PERFIL decidió salir a buscar las opiniones de reconocidos expertos en el deporte, varones y mujeres. Las respuestas fueron muy variadas y el debate, encendido.
“Es imposible, no me lo puedo imaginar. Hay bello fútbol de mujeres y el bello fútbol que conocemos de hombres, pero la inserción no resulta armoniosa. Hombres y mujeres tienen distintas velocidades, formaciones, configuraciones tipológicas y funcionamientos biológicos. Por ejemplo, si una mujer es defensora y se arroja al piso, difícilmente podría parar a un hombre que tiene más fuerza que ella”, asegura Ernesto Cherquis Bialo.
En cambio, Enrique Macaya Márquez le quita importancia a la diferencia física. “Creo que hombres y mujeres pueden jugar juntos porque lo que iguala o diferencia a los deportistas es la formación atlética, el estado físico, la alimentación, y eso no tiene que ver con el sexo sino con cuestiones socioeconómicas. Creo que hay un evidente progreso en el fútbol femenino, pero va a ser bastante difícil que el fútbol mixto pueda profesionalizarse porque hay una tradición que indica que el fútbol es masculino”.
“Creo que antes de pensar en que compitan entre sí hay que hacer fuerte una liga femenina y después evaluar si pueden jugar juntos. Porque hoy hombres y mujeres no están en igualdad de condiciones de ninguna manera, ni técnica, ni física. Puede haber excepciones, pero el fútbol es un juego grupal, con las excepciones no nos alcanza”, suma la comentarista Viviana Vila.
El periodista deportivo Rodolfo Cingolani es un gran defensor de esta variante. “Soy incondicional al boom del fútbol mixto. Me encanta que crezca, que todos los días se vean más canchitas de fútbol con integrantes de ambos sexos. En algún momento me parecía imposible que el fútbol femenino tomara preponderancia en Argentina, porque en este país, al menos hasta hace un tiempo, el machismo era demasiado mujer. Por suerte los tiempos han cambiado y hoy la tendencia es que cada día se integran más al fútbol”. Y agrega que el plus de esta variante es el momento compartido. “Está bueno poder hacer deporte con la gente que uno quiere, jugar entre padres e hijas, madres e hijos, parejas. Todavía no lo hice, pero me encantaría jugar con mi hija”.
Su colega, la periodista Luciana Rubinska, coincide: “Como forma de conectarse, en un lugar con las mismas reglas y bajo la misma mirada me parece interesante, desde una perspectiva de género creo que suma. Lo veo difícil a la hora de pensarlo como un deporte profesional, pero las cosas están cambiando, de manera que puede ser que algún día sea un éxito”, asegura.