Ya se ha dicho muchas veces y en todas partes del mundo que el futuro del periodismo es incierto. Los nuevos soportes tecnológicos no sólo están cambiando la forma en que circulan los contenidos, sino también –y fundamentalmente– la forma en que estos contenidos son producidos y consumidos. Hoy la información desborda los canales conocidos, “legítimos”, y muchas veces nos dejamos informar por tuits, por posts en distintas redes sociales, por videos caseros que se viralizan, por un link de un medio ignoto que nos llega por un contacto de WhatsApp. Hoy el que legitima la información parecería ser el propio usuario/lector, no el medio ni el periodista.
¿Qué pasa con el periodismo en este escenario? ¿Qué pasa con los lectores? En Fundación Tomás Eloy Martínez estamos convencidos de que el desafío más grande del periodismo hoy no viene de la mano de las nuevas configuraciones tecnológicas. No viene del surgimiento de nuevos dispositivos, del tamaño de las pantallas, de cuántos clics pasajeros haga el usuario, de cuántos hipervínculos se pongan en una nota para que el usuario siga un camino alocado de enlaces y nunca salga de la telaraña informativa. Tomás Eloy Martínez lo dijo mejor que nadie: “La gran respuesta del periodismo escrito contemporáneo al desafío de los medios audiovisuales es descubrir, donde antes había sólo un hecho, a la persona de carne y hueso afectada por los vientos de la realidad. La noticia ha dejado de ser objetiva para volverse individual”. Esta sea tal vez la definición más perfecta de lo que significa el periodismo narrativo, el nuevo periodismo o como se elija llamarlo.
Una de las misiones que tenemos en la Fundación Tomas Eloy Martínez es ayudar a que los periodistas escriban más y mejor. Siguiendo a Tomás Eloy: “Casi todos los periodistas están mejor formados que antes, pero tienen (…) menos pasión; conocen mejor a los teóricos de la comunicación pero leen mucho menos a los grandes novelistas de su época”. El desafío del periodista hoy es volver a armar su voz en este coro dodecafónico de informaciones anónimas.
El periodismo narrativo, como lo entendía Tomás Eloy Martínez y como lo entendemos desde la Fundación, encarna el desafío del periodismo tal vez más que ningún otro, porque en la era de la brevedad, éste es un periodismo de largo aliento. Las investigaciones generalmente llevan mucho tiempo y los textos se construyen a partir de dos pilares: la verdad y la narración. Más allá de que los textos de periodismo narrativo estén hechos con herramientas literarias, lo que en el fondo comparten con la literatura es el deseo de que el lector quede atrapado por lo que se cuenta. Que quede atrapado en el tejido de las palabras y no en el de los hipervínculos.
Hace un año, entre la Fundación Tomás Martínez y Editorial Perfil decidimos armar, en conjunto, el mejor curso de periodismo narrativo. De largo aliento, con un staff de profesores inmejorable y que se saliera de lo prescriptivo, de la receta que atonta y achata. Nos propusimos un curso que piense, que lea mucho y que produzca. Lo hicimos y fue una excelente experiencia. Abrimos por eso una nueva convocatoria y preparamos otra para mitad de año.
Con la coordinación de contenidos a cargo de Leila Guerriero, una de las periodistas más reconocidas y respetadas de América Latina, contamos además con un cuerpo docente de mucho prestigio y trayectoria: Roberto Herrscher, Mariana Enríquez, Josefina Licitra, Alejandro Bellotti, Hugo Salas, Adriana Amado, Miguel Prenz y Federico Bianchini. La especialización durará cinco meses en total (de agosto a diciembre), y el objetivo es no sólo que los alumnos aprendan cuestiones teóricas y herramientas prácticas, sino que las pongan en ejercicio, que escriban. Por eso, los mejores textos que se generen a partir de este curso serán publicados por los medios de Editorial Perfil.
Ante la incertidumbre, apostamos plenamente a la formación de calidad, a brindar espacios de publicación, a conquistar lectores con periodismo bien hecho. Por eso creemos plenamente en esta nueva Especialización en Periodismo Narrativo. Tomás Eloy Martínez es terminante al respecto: “El lenguaje del periodismo futuro no es una simple cuestión de oficio o un desafío estético. Es, ante todo, una solución ética”.
*Directora ejecutiva de la Fundación Tomás Eloy Martínez (TEM).