Unas 60 estatuas de personajes que representan el tráfico de esclavos y el racismo están en la mira en Inglaterra, donde el grupo "Stop Trump" diseñó un mapa interactivo de estos monumentos que deberían eliminarse para que finalmente “Gran Bretaña pueda enfrentar la verdad su pasado”.
A la viralización del “derrocamiento” de la imagen del traficante de esclavos Edward Colston, en Bristol, le siguió ayer la de Robert Milligan en la misma ciudad de Londres. Esta vez, fue el propio alcalde de esa ciudad quien removió la estatua de ese comerciante de esclavos. “Es una lamentable pero real que gran parte de nuestra riqueza es producto del comercio de esclavos, esto no tiene por qué celebrarse en nuestros espacios públicos”, tuiteó Sadiq Khan junto al video de la remoción del monumento de Milligan.
Esta situación generó allí también una nueva grieta social. Por un lado, quienes apoyan estas iniciativas en el marco del BlackLivesMatter. Por otro, quienes apuntan que está bien conservarlas para que esté presente es pasado oprobioso. Y finalmente, quienes lo consideran como mínimo un sacrilegio.
En Estados Unidos, también hay estatuas en la mira. Y esto no comenzó con el asesinato de George Floyd en Minneapolis hace dos semanas. Hace varios años que activistas por los derechos civiles piden la eliminación de los monumentos a los Confederados, quienes perdieron en la Guerra Civil de Estados Unidos. Y algunas respuesta ya consiguieron. La Universidad de Alabama anunció que trasladarán en un espacio “más apropiado” las tres placas de soldados confederados (que perdieron en la Guerra Civil de Estados Unidos) que fueron “ex alumnos”.
En Jacksonville (Florida), una grúa derribó la estatua de un soldado confederado que estaba en parque de esa ciudad desde 1898. Y Después de eso, el alcalde Lenny Curry informó que correrían misma suerte monumentos similares. Se sumaron a esa tendencia otras ciudades de Estados Unidos como Indianápolis, Richmond y Alejandría, Virginia, y Birmingham, Alabama. El argumento en todos estos estados es el mismo: esos monumentos que son símbolos de racismo y opresión.
Richmond es la capital de la Confederación y hasta en ese sitio se pide la remoción del emblema histórico máximo: el general Robert Lee. El gobernador de ese Estado, Roberto Northam enfrenta una grieta social. En una de las marchas contra el asesinato de George Floyd se abogó por derribar la estatua. Incluso Robert Wright Lee, descendiente de aquel personaje histórico, respalda esa moción: “Esta estatua es un símbolo de opresión". Y en Filadelfia ya quitaron la estatua de Frank Rizzo, un gobernador que se hizo famoso en los '70 con la frase: "Votá a los blancos".
EI / DS