. “Son personas que, seguramente, no se relacionan, no tienen amigos, están aislados totalmente”, explica.
 
El chimentero Luis Ventura, director de la Revista Paparazzi y periodista de Intrusos del Espectáculo, asegura que el chisme “es una vía de comunicación en la sociedad”, de la cual es muy difícil zafar. “ El ser humano está caracterizado por su curiosidad, por querer saber sobre el vecino de enfrente, sobre el panadero de la esquina o el verdulero de la otra cuadra”, asegura el periodista del espectáculo. Y señala que el chisme, como cualquier cosa en la vida, puede ser saludable o peligroso, dependiendo de quién lo transmita, con qué intenciones y con qué conocimiento de causa lo haga. “En los medios, el chisme es el germen de la noticia, y puede ser peligroso si en vez de hacerlo un periodista, con criterio periodístico, lo hacen panelistas improvisados”, asegura Ventura.
 
Según un estudio de psicólogos de la Universidad de Ohio, consciente o inconscientemente, una quinta parte de las conversaciones diarias tiene algún elemento chismoso. En la mayoría de los casos, un chisme se transmite seguro a otras dos personas, aunque el 28% no resiste la tentación y se lo cuenta a tres o más personas.
 
Otro estudio, de la Universidad de Binghamton, reveló que los chismes sirven para propagar información que habitualmente no encuentra otro cauce y que muchas veces “cumple la función de advertir al grupo sobre riesgos en el comportamiento de alguno de sus miembros”, según publicó el diario español El Mundo . De ahí su función como “elemento de protección del grupo”. Según la psicóloga Sarah Wert, de la Universidad de Yale, citada por el mismo diario, “no participar en cotilleos puede, hasta cierto punto, no ser saludable o incluso anormal”. Explica, además, que muchas veces sirven “para conectar con otros y compartir las propias inseguridades” y hasta para “aliviar la tensión social y profesional entre la gente”.

*redactora de Perfil.com