Washington - La NASA analiza febrilmente si envía a dos astronautas a realizar una arriesgada reparación sin precedentes del escudo térmico del transbordador espacial Endeavour, dañado por un pedazo de espuma aislante congelada durante el lanzamiento. Mientras tanto, dos miembros de la tripulación iniciaron la segunda salida orbital de la misión, para remplazar uno de los giroscopios defectuosos de la Estación Espacial Internacional (ISS, por su sigla en inglés).
Se trata de la segunda caminata espacial de las cuatro previstas en la misión, que fue prolongada tres días justamente por el terror de los especialistas a que reingrese a la atm{osfera y estalle como el Columbia. Un trozo de aislante del tamaño de un pomelo, congelado, se desprendió del tanque de combustible externo del transbordador 58 segundos después del lanzamiento, el miércoles pasado, y golpeó la capa térmica del vientre de la nave, causando un surco de 8,75 centímetros de largo y 5 cm de ancho, según una inspección realizada el domingo por los astronautas.
Los astronautas utilizaron una cámara de alta definición con un laser amarrados al extremo del brazo mecánico del Endeavour, maniobrado desde la cambina, para realizar la inspección. Contrareloj, los ingenieros de la NASA planen reproducir en el laboratorio, en una teja idéntica a las que recubren el transbordador, la misma fisura y luego ingresar todos los datos en un modelo informático para calcular con precisión si el recalentamiento de la porción dañada durante el reingreso a la atmósfera plantea peligro para la estructura de la nave.
La temperatura en ese lugar alcanza los 1.260 grados Celsius por el efecto del frotamiento de la nave, a más de 20.000 km/h, con las capas densas de la atmósfera, precisó la NASA. La más mínima fisura podría generar un accidente como el del Columbia en 2003, que se desintegró con sus siete tripulantes cuando regresaba a la Tierra.
Esa catástrofe fue provocada por una fisura en la protección térmica del ala izquierda del transbordador, producto del impacto de un trozo de espuma aislante de más de 700 gramos que se desprendió del tanque de combustible externo tras el despegue. El domingo, John Shannon, responsable de la misión, indicó que la decisión de reparar o no la hendidura del Endeavour sería tomada este martes.
Para ello, la tripulación cuenta con una pintura que refleja el calor, una pasta para tapar un daño más importante y una placa que puede recubrir toda una teja dañada. Pero una reparación de este tipo, hasta ahora inédita, es extremadamente delicada. Un astronauta colgado del extremo de una extensión de 15 metros del brazo mecánico del Endeavour debe acercarse lo suficientemente cerca de la zona a reparar pero sin jamás tocar el frágil escudo térmico. El brazo es maniobrado desde el interior por el piloto del transbordador.
Luego de la catástrofe del Columbia, la NASA realizó importantes modificaciones al tanque de combustible externo para reducir el riesgo de desprendimiento de espuma aislante y de hielo, pero no logró eliminar por completo ese peligro. Este tanque está lleno de hidrógeno y oxígeno líquido a bajísima temperatura.
John Shannon indicó que no sabía si este problema recurrente retrasará el lanzamiento del próximo transbordador, previsto para fines de octubre. La agencia espacial también instauró inspecciones en órbita al principio y al final de las misiones para detectar eventuales daños. La NASA prevé realizar 12 vuelos más de transbordador para terminar la ISS hacia 2010, año programado para el retiro de la flota de tres transbordadores.
Fuente: AFP