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Luis D'Elia: "Lo que pasó con Vicentin es un camino que no tiene retorno"

El dirigente social participó del Ciclo de Entrevista organizado por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación. Apoyó a Alberto y reveló una nueva teoría sobre el atentado a la AMIA: "Fue el terrorismo ligado al narcotráfico".

Entrevista a Luís D'Elia 20200619
Entrevista a Luís D'Elia | Captura de pantalla

Luis D'Elía visitó de forma virtual la Escuela de Comunicación para participar de una conferencia de prensa organizada por estadiantes de Periodismo de Editorial Perfil en la que mostró su apoyo al presidente Alberto Fernández frente a la pandemia. "Creo que Alberto ha hecho un manejo muy prudente. Si no hubiese sido por él, la Argentina tendría hoy miles de muertos", advirtió.

El dirigente social que se encuentra en prisión domiciliaria celebró la decisión del Gobierno de intervenir Vicentín. "Esto es algo que lo confronta a Alberto con el poder real de la Argentina", aseguró. Por último, sobre la causa AMIA desligó la responsabilidad de Irán y sostuvo que "el atentado fue contra Rubén Beraja". A la vez que reveló una curiosa hipótesis: "Fue el terrorismo ligado al narcotráfico", aseguró D'Elía en el Ciclo de Entrevista a cargo de Rodrigo Lloret.

—Hace algunos años usted había dicho que Alberto Fernández  era "un digno hijo de Cavallo". ¿Lo sigue pensando?

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Tenemos orígenes distintos en la política argentina, pero hoy estamos viviendo en el planeta una situación excepcional, donde los paradigmas tradicionales no sirven para calificarnos ni para pararnos en el mapa político. Creo que Alberto Fernández ha hecho un manejo muy prudente, muy bueno de la emergencia que nos generó la pandemia y la cuarentena. Si no hubiese sido por él, la Argentina tendría hoy miles de muertos. Por otro lado, acaba de dar pasos que lo colocan en un lugar muy particular en este país: estatizar, aunque sea de manera mixta, y transformar en empresa testigo a Vicentin. No es la nacionalización del comercio exterior pero es un avance estratégico para el Estado argentino. Transforma a Vicentín en una empresa testigo del sector agropecuario, como lo es YPF para el sector petrolero. Esto es algo que lo confronta a Alberto con su origen político, con su lugar tradicional, con su circuito de relaciones. Es más, yo creo que Vicentin lo confronta a Alberto con el poder real de la Argentina. Por lo tanto, de mí no se merece más que palabras de solidaridad y apoyo.

—¿A qué se refiere por el poder real de la Argentina?

El poder económico, el poder nacional y el poder transnacionalizado. Que aquí siempre ha tenido mucha influencia. Vas a la cárcel y ves que están los pobres, los trabajadores, la clase media, no hay ricos. No es que los ricos sean buenos, nos acaban de endeudar en 177 mil millones de dólares, fugaron 86 mil millones de dólares al exterior y no hubo presos ni los va haber. El caso de corrupción más grande de la historia argentina que fue el megacanje, que tenía como imputados, a Melconian, a Sturzenegger y a Cavallo. Se agotó por el mero paso del tiempo. Son el poder real y te lo demuestran. En cuatro años de macrismo me clausuraron Radio Rebelde, me intervinieron la cooperativa donde trabajo hace 25 años. Me metieron preso por el Memorándum con Irán y después me volvieron a meter preso por la protesta a la comisaría de La Boca. Y ahora me entero que dentro de la cárcel me espiaban. Lo que yo hablaba con mi abogado lo pasaban por La Cornisa y por los programas de televisión afines al macrismo. Esta es la historia que nos toca vivir. Los poderosos tienen mucho poder, y a nivel mundial se ha formado una casta que se los conoce como los buitres, y se transformaron en el estadio superior del imperio.

—Si Alberto Fernández cede al poder real, por ejemplo, si no se expropia Vicentin, ¿se puede quebrar el Frente de Todos?

Ya es tarde, porque lo que pasó con Vicentin es un camino que no tiene retorno. Me alegra que Leuco, Majul y Nelson Castro piensen igual que yo. Esto lo pone a Alberto en una situación sin retorno. Raramente coincidimos todos. Creo que esto evita que el Frente de Todos se fracture. Yo le digo “dilmanización”, cuando Dilma Rousseff abrazó un programa en Brasil de profundo contenido neoliberal y terminó en una catástrofe porque Dilma fue destituida por los factores de poder económico y Lula fue a prisión. Yo creo que nos salvamos de la “dilmanización” por Vicentin en la política argentina.

—Alberto sostiene que no hay presos políticos en Argentina, ¿Usted qué opina? 

Bueno, es contradictorio con él mismo, porque un par de días antes de decir esa frase en la Plaza de Mayo, en el Congreso dijo: "Nunca más lawfare". ¿Hay lawfare o hay presos políticos? Yo quiero creer que lo que dijo en la Plaza de Mayo y en el Congreso fue "nunca más lawfare", y que eso es lo que él siente y cree. 

—¿Usted considera a Alberto como un buen candidato para 2023, o prefiere a Cristina Kirchner?

Yo creo que hablar de elección en medio de semejante tragedia que vive la humanidad, la verdad sería una imprudencia de mi parte. No es momento de pensar en las elecciones. Es momento de trabajar para que la gente no muera, para sembrar solidaridad, para ayudar a contribuir a que las medidas sanitarias sean lo más efectivas posibles. La verdad que no es momento de pensar en elecciones. Si no es tiempo de pensar en los otros, cómo nos ayudamos, cómo salimos de esto.

Lus D'Elía en el Ciclo de Entrevista

—La Justicia argentina acusa a ex funcionarios iraníes por el atentado de la AMIA, ¿usted qué piensa?

Yo voy a contar lo que vi en Irán. Fui con el padre Luis Farinello y con el ingeniero Mario Cafiero. Hablamos con el canciller iraní y nos dijo que en los 80, el principal proveedor de armas a Irán fue la Argentina, en tiempos de Raúl Alfonsín. Por eso la avenida de acceso a la principal terminal de ómnibus y de trenes en Teherán se llama Avenida Argentina. Después fui al barrio judío de Teherán, a hablar con los judíos iraníes, que hace mil años que viven ahí sin ningún tipo de problemas y tienen un tipo de reconocimiento que acá no tienen. Acá, por ejemplo, la DAIA no tiene un diputado, en Teherán, sí. Pude constatar que las relaciones entre los iraníes y el pueblo judío, en general, eran absolutamente normales. Y no vi ningún vestigio de que ellos tuvieran voluntad política de llevar adelante ese atentado. De hecho en el expediente que ya tiene 25 años, te cuenta la historia del terrorismo internacional. Lo que no se cuenta es que pasó el 18 de julio de 1994 en la AMIA, lamentablemente. 

—¿Y qué pasó el 18 de julio de 1994? 

No se sabe que pasó. Yo soy muy amigo de Sergio Burstein. Él, hace 15, años pensaba que a mí me financiaba el terrorismo internacional. Hoy nos vemos los dos como buscadores de la verdad y la justicia que, hoy, 85 víctimas no tienen. Otro detalle, no menor es que la CIA y el MOSAD estuvieron en el expediente judicial argentino violando la soberanía judicial argentina. ¿Ustedes pueden imaginarse en el expediente del 11S de Estados Unidos a un servicio de inteligencia de otro país interviniendo? Entonces me parece que esas son cosas que nos ayudan a ver cuánto manoseo político hubo detrás de este tema.   

—¿Cuál es su hipótesis sobre el atentado?

—Creo que el atentado fue contra Rubén Beraja, no contra la AMIA. Él había quebrado dos bancos, el Banco Patricio y el Banco Mayo. Pablo Escobar ya estaba muerto, pero no los hermanos Rodríguez Orejuela. Las malas lenguas dicen que ellos tenían ahí 500 millones de dólares. Si uno mira los atentados en América Latina, el único atentado igual a de la AMIA fue el del Ministerio de Justicia en Bogotá, que fue explotado, exactamente, de la misma manera. Por eso, cuando imputan a un señor que tiene apellido islámico, hay que acordarse que es de nacionalidad colombiana. Después de haber investigado mucho el tema, es una fuerte impresión que tengo desde hace ya tres o cuatro años. Creo que fue el terrorismo ligado al narcotráfico. No de origen político.  

—¿Qué piensa sobre el espionaje ilegal cometido  durante el gobierno de Mauricio Macri?

 —Me sorprendió que espiaban hasta a los amigos de él. Eso sí me sorprendió y mucho. Me parece una cosa espantosa, desde el punto de vista institucional y desde el punto de vista humano. Realmente hay que terminar con este tipo de prácticas.      

—Considerando que usted está cumpliendo una condena en prisión domiciliaria por la toma de una comisaría en el 2004. ¿Volvería a hacer lo mismo?

Por supuesto. Gustavo Beliz, con el que estamos en veredas totalmente opuestas, declaró en el juicio que yo esa noche aporté a la serenidad de los vecinos. Que nadie me vio pegando a nadie, ni romper nada, fuimos a exigir que detengan a un asesino que era dealer de esa comisaría. Tenía tres pedidos de captura en esa comisaría, tres expedientes distintos, y que era imputado. Era ese el responsable, fue condenado a 18 años de prisión. La controversia esa noche fue que todos los vecinos sabían dónde estaba en el barrio y la policía no quería ir a buscarlo. La comisaría 24 de La Boca, diez años después terminó intervenida por los mismos temas y a cargo de la Prefectura. Sacaron a toda la Policía Federal Argentina por la venta de drogas y venta de entradas truchas en la cancha de Boca. Porque es la comisaría periférica. Hay un cable de Wikileaks donde la ex embajadora Vilma Socorro Martínez, le informa al Departamento de Estado norteamericano que se reunió con Macri. Le pidió que me detuviera por la protesta en la comisaría de La Boca, no solo soy un preso político, sino que en mi caso tengo certificado, por la embajadora argentina en Estados Unidos.

— ¿Le gustaría realizar algún comentario final para cerrar la entrevista?

—Quisiera decirles que se viene un tiempo muy duro para toda la humanidad y yo siento que la economía argentina es una locomotora al abismo. No se puede no producir, no recaudar y tenerle que dar de comer a millones de persona. Por eso me sorprende que Martín Redrado y Luis D´Elía estemos diciendo lo mismo. Por eso hay que mirar a China y también la revolución digital. Hay que terminar con el dinero físico que es un instrumento del capitalismo del siglo XIX. Y pensar la revolución digital en nuestro país. Porque el desafío en 90 días va a ser tener que darle 40 mil o 50 mil pesos a cambio de trabajo y formación a 14 millones de argentinos. La revolución digital permite terminar los costos del dinero físico, la burocracia bancaria, frena la inflación, no cotiza en bolsa y no endeuda como los bonos. Nos permite transformar al estado, sin violentar la propiedad privada, en un  gran asignador de recursos, de trabajo y de capacitación.  

Yanina Passarello y Nadia Brizuela
Estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación.