"Me vendieron al nacer y quiero saber mi identidad", escribió Mónica A. Sznaidman que integra junto con otras 45 personas un grupo en el que buscan describir quiénes fueron sus padres biológicos. Son argentinos que nacieron entre 1956 y 1980 y sus partidas indican que fue en la misma dirección.
La realidad de estas personas salió a la luz por un informe de la prestigiosa cadena británica BBC. A raíz de la historia, PERFIL reconstruyó uno de los testimonios, el de Mónica, que fue víctima de este drama.
Se trata de bebés que fueron adoptados por familias que ingresaban a un edificio de la calle Jufré al 100: algunas mujeres entraban con una almohada escondida en sus vestidos, fingiendo estar embarazadas y salían con bebés en brazos, luego de pagar un monto por ellos.
La misma dirección le figura tanto a Sznaidman como a Ricardo Blanco, Daniela Hinsch, los mellizos (separados al nacer) Jorge Elkin y Ricardo David Luján, quienes contrastaron sus actas y descubrieron que tuvieron la misma partera: en algunos casos fue Francisca Ofelia Pintos Lemos y a otros Gregoria Agra de Pasini. "Trabajaban juntas", le dijo Sznaidman a PERFIL.
En 2015, Mónica Sznaidman compartió una publicación en Facebook que atrajo la atención de otras personas a las que les había pasado lo mismo: "A los seis años me dijeron que era adoptada", publicó y relató que fue a esa dirección a preguntar por la partera y una señora le dijo que "se dedicaba a traer chicas del interior embarazadas que daban a sus bebés".
A través del grupo, que en redes sociales el grupo lleva el nombre de las parteras, ya fallecidas ("Por nuestra identidad. Parteras F. Ofelia Pintos Lemos - Gregoria Agra) intercambian información, apoyo y buscan descubrir quiénes fueron sus padres y en qué fecha exacta nacieron. Además intentan responder unas incógnitas que los acompañaron durante toda su vida: por qué fueron dados a padres adoptivos, por qué los mellizos fueron separados y por qué su partida de nacimiento fue falsificada.
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"Nos trataron como mercancía", dice Mónica Sznaidman en una entrevista telefónica.
Con 53 años, Sznaidman todavía no conoce su verdadera identidad. "Que haya tantos casos, por un lado, nos confirmó esa corazonada (que tenían de chicos)". Sin embargo, sobran las versiones sobre lo que ocurrió e intuye que puede haber más personas como ella: "Sabemos que somos más. Son muchos los buscadores de identidad".
Después de morir sus padres, ella revisó la fecha de su partida de nacimiento y compartió en Facebook sus dudas. Otras personas le comentaron que tuvieron las mismas parteras y que se preguntaban sobre el proceso de adopción.
Rafael Castillo
Hace unos días, el grupo pudo dar por primera vez con una de las madres de los bebés que fueron vendidos. "Con la sospecha de que podemos ser robados o dados en adopción, las madres no aparecían", relató Sznaidman.
"Vio la historia en la tele y su nuera nos contactó por Facebook". En ese momento, la madre tenía 14 años y el padre 24. Se acercaron a una casa de Rafael Castillo para dar a luz. Pero cuando nació el bebé les dijeron que estaba muerto y se fueron. "Hoy tienen cinco hijos", explica Sznaidman.
La casa de Rafael Castillo era otro de los lugares en los que Ofelia Pintos Lemos realizaba estos hurtos y comenzaba el tráfico de bebés. "Les pedían que fuesen con un almohadón en la panza, mientras los bebés esperaban calentitos en la cocina", reconstruye a partir de los relatos que surgen del grupo.
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Las entrevistas
El siniestro procedimiento comenzaba con una consulta con las parteras: les tomaban los datos y cuando el bebé nacía les pedían que viajaran rápido a Buenos Aires: "Muchas familias eran del interior".
Además del consultorio de la calle Jufré, el grupo registra otro en Metán. Los testimonios que fueron recolectando de las historias que les contaron sus padres son puestos en común para desartircular el entramado de sus orígenes. "Nos une el nombre de la partera", explica Sznaidman quien junto con Mónica Balmaceda iniciaron esta búsqueda.
"Sabemos que todos fuimos comprados por el relato de nuestros padres". Balmaceda le presentó a Ricardo Blanco, uno de los mellizos que fue separado de su hermano al nacer. Blanco les comentó que a sus familias le habían dicho que les iban a dar unos "hermanos", pero cuando llegaron le habían dado a su mellizo a otra familia.
La búsqueda de resolución
"Me pondría bien que al menos una historia se resuelva", demanda Sznaidman. Quienes están dentro del periodo de los nacimientos durante la última dictadura cívico militar, tras la que continúan confirmándose indentidades de los hijos de los detenidos-desaparecidos, realizaron la prueba de ADN en Madres. Como su información dio negativa continuaron buscando respuestas.
Es así que actualmente los integrantes del grupo exigen la existencia de un banco nacional de ADN para que ellos y otras personas que dudan sobre su identidad y no son hijos o nietos de desaparecidos puedan encontrar a sus padres biológicos: "Es necesario saber quiénes somos, porque sino te lo preguntás toda la vida", concluyó,
CI/MC
