POLITICA
Elecciones 2023

Massa, Milei y la "revolución de los halcones"

En un proceso electoral que sigue dando sorpresas, la aparente invencibilidad de Javier Milei fue puesta en duda por Sergio Massa, quien logró colarse en el ballotage y volver a poner en valor el "aparato" frente a la novedad del libertario.

halcones y palomas.
halcones y palomas. | Agencia Shutterstock

Por lo menos en la noche del domingo, el envión y la tendencia fueron más importantes que las sumas totales. Quizás, en política, donde se vive más de apariencias que de acciones concretas, siempre es así. El sorprendente resultado electoral de Sergio Massa—Ministro de Economía de un país en el que cada indicador macroeconómico está estallado, terminó puntero, relegando a Javier Milei al segundo puesto y enterrando definitivamente las aspiraciones de Patricia Bullrich y Juntos por el Cambio—lo demuestra. Hoy, Massa es el ganador y poco importa que el votante de Bullrich seguramente tenga mayor predisposición a votar por el candidato libertario. El primer objetivo, aparentemente imposible, lo logró, que constaba en lograr que un candidato que representaba a la fuerza política del fallido gobierno de Alberto Fernández y su vice, Cristina Fernández de Kirchner, se cuele en un ballotage entre las dos coaliciones que se disputaban los votantes de una oposición que supuestamente tenía la elección ganada.

Al igual que con el resultado de las PASO, donde la duda supuestamente era si Bullrich confirmaba su victoria sobre Horacio Rodríguez Larreta, el ganador tiene una oportunidad inmejorable para posicionarse de cara al partido de vuelta. La figura de Milei logró picos de popularidad completamente inusitadas después de las PASO para un verdadero outsider de la política argentina, sin “aparato” ni alcance territorial, y esencialmente asesorado por su hermana, un par de seguidores y los clones de Conan. En relación al ecosistema digital, la performance de Milei estuvo—y se mantiene— completamente fuera de lo común, y esos días las notas y posteos sobre el economista libertario exhibían un comportamiento más parecido al de temas de espectáculos que política. En términos de intención de búsqueda en Google, “el Peluca” se llevaba más de dos tercios del volumen total en Argentina y logró proyección internacional, disputándole el podio hasta a Donald Trump en los días posteriores a la elección.

Era tan potente la capacidad comunicativa de Milei y su coalición, La Libertad Avanza, que parecía imposible que no ganasen las elecciones generales, posiblemente en primera vuelta. Lo mismo decían la mayoría de las encuestas, a las que volvimos a escuchar para formar nuestras expectativas por más que conozcamos bien las contraindicaciones. Milei y su equipo, confiados, pasaron a una nueva fase de la campaña en la que parecían más enfocados en hacer control de daños qué en lo que había sido su superpoder: la confrontación virulenta con (casi) todos a través de redes sociales y medios de comunicación. Además, tuvieron que justificar que con ellos habría garantías de gobernabilidad y que la dolarización no era un chamuyo. Dejar su esencia para “castificarse” le permitió retener su base electoral de las PASO y garantizarse el ballotage frente a su contrincante preferido, aunque no contemplaba la posibilidad de quedar segundo.

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Como en el fútbol, es muy distinto un partido de campeonato que uno de Copa Libertadores, mucho más si es el perdedor queda eliminado. En el ballotage del 19 de noviembre se enfrentan los dos candidatos que mejor expresaron la voluntad del pueblo para antagonizar en una nueva iteración de la grieta, por más que Massa la considere muerta por razones electorales. Del lado de Milei es más fácil la lectura, además de su núcleo duro buscará atraer a todos los anti-kirchneristas de Juntos por el Cambio, aquellos que por más que él se esfuerce por esconderlo, ven a Massa como la más pura expresión del fracaso argentino que atribuyen al peronismo. Massa, en cambio, apelará a su instinto camaleónico para lograr juntar un poquito de cada lado, en especial el voto paloma de Juntos por el Cambio y los que optaron por Juan Schiaretti y Myriam Bregman. Sabe que el voto gorila le es absolutamente esquivo y además carga con un alto rechazo personal, como del gobierno que representa. Esconder a Alberto y Cristina, como vienen haciendo, parece ser parte troncal de la estrategia.

Si en las PASO quedo demostrado que “redes sociales matan aparato”, en las generales parecería que Massa logró volver a poner en valor la estructura nacional con la que cuenta el peronismo, además de las ventajas de controlar el estado nacional. Tomado como fuerza política, Unión por la Patria creció más de 9% entre las PASO y las generales, unos 3 millones de votos más. Milei se mantuvo en términos porcentuales, generando un pequeño crecimiento en cantidad de votos debido a la mayor participación. Y JxC se derrumbó, perdiendo más de 4%. En términos de estrategia, por lo menos con el diario del lunes, lo que sea que hizo Massa (ej. Plan Platita, modificación de la estrategia de comunicación, etc) funcionó y lo llevo hasta un inesperado ballotage. En el caso de Milei, la pregunta es si es momento de atacar o si conviene seguir en una posición más diplomática.

En ambos casos van a ir a pescar a peceras foráneas, en un ecosistema político donde el bi-coalicionismo ya había mostrado señales inapelables de vencimiento. Uno de los que lo dejó más en evidencia fue Mauricio Macri, que probablemente liderará la “revolución de los halcones” en búsqueda de un fuerte acercamiento a La Libertad Avanza, lo cual prima faccie le dejaría servida a Massa la seducción del Radicalismo. ¿Cómo jugará Patricia? ¿Y Horacio?

Nuevamente el ecosistema político nos sorprendió con un resultado inesperado que nos obliga a volver a calibrar expectativas. La campaña interminable está llegando a su fin.