Francisco es nazi. Tiene corbata roja, camisa blanca, saco oscuro, pelo bien corto. Y está mirando al costado, firme, impecable, en la foto que eligió para presentarse en el Messenger. El mensajero de Microsoft le permite ejecutar la orden que recibió: el reclutamiento. Y se ve que no le gusta perder el tiempo. Arranca:
—Como ya sabe, me llamo Francisco, soy el responsable de los contactos y el reclutamiento. Dígame qué edad tiene. ¿Es de Capital? ¿En qué zona vive? ¿En qué trabaja?
Las preguntas se suceden y las respuestas le permiten avanzar:
—Está bien, ahora le pido que me diga sus dudas e inquietudes para poder clarificar conceptos.
Francisco se hace llamar camarada. En el mensajero electrónico bajo su nombre aparecen dos frases en latín: “Militia est vita hominis super terram”, dice una, que significa que la vida del hombre sobre la Tierra es milicia, y pertenece al capítulo 7 del Libro de Job. El otro parágrafo anuncia “Quid verum est, pro omnibus et semper verum esse debet”. Tal como escribió Juan Pablo II: “La verdad debe ser verdad para todos y siempre”.
—Quería saber cuánto hace que existe el grupo, las actividades, cómo ven a la Argentina. Y, por otro lado, qué tipo de exigencias hay para participar...
—El grupo existe hace más de un año públicamente. Nuestras actividades están detalladas en nuestra web, aunque hay otras que nos reservamos, que sólo las compartimos cuando tenemos un encuentro previo. Lo que sucede en la Argentina forma parte de un proceso global de decadencia aunado por las fuerzas ocultas...
—¿Fuerzas ocultas?
—Masonería, subversión; en otras palabras, el SISTEMA. Dígame, ¿usted ha militado antes?
—No, nunca.
—¿Usted tuvo acceso a literatura sobre el tema? ¿Ha podido leer algo del nacionalsocialismo?
—He leído. ¿Cómo se decidieron a hacer público el grupo?
—No buscamos fines políticos con p minúscula. Buscamos el renacimiento del héroe. Muchos de los camaradas ya hemos militado dando la cara, pero este proyecto es la formación de hombres y mujeres íntegros en la Idea y la Causa del nacionalsocialismo.
—¿Se puede saber en qué otros proyectos han militado?
—No por esta vía.
Web oficial. La página de Militia queda en www.militia.8m.com. La agrupación nazi es todavía joven y, según se puede leer en algunos foros, es gente de “Zona Norte, con título universitario”. Ellos dicen que tienen “soldados” de entre 18 y 40 años, y muchos “allegados” que amplían el abanico de edades. En el sitio se presentan con un texto tomado de Sobre la providencia de Séneca: “Es propio de un ser vil y cobarde marchar por lugares seguros: la virtud anda por las cumbres”.
En Militia dicen que son un grupo de formación y acción. Se proponen cursos de defensa personal, artes marciales, supervivencia, prácticas de orden cerrado (movimientos militares), y, al mismo nivel, trabajos en una huerta orgánica del oeste bonaerense. Tienen un manifiesto que dice que hay dos cosmovisiones: la material y la espiritual. “La primera busca lo denso, lo bajo, lo oscuro, mientras que la segunda lo etéreo, lo elevado, lo trascendente”, explican.
La sección de fotos es menos filosófica. En todas están los mismos cinco hombres de treinta y tantos. Hay una con un tanque de guerra. Otra en la huerta, con unas carretillas que cargan unas hojas gigantes de espinaca. Hay también una imagen de dos hombres luchando con palos de madera. Y un miembro de Militia con cara de satisfecho al llegar a la cumbre de una montaña.
La web oficial propone a los visitantes ponerse en contacto. “Usted puede ser colaborador o miembro...”, invitan.
El interrogatorio. Francisco pide disculpas por los errores repetidos de sus mensajes. Dice que es el teclado. “Mucha gente piensa que los nazis somos todos unos brutos, mal educados; nada más lejos de la realidad”, jura.
Llegar al interrogatorio con Francisco toma algunos días. Se manda un correo y se recibe un primer mensaje con una revista en formato digital. Hay poesía al Führer, un recordatorio de su nacimiento cada 20 de abril (“A la memoria del gran soldado y artista Adolf Hitler, arquitecto del nacionalsocialismo y guerrero por un mundo nuevo”) y también discursos en el congreso del partido del Reich, una biografía de Arno Becker (el escultor preferido de Hitler), cartas de otros nazis de otras partes del mundo.
La segunda correspondencia viene con más información sobre las actividades de los fanáticos en la Ciudad de Buenos Aires y en el Conurbano. El encabezado dice: “Permítanos contarle más sobre nuestro grupo. Lo primero que debe saber es que somos un grupo de inspiración política nacionalsocialista atemperada a la situación argentina. Nacionalsocialismo es la continuidad de una Cosmovisión que adaptada puede servir a cada pueblo según las palabras de Adolf Hitler”.
Francisco a veces calla un poco. Y deja preguntar.
—¿Tienen afinidad ideológica con un sector de la Iglesia o militar?
—Entendemos que la estructura eclesiástica está imbuida en un proceso de autodemolición. Y, en cuanto a los militares, sí, tenemos afinidad con algún sector. Pero sabemos que la solución no vendrá de ninguna manera de ese sector, sobre todo porque la crisis del hombre moderno, materialista y hedonista, se debe enfrentar con la voluntad y la disposición de cambiar desde adentro, empezando por uno primero, y de esa forma imbuyendo al resto.
—Una manera de adaptarse a los tiempos...
—Bueno, eso es lo que buscamos. Sabemos que estamos en Argentina y en 2006. Sabemos que los retos son distintos. Sabemos que el “material humano” de hoy es muy pobre en todo sentido, las conciencias han sido avasalladas y vemos que nadie presenta resistencia. Aunque no lo crea, una de las mejores maneras es conservando el estilo serio y formal frente a tanta ridiculez y sinvergüencería.
Arremetida. Pero a Francisco le gusta mucho más preguntar que contar. Después de una hora y media, intenta la puntada final:
—¿Qué estaría dispuesto a ofrecer a la causa nacionalsocialista? Podemos hacer un encuentro en un lugar neutral en el Centro... ¿Le parece?