TECNOLOGíA
compromiso entre operadores y gobierno

Se roban seis mil celulares por día en el país y lanzan un sistema para proteger a los usuarios

Permitirá verificar en tiempo real si un dispositivo móvil fue obtenido de forma ilegal y bloquear la conexión del equipo. La herramienta estará disponible en 30 días a través de la página web del Enacom.

Permitirá verificar en tiempo real si un dispositivo móvil fue obtenido de forma ilegal y bloquear la conexión del equipo. La herramienta estará disponible en 30 días a través de la página web del Ena
| infografía: G.P.<br>

Los números son impactantes: en promedio, cada veinticuatro horas, las empresas de telefonía móvil de Argentina denuncian seis mil equipos celulares robados, sumando los arrebatados a los usuarios con los “tomados” durante los asaltos a camiones, típicos de la piratería del asfalto.
Para tratar de disminuir esta cifra delictiva, esta semana la asociación de operadores móviles GSMA, junto a las tres compañías que dominan el mercado –Claro, Personal y Movistar– y autoridades gubernamentales, presentaron la campaña “Nos importa”, dedicada a proteger a
los usuarios.
Esa iniciativa, específicamente dirigida a los treinta y nueve millones de argentinos usuarios de celulares, promete en el lapso de treinta días habilitar una página web en la cual, en pocos segundos, cualquier persona que esté adquiriendo un teléfono en un negocio o a un particular, podrá verificar si se trata de un equipo legítimo o si es un smartphone que fue denunciado como robado.
“En la Argentina los delitos relacionados con el robo de terminales de telefonía están creciendo a un ritmo muy alto”, le detalló a PERFIL Sebastián Cabello, director de la Asociación GSMA y uno de los impulsores de esta campaña. “Según las estadísticas el número de equipos hurtados supera los cinco mil por día y el 35% de las víctimas suelen son menores o adolescentes”.
Sin embargo, el número de denuncias hechas en la Policía por estos crímenes es mucho menor: datos recopilados por la Dirección de Análisis Criminal de la Procuración de Nación indican que el promedio de aparatos sustraídos cada mes ronda los 750, lo que es una clara muestra del subregistro de este delito.
“Para combatirlo necesitamos que las personas se sumen al compromiso de no comprar aparatos que muchas veces están ‘manchados’ con sangre. Y todos pueden contribuir, consultando esta base antes de pagar por un equipo”, sostuvo Cabello. Según el especialista, en otros países donde se implementó esta campaña resultó ser exitosa: “en México, en apenas ocho meses se hicieron 400 mil consultas para chequear si un celular era robado o legal”.

Cómo funciona. El sistema de consulta estará alojado en la web del Enacom y permitirá acceder en forma simple a la base global de datos de IMEI, un número que –tal como las patentes de los autos– identifica a cada equipo que está funcionando (se puede acceder presionando *#06#). Esta base es actualizada en forma diaria por todas las empresas operadoras de la región, que vuelcan allí los números que identifican al celular robado.
Cabello acotó que para disminuir este delito en forma significativa, junto a esta concientización del usuario, también es necesario adoptar otras medidas: “los fabricantes deben mejorar sus modelos y hacerlos menos vulnerables para evitar la alteración del IMEI. Y las autoridades deberían tipificar en el Código Penal el delito de alteración de este código”.
En el mismo evento en el que se lanzó la campaña, se presentó el informe “Impacto del Ecosistema Móvil en la Economía”, donde se muestra que todos los productos y servicios generados por la industria de las telecomunicaciones de Argentina sumaron durante 2015 US$ 21 mil millones, cifra que en el año 2020 alcanzará los US$ 26 mil millones, representando el 4,6% del PBI y asegurando empleo directo para 65 mil personas.
Un punto llamativo del informe resaltó a la hora de analizar los impedimentos que limitan el crecimiento de este sector. Lo raro es que el alto precio de los equipos no es prioritario, sino que recién figura en tercer lugar. La gran barrera resultó ser la ausencia de contenidos locales digitales útiles y atractivos.