“Más allá del valor arquitectónico, el Luna Park tiene un valor simbólico, es un referente de la cultura social y deportiva de la Ciudad. Los desarrolladores inmobiliarios no tienen límites”, afirma María del Carmen Arias, titular de Basta de Demoler. Su opinión con respecto al proyecto de venta del tradicional estadio para construir oficinas que anticipó PERFIL en su edición del sábado 19 de agosto es sólo una muestra de la polémica que generó la noticia.
Más allá de las críticas de las agrupaciones dedicadas a preservar el patrimonio porteño, varios vecinos reaccionaron ante una posible venta. Uno de ellos fue René Almada, quien presentó una petición en Change.org para evitar que se demuela el reconocido estadio, escenario de grandes movidas deportivas, políticas y artísticas. Hasta el momento unas 3.200 firmas respaldaron la iniciativa. “Nos alarmó que desguacen un templo como es el Luna y hagan cualquier cosa. Es un despropósito que hagan esto. Ni imaginábamos la repercusión que iba a tener nuestro pedido, superó las expectativas”, comentó Almada a este diario.
En Facebook se creó Salvemos al Luna Park, un grupo que propone el rescate del viejo palacio de los deportes.
También Marcelo Tinelli, desde su cuenta de Twitter, opinó sobre el tema. “Qué feo sería que demuelan el hermoso Luna Park para hacer oficinas. No sabía que era del Arzobispado”, escribió el conductor de ShowMatch. Su post recibió más de cien comentarios, cerca de cuatrocientos retuits y más de mil “me gusta”.
Como el Luna Park fue declarado monumento histórico en 2007, cualquier intervención que se quiera hacer debe ser aprobada por la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Sitios Históricos. “La Comisión evaluará qué valor patrimonial se pone en riesgo y cuál será la mejor alternativa para que la operación sea viable o no. Hasta el momento nunca recibimos una consulta por el Luna Park”, afirmó Laura Weber, vocal de ese consejo patrimonialista.
En venta. Según informó PERFIL en su edición del sábado pasado, un grupo inversor está interesado en comprar el edificio de la calle Bouchard, administrado por el arzobispado porteño. “La propuesta es fehaciente y las conversaciones avanzan a paso firme”, comentó una fuente cercana a la operación. La transacción tendría una base monetaria de US$ 45 millones.
Desde fines de 2013, el Luna Park es administrado por la Iglesia Católica. Ernestina Devecchi, dueña mayoritaria de la sociedad propietaria del estadio, legó en su testamento el 95% de las acciones a Cáritas Argentina y a la Sociedad Salesiana San Juan Bosco. El Arzobispado compró más tarde el 5% restante del paquete accionario que estaba en manos de familiares de Tito Lectoure.
Los modelos que analizan los desarrolladores
Como el Luna Park fue declarado patrimonio histórico en 2007, los desarrolladores barajan dos posibilidades para poder construir oficinas y obtener el permiso de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Sitios Históricos. Una sería mantener las cuatro fachadas de Corrientes, Bouchard, Lavalle y Madero, y erigir una torre dentro. Algo similar a lo que hicieron con la torre Telefónica en Azopardo al 700. La otra alternativa sería montar el edificio sobre el techo del Luna. En este caso, la construcción sería similar a la del ex edificio donde funcionó el diario La Nación.