En los años recientes hemos entrado en una nueva etapa de la tecnología educativa. Se inició a fines de la década de 2000 y cobra una fuerza impredecible año tras año, mes tras mes. Es el tiempo del triunfo de la conectividad casi universal en los países más desarrollados y la masificación intempestiva del celular en todas partes. En este contexto de saturación digital, se ha iniciado la cuarta etapa de la tecnología educativa: el reino del software, las plataformas y los algoritmos.
Actualmente en los países desarrollados casi todos los hogares y las escuelas tienen acceso a una conexión a internet, lo que acelera la velocidad del cambio y hace que el mercado tecnoeducativo comience a derramarse sobre los sistemas educativos. Los Estados Unidos son la fuente más variada de experimentación, con Silicon Valley como gran polo de la disrupción tecnológica.
¿Qué propuestas ganan terreno en el mercado? El mundo educativo se está transformando en un gran bazar, un espacio de comercio donde todo se negocia, se desvirtúa, se entremezcla. En el bazar uno se marea, se pierde, se confunde. Esa es la lógica que seguirá este apartado, porque permite representar el contexto dinámico del mercado tecnoeducativo, que será explorado con una multiplicidad de ejemplos.
Libros de texto digitales. Para comenzar el recorrido quizá conviene partir desde donde la tecnología impresa dejó su mayor rastro en el sistema escolar: los libros de texto. En ese poderoso dispositivo podemos encontrar las huellas del camino de la transformación en curso.
Un ejemplo en este mercado es Kno (empresa adquirida por Intel), una tableta diseñada para unificar todos los libros de texto con una plataforma interactiva para los alumnos, que nació como hardware, pero pronto comprendió su destino: abandonar el hardware y convertirse en un software que entra en cualquier dispositivo. ¿Qué incluye? Más de doscientos cincuenta mil libros de texto interactivos: tienen videos, modelos 3D, simulaciones, un diario personal (Kno Me) para que los alumnos evalúen su progreso, redes sociales para compartir actividades y otras ayudas para el aprendizaje.
Inkling ofrece libros de texto digitales con contenidos no lineales que permiten adaptaciones para usar en diversos niveles de aprendizaje. Los libros se venden enteros o por capítulos, lo cual fragmenta los contenidos a precios y audiencias diversas. (...)
- Sistemas de gestión del aprendizaje. La siguiente estación temática la constituyen los sistemas de gestión del aprendizaje (learning management systems, LMS), una de las industrias más consolidadas del mercado tecnoeducativo. Los grandes jugadores mundiales en este campo son Blackboard, Moodle, Canvas, Schoology y Edmodo, aunque los gigantes tecnológicos también pisan fuerte aprovechando su audiencia mundial, con productos como Google Classroom o Microsoft Classroom, reconvertido luego en Office 365 Education.
Si bien la tarea de los LMS comenzó por organizar el trabajo educativo digital de los alumnos, en los años recientes ha convergido hacia una amplia gama de funciones. Growth Engineering usa la gamificación integrada a su interfaz para generar una experiencia de aprendizaje basada en equipos, tableros de logros, premios simbólicos (badges) y mucha interacción social. (...)
- Videos para enseñar. Las plataformas se montan sobre el sistema educativo existente para ganar sentido y escala de negocios. Algunas se adaptan como un guante digital a la planificación didáctica de los docentes y comienzan a reinventar las clases con nuevas brújulas tecnológicas.
La nueva tendencia de las clases invertidas (flipped classroom) abrió el mercado de las plataformas dirigidas a los profesores para usar, hacer y editar videos. El método propone que se reemplace la clase expositiva con videos para ver fuera del aula y que se realice la tarea en la escuela, en lugar de recurrir a los tradicionales ejercicios para el hogar. (...)
- Control digital de los alumnos. Lo más disruptivo es el nuevo control que la mayoría de estas plataformas ofrecen sobre el trabajo de los alumnos. Los tableros de control (dashboards) brindan mucha información al docente sobre cómo y por quiénes fueron vistos los videos (qué tanto se vio, qué se contestó, qué se compartió, etc.). Los tableros expanden el monitoreo educativo del aprendizaje de los alumnos. Son los nuevos “ojos digitales” de los docentes. Knowmia o Educanon son otros ejemplos de herramientas para personalizar videos que apuntan a simplificar y renovar el tríptico de oro de la docencia: la planificación didáctica, la motivación y la evaluación de los alumnos.
- Planificación didáctica digital. Todavía más exclusivos para los docentes son los portales para aprender a enseñar. Teaching Channel es el mayor de su tipo en el mundo, con más de mil videos destinados a la formación permanente de los profesionales de la educación. Tiene numerosas clases analizadas para la reflexión pedagógica colaborativa entre maestros, profesores, directivos y especialistas.
Amazon, la librería virtual que se convirtió en una superplataforma donde se puede comprar de todo, pisó por primera vez el mercado educativo vendiendo planificaciones didácticas de los docentes.
Su versión educativa, llamada Inspire, busca posicionarse como el mayor motor de búsqueda mundial de materiales para preparar clases. En Inspire los docentes pueden subir y bajar clases y recursos didácticos gratuitos y pagos, editarlos y comentarlos. (...)
- Tutorías digitales en las sombras. Los exámenes también son un territorio prolífico para el creciente mercado tecnoeducativo. La preparación para las pruebas ha generado, desde siempre, una inmensa industria conocida como “la educación en las sombras”. El variado bazar de las academias y los profesores particulares comenzó a redefinirse con la aparición de la tecnología digital, que encontró allí un nicho poco regulado y muy jugoso en términos comerciales. Plataformas como My Tutor, Tutorhub, Skooli o Tutor.com tienen un modelo muy simple: ofrecen el servicio de tutoría digital para el aprendizaje. Son los “Uber de la educación”. La empresa es un mediador entre los individuos con algún saber, que ofrecen sus servicios como docentes, y los alumnos, que califican a sus tutores.
Esas calificaciones crean una reputación que se convierte en el valor de mercado de los tutores. El servicio es ubicuo: a cualquier hora hay un tutor disponible. Antes de elegir a los tutores, los alumnos pueden hablar con ellos o mirar los comentarios de otros alumnos. Toda la tutoría es digital. Tutor.com promociona sus servicios de la siguiente manera: “La escuela es difícil, conseguir un tutor es fácil”.
Nuevo imperio
Lo que ocurre en el mundo de los consumos culturales penetra en los flujos que regulan los aprendizajes de los estudiantes y convierte la educación en un gran mercado de experimentación. El sistema educativo se licúa, ya no se sabe bien cuáles son sus límites internos y externos. La caída de la frontera escolar abre las puertas a una nueva etapa llena de preguntas, dilemas e intereses en juego.
¿Qué nuevas fuerzas gobernarán lo que ocurre adentro y afuera de las escuelas? El nuevo orden mundial de la educación está atravesado por la promesa de la tecnología. Un estudio publicado en 2015 indicaba que el mercado de la industria educativa rondaba los cuatro mil quinientos trillones de dólares por año (Evergreen Education Group, 2015); otra investigación de 2016 señalaba que la educación digital movilizaba ciento sesenta y cinco billones de dólares, con un crecimiento esperado del 5% anual hasta 2021 (Docebo, 2016). Se trata de un nuevo mercado tecnoeducativo que de forma constante expande su alcance y calibra sus estrategias.
*Autor de ¿Quién controla el futuro de la educación, Siglo XXI Editores (fragmento).