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Fernando Esteche: "Alberto no es Néstor con bigotes, ni Cristina con pantalones"

El ex líder de Quebracho participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil. Cuestionó el “marketing político” del Gobierno frente a la segunda ola del Covid. Y reveló que la vacuna no le produjo anticuerpos.

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Fernando Esteche es docente de la Universidad Nacional de La Plata. | Cedoc Perfil

Fernando Esteche participó de una conferencia de prensa virtual organizado por estudiantes de Periodismo de la  Escuela de Comunicación. El líder de Quebracho aseguró que el Frente de Todos "es una alianza electoral, que va desde Massa a La Cámpora, pasando por todos los que puedan entrar adentro del movimiento nacional" y que es "un gobierno en transición, en disputa.

Esteche, que está vacunado contra el coronavirus por ser docente de la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, aseguró que hasta el momento no produjo anticuerpos contra el virus. Por otra parte, el dirigente social aseguró que "la reforma judicial que impulsó Beliz no es otra cosa que maquillaje" y cuestionó las medidas anunciadas por el presidente Alberto Fernández para enfrentar la segunda ola del Covid. "Me preocupa que se siga pensando en función del marketing ", aseveró Esteche en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—¿Cómo ve al gobierno de Alberto Fernández y qué piensa de la relación política que mantiene con Cristina Fernández de Kirchner?

La voluntad popular la que ha consagrado a Alberto Fernández y Cristina Fernández. Los demás son cualquier tipo de elucubración que no tiene ningún sentido histórico ni político. Al Gobierno lo veo con contradicciones, con complejidades y los que siempre caracterizamos puntualmente, decimos que es un gobierno en disputa. No es un frente político, sino que es una alianza electoral, que va desde Massa a La Cámpora, pasando por todos los que puedan entrar adentro del movimiento nacional. Obviamente, hay distintos intereses, distintas terminales de poder, distintos modelos de país, y esta tensión se expresa, a veces, en orientaciones del gobierno en un sentido, o ciertas veces, en la neutralización de medida de gobierno que puedan ir en un sentido o en otro. Nosotros decimos que es un gobierno en transición, en disputa, donde hay muchas medidas que nos parecen bien, que acompañamos, sostenemos y defendemos y hay otras que nos preocupan, como la que tiene que ver con el manejo de la negociación de la deuda, algunos recursos o resortes de soberanía, como la dolarización en boca de pozo, o del decreto 949 sobre la llamada "Hidrovía”.

—Teniendo en cuenta que el Gobierno no continuó con medidas sociales como el IFE, ¿qué cree que debería hacer la gestión del Frente de Todos para combatir el nivel actual de pobreza?

Es una respuesta que doy como militante y dirigente político y no como parte del gobierno. A mí me parece catastrófico, tanto el abandono del IFE como el de las ATP, como el anuncio que hizo el ministro de Desarrollo Social de dar de baja veinticinco mil salarios sociales complementarios. Me parece que hay un gran desacierto ahí de no entender o no ver, con respecto a los estragos sociales que estamos padeciendo. Con un nivel de disparada de precios formidable, hay una carestía de la vida que me parece que hay que atenderla y asistirla desde el Estado, que es la filosofía de la mayor parte de los que integran el Frente de Todos. Hay que revisar esas cuestiones, el planteo de políticas públicas que impacten directamente en el territorio, que resuelvan las heridas sociales que deja la situación traumática que es tanto nacional como global. A esto no hay que pensarlo en los anuncios políticos, o pensando en la gobernabilidad, o en la armonización con las organizaciones sociales y políticas que intervienen en los territorios, sino que hay que pensarlo en clave de que impacte genuinamente en el territorio, en los argentinos de carne y hueso.

—¿Una reforma judicial evitaría lo que algunos sectores denominan maniobras de lawfare?

No, de ninguna manera. Me parece que por lo menos no en la reforma judicial según los términos que se ha planteado desde el Gobierno. Y esto lo ha dicho en su momento Cristina Fernández de Kirchner. La reforma judicial que impulsó Beliz no es otra cosa que maquillaje, o en el mejor de los casos, es resolver mayor accesibilidad del ciudadano, entendiendo el ciudadano como a quien tiene la virtud de la ciudadanización, a los servicios administrativos de justicia, los judiciales. Para resolver el lawfare, hay que resolver primero lo que yo llamo la colonización en el Poder Judicial, es decir, hombres y mujeres que son jueces, fiscales, camaristas y que jugaban al paddle con el el ex presidente Mauricio Macri. Resolvían en medio de un set las causas judiciales que son persecuciones y causas armadas.

—Usted recibió la vacuna contra el coronavirus por ser docente de la Universidad Nacional de La Plata. ¿Qué opina sobre las críticas que recibió?

Yo entré por sistema, me anoté y me otorgaron un turno en mi doble condición: de docente y por padecer una patología, que no viene al caso porque está en el plano de la cuestión privada. Pero está absolutamente acreditada por sistema que no tuve ningún privilegio y me vacuné como se vacunaron otros  tres o cuatro millones de argentinos. Mi reflexión es que hace falta que se vacune más gente. De hecho, les cuento, casualmente, hoy me dieron el resultado de anticuerpos y me dio negativo, por lo que todavía no tengo los suficientes anticuerpos en la eventualidad de estar expuesto al virus. Así que estoy preocupado con eso y esperando la nueva dosis. Estoy ansioso y saludando que lleguen más y más vacunas y que pueda vacunar la mayor cantidad de gente posible.

Fernando Esteche en el Ciclo de Entrevista

—Usted cobró casi un millón de pesos por parte de la Universidad de la Plata, por su cargo como profesor en la Facultad de Periodismo, a pesar de haber estado detenido. ¿Qué explicación tiene al respecto?

Es inexacta la pregunta, estás mal informado, está bueno en la producción estar bien informado. Eso es un dato que aparece en Google y que lo publicaron distintos medios. Lo que cobré es mi sueldo mensual en el marco de mi trabajo que seguí ejerciendo y en el marco de una licencia con goce de sueldo, de acuerdo al estatuto universitario de la que estaba gozando. Di cuentas en su momento al gremio docente, a la propia facultad de Periodismo y a la Universidad de La Plata. Es un derecho que tenemos por ser asalariados, en el marco de los convenios de trabajo que cada uno tiene. No sé si saben, pero si están a nivel universitario, tenemos lo que se llama el año sabático y además en el marco puntual de la Universidad de La Plata existe un convenio especial que para el desarrollo de la investigación se puede sacar la licencia. En ese sentido yo entre 2018 y 2020, a pesar de estar encerrado en una cárcel, desarrollé dos estancias posdoctorales con los trabajos posdoctorales publicados en revistas indexadas internacionalmente. Una de las investigaciones que me entusiasma mucho y me gusta mucho fue la trata sobre los desplazamientos las marchas que salen desde Guatemala hacia Estados Unidos. Así que no dejé de trabajar más allá de estar en situación intramuros.

—Por qué dice que es inexacta la pregunta, ¿acaso no fue lo que usted cobró?

La cifra es inexacta porque es menor, pero eso es la suma total de los salarios que me corresponden por ser docente. El cálculo es bianual. Pero, está bien, es mi salario, es la suma de mis salarios.

—¿Está conforme con la gestión de Alberto Fernández?

-—No, en mi caso, por ser además de militante político, analista, yo no esperaba otra cosa de Alberto. Cristina lo elige a Alberto justamente porque Alberto es Alberto. Alberto no es Néstor con bigotes, ni Cristina con pantalones, es Alberto. Por eso Cristina hace una lectura, tanto del contexto internacional del momento en que lo elige, que era otro del que hoy estamos en Argentina, como del contexto nacional, que tenía que ver con una gran dispersión del movimiento nacional, del peronismo particularmente. Entonces, lo ve como una figura que puede anquilosar, amalgamar los sectores desde La Cámpora hasta el massismo. Y logró enhebrar esa gran alianza y expresada en Alberto, que hace cosas como estas del anuncio de Vicentín, después ir para atrás porque escucha las puteadas de Clarín y no escucha los aplausos de los sectores populares. O el decreto 949 sobre los ríos internos navegables del Paraná, medidas que a uno pueden no gustarle. Entiendo que tiene que ver con la producción histórica y política, no soy de los que piensa la política en términos de “me gusta, no me gusta”, la entiendo en términos de que es una tensión permanente y en esa tensión hay veces que les toca ganar a los sectores populares y otras veces, muchas veces les toca perder.

—¿Qué opinión tiene sobre la anulación de la causa del Memorándum con Irán que va a pedir la defensa de Cristina Kirchner?

Esa causa es una gran mentira fabulosa. No tengo grandes expectativas, no van a anular esa causa porque sería el reconocimiento de parte del Poder Judicial de un gran estrago, de una gran barrabasada judicial que se cometió y eso no va a suceder. En eso soy pesimista. Pero, enterado y viendo las conversaciones de Borinsky y Hornos con Macri y las medidas judiciales que tomaban al otro día de juntarse con Macri, fundamentalmente en esa causa que me compete porque me tuvo dos años detenido, la verdad que no queda otra que la nulidad. Lamentable sería que se resuelva con la nulidad a partir de esta manifiesta parcialidad de los jueces porque sería muy interesante que se pueda desmenuzar todas las mentiras elaboradas en esa denuncia que hizo el malogrado fiscal Nisman y todos lo que participaron en el armado de esa causa. Sería interesante que sucediera eso, yo ya pagué con cárcel algo en lo que no tuve nada que ver. Entonces me interesaría ser espectador de cómo se desmenuza y se descubre todo. Pero creo que va a terminar en juicio oral y que probablemente ahí pueda dictarse una falta de mérito, que es la manera elegante de resolver la muerte de Timerman, los dos años de cárcel míos, los seis meses de cárcel de Zannini, D‘Elía y demás.

—Como representante de los sectores más empobrecidos usted defiende la ayuda del Estado, como el IFE. ¿Pero no considera que es poco el margen que tiene el sector público para aumentar el déficit?

—Primero, me queda demasiado grande pretender ser referente de dichos sectores, sí tengo territorialidad y camino por ahí. Lo que creo es que el gobierno tiene muchos recursos, el de la Ciudad de Buenos Aires, incluso, muchos más. Hay maneras solidarias y de cualquier otro tipo de resolver. El IFE no es una gran sangría, lo del IFE es una solución política, no es un problema presupuestario. Si hubiera que sacar de algún lado habría que hablar con el FMI y plantearle que nos otorgaron una deuda violando sus propios estatutos, que además a sabiendas que es una deuda impagable y que se utilizó para pagar divisas lo cual está probado por el propio Fondo Monetario. Entonces hablaría con el Fondo y le diría que resolvamos este estrago social y después resolvamos la cuestión financiera. Podes ir desde Estados Unidos hasta Alemania, pasando por Francia, Inglaterra y Rusia para ver cómo resolvieron la situación actual y te vas a sorprender sobre lo que uno diría que son medidas populistas.

—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil y lo invitamos a realizar un comentario final para cerrar el reportaje.

Gracias por la invitación. Reconozco la tarea de formación de profesionales que a mí también me toca, como docente universitario en una facultad de Periodismo. Me parece encomiable y muy interesante el ejercicio que hacen ustedes en cuanto a cómo se realiza la formación de profesionales. En cuanto a las medidas de aislamiento y demás, me preocupa que se siga pensando en función del marketing político y no de las necesidades sanitarias. Afectar el tránsito en el transporte público solamente molesta, atenta y perturba a los sectores populares. Siguen moviéndose los aviones, siguen las fronteras abiertas, siguen circulando por Ezeiza las cepas que vienen exportadas de los países de turismo. Me parece que se debe pensar más en claves sanitarias y menos en claves de marketing.

Por Carlos Alberto Garcia, Luis Miguel Bello y Gabriela Maidana
Estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación