Tras muchas idas y vueltas, Argentina elegirá una norma para poder transmitir televisión digital. En la próxima cumbre de UNASUR, que se celebrará este viernes 28 de agosto en San Carlos de Bariloche, la presidente Cristina Fernández de Kirchner firmará un acuerdo con su par brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva para adoptar el estándar japonés brasileño ISDB-T.
Así lo confirmó el secretario de Comunicaciones de la Argentina, Lisandro Salas a su colega, el ministro de Comunicaciones brasileño, Helio Costa, quien a su turno lo informó a la cámara de fabricantes de electrodomésticos de Manaos, según el diario Ámbito Financiero. Estas empresas son las principales interesadas en que la norma se adopte en todo la región, para que haya más mercados donde vender los productos que fabrican con financiamiento de Japón.
Argentina sería así el segundo país sudamericano en adoptar la norma ISDB-T. Esta semana el presidente de Perú, Alan García, anunció que su país se sumará a la iniciativa, aunque lo rubricará después que nuestro país. Sólo para abastecer a estos dos países, los fabricantes de Manaos deberán producir 20 millones de televisores, el doble de la cifra actual.
Venezuela se sumará al estandar en octubre, mientras que las negociaciones con Chile y Ecuador están muy avanzadas, según el portal de noticias Infobae Profesional. Por eso, se espera que la norma esté instalada en toda la región para 2014, y en 2016 se podría abandonar la señal analógica.
La televisión digital , ya disponible en varios países de Europa, América del Norte y Asia, permite transmitir varias señales por un mismo canal y otorga una mejor calidad de imágen, entre otros beneficios. El problema de la elección de la norma surge porque los televisores actuales (excepto los de última generación) no podrán transmitir la señal digital, a menos que usen un decodificador. Por eso, todos los aparatos deben adaptarse al estandar que se elija, sea éste el europeo (DVB), estadounidense (ATSC) o japonés.
A fines de la década del '90, el entonces presidente Menem optó por el estadounidense ATSC, pero la medida fue luego derogada por el gobierno de Fernando De la Rúa. Brasil había adoptado el ISDB-T hace tiempo y todo indicaba que Argentina debía hacer lo mismo. Sin embargo, el kirchnerismo se oponía por un problema político: Japón era uno de los principales opositores de la salida de nuestro país al default, e incluso proponía sanciones ejemplares. Por eso, incluso hasta el año pasado, Cristina evitaba definirse sobre el tema.