Oscar Villegas y Lorena Valbuzzi son los protagonistas de un caso policial que escandalizó al pueblo de Dennehy y que dejó al descubierto, según indica el fallo que sobreseyó al hombre tras matar al amante de su mujer, que el lugar es un paraje en fiesta sexual permanente.
Durante dos años el matrimonio Villegas quedó involucrado en el crimen de Angel Palacios por motivos pasionales y todo a causa del frondoso prontuario amoroso de Lorena, quien no dudó en admitir a la justicia que la víctima había integrado su larga lista de amantes.
Sin embargo, eso a Oscar no le molesta, y declara orgulloso: “De mi mujer podrán decir cualquier cosa, pero a mí me hace feliz. Será cualquier cosa, pero yo la quiero con locura”.
La víctima fue asesinada el 9 de marzo de 2005 de un balazo en la frente mientras se encontraba arrodillado en una calle de tierra bajo la luz de un farol.
Los vecinos la señalan como integrante de ese grupo de cinco o seis muchachas “ ligeras y un poco enamoradizas”. La relacionan con un enfermero de apellido Arce, quien “ solía organizar fiestas negras en la salita de primeros auxilios del pueblo y de las cuales participaban estas chicas cuando tenían 12 o 14 años”.
El pueblo de Dennehy quedó al descubierto como una secreta secta de hombres y mujeres habituados a los amores furtivos y efímeros, con un juez que cree en faunos, ninfas y bosques encantados, y una misteriosa red mafiosa que utiliza la farola de un tren para realizar sus entregas.
La reputación de Lorena es tal, que los jueces llegaron a decir que “podían ser sospechosos los 42 hombres en estado activo del pueblo”. Los parroquianos, a esta altura, se burlan del asunto diciendo que el motivo del crimen de Palacios no puede ser un crimen pasional “porque si un hombre celoso de Lorena quisiera acabar con sus infidelidades debería dejar sin varones a Dennehy”. Más información en la Edición Empresa.