El ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, firmaron hoy un convenio para la transferencia de terrenos de la Policía Federal a la Ciudad para la urbanización de la Villa 20 de Lugano.
En las tierras traspasadas, está emplazada la Playa de Investigaciones Judiciales de la Policía (es decir un cementerio de autos) y hay más de 700 familias que se asentaron en las partes donde se acumuló chatarra.
Los terrenos estaban en manos de la Policía desde la época del intendente Osvaldo Cacciatore, quien se las entregó de manera irregular. Desde hace años que la Defensoría de la Ciudad denuncia que los vehículos acumulados generan contaminación por el plomo y propagan enfermedades propias de la acumulación de basura y agua.
"Es enorme la satisfacción de que se haya firmado este convenio. Se soluciona un viejo problema", aseguró Fernández tras la firma del acuerdo que se desarrolló en el Salón de los Escudos de la Casa de Gobierno.
En el acto, Telerman, por su parte, sostuvo que "este convenio permitirá la urbanización de una de las villas más grandes de la Ciudad", aunque no detalló cómo se realizará la construcción y la adjudicación de las viviendas, un tema que suele ser más que complejo, como en el caso de los departamentos construidos en la Villa 1-11-14, en Bajo Flores, no muy lejos de la Villa 20.
El convenio se firmó en presencia de la secretaria de Interior, Silvina Zabala; del Jefe de la Policía Federal, Néstor Vallecca y de la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, cuya asociación podría hacerse cargo de la construcción de las viviendas.
La Villa 20, ubicada sobre la avenida Escalada y las vías del Ferrocarril ex Belgrano, tiene aproximadamente 25 mil habitantes y según denuncian las organizaciones sociales de la zona, sufre una severa crisis habitacional. En agosto del 2005 la legislatura porteña había votado la Ley 1770 de Urbanización de la Villa 20. La normativa nunca fue implementada, ya que los terrenos no eran traspasados a la Ciudad.
En septiembre de año pasado, cientos de inquilinos y de personas sin techo, organizados en movimientos sociales, ingresaron en las tierras para exigir que se construyan viviendas. Fueron reprimidos por la Guardia de Infantería.
Finalmente, luego de cortes de vías y de calles, los pobladores volvieron a ingresar a las tierras. Esta vez, se quedaron, comenzando a construir viviendas por su cuenta, sin asistencia del Estado.