Tokio - Si Ken Sakamura hubiera negociado sus creaciones en lugar de regalarlas sería uno de los hombres más ricos del mundo, pero sus programas informáticos hacen funcionar miles de millones de objetos electrónicos sin que nadie lo sepa.
El japonés Ken Sakamura, de 56 años, un visionario tan influyente como desinteresado, está realizando su último proyecto: diseminar microchips inteligente por todas partes, en especial en Tokio, para facilitar la vida de sus compatriotas.
Este profesor de la prestigiosa universidad de Tokio, cuyo entusiasmo juvenil contrasta con su vestimenta clásica, es una autoridad científica en Japón, pero un ilustre desconocido fuera de su país.
Sin embargo, todo poseedor de autorradio, teléfono celular, grabador de DVD, horno de microondas, fax, televisor, lavadora o automóvil "made in Japan" utiliza sus invenciones.
Ken Sakamura inventó en los años '80 el primer sistema de explotación "libre" (gratuito y modificable por cualquiera) bautizado TRON, este sistema estaba destinado inicialmente a computadoras, mucho antes de Windows de Microsoft y de Linux. Sin embargo, suspendió su investigación al ser abandonado por sus socios industriales japoneses cuando los norteamericanos bloquearon la explotación de TRON en su territorio para proteger a su industria informática.
El gigante automovilístico Toyota resucitó TRON en 1999 al decidir utilizarlo para sus vehículos. Los otros grandes grupos japoneses también lo adoptaron, tranquilizados por este ejemplo. Este programa, fiable y ultrarrápido, está presente hoy en día en la mayor parte de los aparatos electrónicos y electrodomésticos de marca japonesa.
Ken Sakamura calcula que las diferentes variantes de TRON le hubieran podido suponer un billón de yenes de ingresos (más de 60.000 millones de euros) si hubiera optado por comercializarlo en lugar de difundirlo gratis.
Su juguete ahora son los "ucodes", chips inteligentes o "marcadores electrónicos", que sueña con colocar por todas partes. Se trata de etiquetas de identificación por radiofrecuencias (RFID) "que se pueden colocar en cualquier objeto. Igual que un código de barras, permiten acceder a informaciones pasando por un asistente numérico personal y, el día de mañana, con un teléfono móvil", explica el científico.
Un "ucode" pegado a una cajita de medicinas permite que el consumidor reciba, de forma visual y sonora, las instrucciones de uso o la fecha de caducidad. Todo gracias a un "communicator", prototipo del celular del futuro, inventado asimismo por Sakamura. La terminal lee el número del "ucode" y luego consulta una base de datos distante para recibir las informaciones asociadas gracias a diversas tecnologías de telecomunicaciones inalámbricas (infrarrojos, diodos electroluminiscentes, red celular o local). Unos "ucodes" en las veredas pueden guiar vocalmente a un ciego, y su bastón, conectado al "communicator", le sirve de lector. El sistema es capaz de servir de guía turístico o de dar consignas de seguridad en caso de sismo, en función del lugar donde se encuentre.
En colaboración con las autoridades, Ken Sakamura ha instalado decenas de miles de "ucodes" en Japón, sobre todo en la capital. "Nosotros queremos hacer de Tokio la ciudad más avanzada en el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, para que sea más segura, más acogedora, de vida más fácil", explica Sakamura. ¨¿Cuál es su ambición? "Que los 'ucodes', balizas de guía políglotas, multimedias y reproducibles hasta el infinito, sean un estándar universal, con Tokio como modelo", responde.