“No hay habitación disponible. ¿Por qué no se fijan en el hotel que está al final de la cuadra?”, recomienda un chico en la recepción a una pareja que llegó a Iguazú sin hospedaje. La escena se repite en toda la ciudad que está celebrando los 10 años del Iguazú en Concierto y cuyo nivel de ocupación es de 100%, algo inédito para el mes de junio ya que es temporada baja.
Las Cataratas, como siempre, son la gran atracción del lugar y la parada obligatoria para los turistas. Sin embargo, los recitales que se llevaron a cabo la última semana le quitaron protagonismo a la maravilla natural. Los auditorios públicos estuvieron repletos y quienes querían ver a las orquestas juveniles, compuestas por chicos de 10 a 18 años, de los más de 30 países que viajaron para presentarse debían llegar por lo menos con un par de horas de anticipo para conseguir buenos lugares.
Uno de los principales anfiteatros de Iguazú es el Ramón Ayala ubicado a escasos metros del hito tres fronteras donde se puede ver Argentina, Paraguay y Brasil desde el mismo lugar. La agenda del jueves por la noche marcaba que habría cuatro presentaciones: El conjunto de arpas de Encarnacenas, de Paraguay; Stars Aligned String Quartet, cuatro hermanos prodigos de San Francisco, Estados Unidos, que tienen entre 7 y 11 años; Exodus Youth Steel Band, provenientes de Trinidad y Tobago, y la Orquesta de Cordas Instituto GPA de Brasil.
Tanto estos grupos como los demás son conformados por niños y adolescentes que fueron invitados para mostrar sus habilidades al público y así lo hicieron. Los tres mil lugares del Ramón Ayala estuvieron ocupados y mucha gente tuvo que amontonarse como pudo para ver el escenario. “Tenemos orquestas juveniles de orígenes y géneros muy variados. Esto es muy importante no solamente como método educativo sino también para la integración social”, explicó a PERFIL Andrea Merenzon, directora artística de Iguazú en Concierto desde sus inicios.
El virtuosismo de los chicos se pudo ver de inmediato. No solo en piezas de música clásicas sino también en interpretaciones de canciones populares de Lady Gaga y hasta del soundtrack de la película Avengers. Cada orquesta con su estilo realizó shows sorprendentes y el público, que pudo asistir de manera gratuita, quedó cautivado. Algunos chicos hasta prepararon actuaciones que realizaron mientras tocaban. Usaron disfraces, pelucas, bailaron y actuaron para mostrar que no sólo están coordinados desde lo melódico sino también como grupo.
“En nuestro instituto cuando es momento de ensayar los chicos tiene que estar concentrados solo en la música. En ese momento no hay tiempo para otra cosa pero después abrimos la puerta a que propongan acciones para implementar dentro del show y así van surgiendo las ideas”, señala Daniel Misiuk, director del Instituto brasilero GPA. Él y Renata Jaffe son quienes guiaron en Iguazú a los 33 chicos que componen la orquesta que viajó y se notó el trabajo tanto en lo artístico como en lo humano. “Somos una gran familia y nos comportamos como tal. Intentamos que todo lo que les enseñamos a los chicos en el instituto lo puedan aplicar a otros ámbitos de su vida y por eso nos gusta ver sus logros en la música y la amistad que tienen”, asegura Jaffe.
Ellos fueron solo una parte de los más de 700 niños -un récord histórico- que llegaron a Iguazú y que se presentaron a lo largo de los cinco días en los que se realizó la celebración. Desde la organización afirmaron a PERFIL que se necesitó el apoyó de casi 200 personas que se encargaron de la logística durante los conciertos. “Recuerdo el primer año que los auditorios no se llenaban y era todo mucho más chico y no puedo creer como ha crecido el Iguazú en Concierto en esta década. Es un orgullo para toda la provincia que esto paso y poder compartirlo con todos ustedes”, comentó Liliana Rovira, representante del Consejo Federal de Inversiones, ente que impulsa actividades culturales en todo el país.
Los shows por los diez años cerraron el sábado 22 de junio por la noche con una gran presentación en el Anfiteatro del Parque Nacional Iguazú. Allí se presentaron todos los chicos que viajaron desde sus países y formaron una gran orquesta juvenil. Para poder lograrlo estuvieron practicando juntos durante las mañanas. No solo aquellos que tocaban instrumentos o cantaban sino también otros que montaron coreografías para acompañar. Esta parte estuvo a cargo del coreógrafo Matías Pedemonte quien estuvo a cargo de reparar a decenas de chicos. “La energía de los más jóvenes es un placer que avasalla”, describió en relación a lo que se vivió en los ensayos.
La bilirrubina, La vida es un carnaval, El carnavalito, Stayin´Alive y I will survive fueron algunos de los temas que se llevaron a cabo a lo largo de la noche. También hubo una presentación del solista argentino Maxi Trusso quien junto a la gran orquesta interpretó algunas canciones suyas y covers también. “Muchas gracias por la buena onda de todos y en especial a los chicos y sus profesores que montaron todo esto”, señaló el músico.
De esta manera se cerró la décima edición del Iguazú en Concierto. Lejos de terminar el trabajo los organizadores ya están pensando en la edición del próximo año y en la siguiente. “Estamos hablando con orquestas de Alemania y China para el 2021. Nos hicieron llegar su deseo de participar pero el 2020 lo tenían ocupado así que pactamos para la edición del otro año. Es increíble pero a la vez muy bueno saber que continuaremos con todo esto”, cerró el productor y director general Manuel de la Pica.