SOCIEDAD

Un colegio de élite y un empresario precoz

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De los hijos de Franco Macri, sólo Mauricio completó su educación primaria y secundaria en el Cardenal Newman: sus hermanos pasaron por varios otros. Egresado en 1976, la educación que recibió allí, con idioma inglés incluido, venía acompañada también por una impronta religiosa católica. Los alumnos realizaban retiros espirituales, práctica que, sin que estuviera en medio la fe, Macri repitió con sus gabinetes en la Ciudad, así como actividades sociales para los más desprotegidos, algo que los Christian brothers, fundadores del colegio, incentivaban en niños y adolescentes.
Pero el niño Mauricio hacía algo que pocos pequeños hacen: iba a reuniones de negocios.
“Como buen inmigrante, quería que su hijo se incorporara rápidamente (N. de R.: a la empresa familiar). Me llevaba a los viajes de negocios. Yo tenía 12 o 13 años y participaba en reuniones de cierre de consorcio que duraban horas”, cuenta Mauricio Macri sobre esas épocas de su primera adolescencia. Y agrega: “Yo lo que quería era irme con la pelota de fútbol. ‘Papá, no entiendo nada’, le decía. ‘Algo te va a quedar’, me contestaba”, rememoró en su momento Macri hijo, que fue empresario precoz. Otra rareza del que se perfila como un presidente atípico de la democracia argentina.