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Facundo Moyano: "No apoyé el Impuesto Patria porque los montos eran una locura"

El diputado oficialista participó de una entrevista con alumnos de Periodismo de Perfil y se refirió a la posibilidad de gravar grandes fortunas. También dijo que “se debe discutir el sistema laboral” y reveló la influencia de su madre en su participación política.

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Entrevistas de los estudiantes de la carrera de Periodismo de Editorial Perfil | Captura de tv

Facundo Moyano visitó de forma virtual la Escuela de Comunicación para participar del Ciclo de Entrevistas organizado por los alumnos de Periodismo. El diputado del Frente de Todos aclaró que no estuvo de acuerdo con el “Impuesto Patria”, planteó la posibilidad de iniciar un nuevo blanqueo impulsado por el oficialismo y afirmó que como consecuencia de la pandemia del coronavirus “se debe discutir el sistema laboral para atender las necesidades de la gente”.

—¿Cuál cree que será la mejor forma de restablecer el trabajo en la Cámara de Diputados?

Estoy de acuerdo en que se realicen sesiones y se reanude el debate, más allá de las dificultades, seguramente se encontrará la forma y habrá una solución para seguir trabajando. Se están analizado las sesiones online, pero la discusión, por ejemplo, de temas impositivos, amerita una operatividad sofisticada ya que se necesita tener en línea a 300 personas y por lo menos 200 funcionarios van a querer tomar la palabra durante por lo menos 14 horas. Es un poco más complejo de lo que nos imaginamos, pero haremos pruebas para llevarlo a la práctica. Hasta el momento, todas las reuniones que se tuvieron en comisiones donde como máximo diez diputados realizaban preguntas y un ministro contestaba. 

—¿Cuál es su posición con respecto al Impuesto Patria?

La verdad es que yo no firmé ningún proyecto. Lo que salió públicamente era un anteproyecto que nunca se llegó a presentar. Esto es comprobable porque todo proyecto que se presenta e ingresa a la mesa de entrada de Diputados o del Senado tiene un número de expediente. Si vos entras a los expedientes de los proyectos no va a aparecer nunca el impuesto denominado Patria. Primero no lo firmé, eso es algo fáctico y, segundo, no estaba de acuerdo. En un principio la idea era que se firmara con diputados sindicales, pero yo nunca lo avalé ni lo firmé porque me parecía conceptualmente mal ubicado y después, por supuesto, porque los montos eran una locura. Plantear un impuesto a esos montos no tiene nada que ver con la idea del proyecto que se quiere discutir ahora, que es el que sí afectaría directamente a los más ricos.

—¿Cuáles son las diferencias que marca entre el proyecto anterior y el actual?

El proyecto donde apareció mi firma, el de la polémica, era un anteproyecto. Lo digo porque llega a ser proyecto cuando esta presentado en la esa de entrada y tiene número de expediente y nunca lo tuvo. No sé porque estaba en manos de periodistas antes de que los diputados hayan avalado la firma. Básicamente era un monto que no representaba la riqueza, que es lo que conceptualmente se quiere debatir ahora. Del proyecto actual, no tengo demasiados elementos porque todavía está en debate, inclusive está en debate presentarlo. Los diputados Máximo Kirchner y Carlos Heller se lo llevaron al Presidente, le plantearon cuáles eran las líneas generales y el proyecto de alguna manera está anunciado, pero no fue presentado. Todavía quedan varias instancias de debate en comisiones y por supuesto después el debate en el recinto. También es importante abrir la discusión a un nuevo blanqueo, ¿por qué no? Recordemos que cuando el ex presidente Mauricio Macri lo planteó se blanquearon 120 mil millones y si se toma esa cifra o algo similar, es mucho lo que se podría recaudar en este contexto extraordinario.

—¿Cree que después de la cuarentena será necesario llevar adelante una reforma laboral con el fin de reactivar la economía?

En mi caso, por el sector del cual provengo, “reforma laboral” es una mala palabra. Me opuse fuertemente en el pasado, no sólo por el contenido sino en las circunstancias que se trataba de impulsar el proyecto. Sin embargo, no podemos estar negados a discutir el sistema laboral, sobre todo por dos deficiencias muy grandes, el 40 por ciento del trabajo no está registrado y hay un 40% de pobres, que muchos de ellos tienen labores formales. Además, se debe mejorar la calidad de vida de los trabajadores y no perjudicarla, como intentó hacer el gobierno anterior. Por todo esto, es una estupidez decir que el sistema laboral no se tiene que discutir, en esta situación extraordinaria, como es la pandemia del coronavirus, hay que rediscutir de manera urgente para atender las necesidades de la gente.

 

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— ¿Qué papel tomaron los sindicatos en esta pandemia?

El principal, que es su función, tratar de preservar los puestos de trabajo de muchas personas que están en peligro porque hay actividades que están totalmente paralizadas desde que comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Por otro lado, no conozco la realidad de todas las agrupaciones, pero desde el Sindicato Único de los Trabajadores de Peaje, del que fui parte y hoy formalmente no tengo ningún tipo de vinculación, se ayudó a muchos comedores. Es una situación extrema la que se está viviendo, no son solo los niños los que asisten a buscar un plato, sino que también asiste mucha gente grande a pedir ayuda y como primera medida, lo primero que hay que garantizarle es la comida a la gente.

—Siempre sostuvo que fue su madre la que le transmitió el sentido de la militancia, ¿qué rol jugó su papá?

Me críe en Mar del Plata con mi mamá, allí trascurrió toda mi niñez y adolescencia hasta que a los 20 años vine a vivir a Buenos Aires. Ella siempre fue una militante política y fue quien me transmitió muchos valores, fue ella la que me formó en ese sentido. Por su puesto, después fue mi padre el que me mostró los paradigmas y los pasos a seguir en el mundo sindical.

—Por último, ¿quiere dejar alguna reflexión a los alumnos de Periodismo de Editorial Perfil?

Sigan por este camino del buen periodismo, siempre hacen faltan los cuestionamientos, criticas y autocríticas. Mientras persista este buen periodismo, que sea con objetividad, más allá de que es muy difícil alcanzarla por los condimentos de la subjetividad, nos hacen mejor a todos, no solamente a los políticos. Sin embargo, nosotros, los funcionarios, necesitamos siempre que nos pinchen un poco para dar mejores soluciones y respuestas.

Por Vanesa León, María Pilar Padula y Carla Villalba
(Alumnos de segundo año de la Escuela de Comunicación de Editorial Perfil)

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