Una muela. Unos fragmentos de huesos que no se pueden reconocer a qué partes del cuerpo corresponden. El descubrimiento de los científicos del instituto Max Planck de Leipzig en una cueva de Bulgaria es casi insignificante en volumen. Son apenas unas huellas. Pero esas pequeñas huellas se mantuvieron durante alrededor de 45 mil años en una cueva búlgara para emitir un mensaje: como si fueran una botella lanzada al océano del tiempo. Viajó y viajó hasta llegar a un momento crítico de la humanidad, el de una pandemia y explicarnos que los homo sapiens ya estaban en Europa en ese momento, conviviendo —e incluso apareándose— con otros homínidos, como los de Neandertal, que estaban allí desde incluso antes.
El descubrimiento, publicado en la revista Nature,es impactante. Tanto por la antigüedad de las piezas rescatadas como por lo que revelan.
Hasta la fecha, la mayoría de los fósiles encontrados de los seres humanos en Europa oscilaban entre los 45.000 a 41.500 años, pero esa datación se basaba en sedimentos y artefactos asociados con los fósiles, no en los fósiles en sí. Los nuevos restos son de antigüedad aproximada de entre 46.000 y 44.000 años, según afirman los investigadores en la revista científica ‘Nature’. El nuevo hallazgo, localizado en la cueva búlgara de Bacho Kiro, habla de un escenario clave de la evolución humana: la llegada de los primeros Homo Sapiens, que tenían un origen africano, a Europa.
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Diversas olas. La cueva es una poderosa fuente de nueva información sobre el paleolítico, el momento de la prehistoria en el que llegaron a Europa estos viajeros africanos.
Por ejemplo, hablan de una cierta forma de simbolización y de cultura. Las nuevas herramientas de piedra y colgantes, hechos de dientes de oso, parecen haber inspirado objetos similares hechos unos miles de años más tarde por neandertales de Europa occidental, explica a Science News Jean-Jacques Hublin, paleontólogo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, lo que sugiere que los antiguos humanos en Bulgaria se mezclaron con los neandertales nativos. "La cueva de Bacho Kiro proporciona evidencia de que grupos pioneros de Homo sapiens trajeron nuevos comportamientos a Europa e interactuaron con los neandertales locales".
Los hombres de Neandertal desaparecieron hace unos 40 mil años. Se suponía que convivieron unos cinco mil con los homo sapiens. Y el descubrimiento anunciado esta semana lo confirma. En términos planetarios, cinco mil años es muy poco. Pero es casi el tiempo del registro histórico de lo humano, la escritura.
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Estos huesos pequeños demuestran otras cosas: contienen un 2% por ejemplo, de la génetica neardental, lo que comprueba que hubo intercambio entre ambos grupos en un comienzo: que un abuelo o bisabuelo de las personas que vivieron en Bacho Kiro no fue humano.
Además, los artefactos de piedra y los ornamentos personales encontrados con los fósiles humanos son los primeros ejemplos de un cambio en la fabricación de herramientas y ornamentos de lo que se conoce como la cultura inicial del Paleolítico Superior, apuntan los investigadores. Junto con varias excavaciones europeas anteriores, los nuevos hallazgos indican que las herramientas iniciales del Paleolítico Superior se hicieron sólo unos pocos miles de años antes de ser reemplazadas por implementos relacionados de la cultura auriñaciense, que data de hace entre 43.000 y 33.000 años, Un viaje a través del océano del tiempo que parece haber llegado a destino.
CP
