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Agronegocios

Rizobacter apuesta a crecer en la exportación de productos biológicos para el campo

Ricardo Yapur, CEO de la compañía, advierte que hay una demanda creciente de este tipo de insumos en todos los países que tienen a la agricultura como protagonista.

Rizobacter
Planta de Rizobacter en Pergamino. | Rizobacter

La empresa Rizobacter comenzó a trabajar en 1977 en la ciudad Pergamino, provincia de Buenos Aires con sus líneas de productos biológicos que hoy incluyen inoculantes, terápicos de semillas, coadyuvantes y fertilizantes. Hace cuatro años, su paquete accionario fue comprado por Bioceres y en el ejercicio 2019/20 facturó 170 millones de dólares, de los cuales el 30% provino de la exportación.

Ricardo Yapur, CEO de la compañía, dialogó con Super Campo sobre el negocio de biológicos y la proyección de la empresa.

-¿Qué balance hace del negocio de Rizobacter en la pandemia?

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-En mayo y junio todo el mundo quiso comprar dólares baratos o por lo menos asegurarse el dólar a 70 pesos y vendimos y cobramos una cantidad my grande, produjimos y entregamos. Hicimos la campaña rara, porque terminamos el ejercicio en junio del año pasado con mucha venta anticipada. Empezamos el ejercicio nuevo en julio y en ese primer trimestre no paramos, vendimos bien y sin problemas, pero en el segundo trimestre del ejercicio (cuarto trimestre del año), entre la sequía y pagar todo lo que se había comprado anticipado fue muy difícil. La empresa va bien, sigue exportando y llevando adelante sus planes, con lanzamientos de productos. 

-¿Hubo que cambiar la manera de vender?

-Es raro pero todo funciona. Se camina de otra manera y los números los vamos dando, cumpliendo. Tengo miedo de que algo nos perdamos a futuro, pero hoy todo funciona. Con los clientes no nos vemos, salvo por Whatsapp o por teléfono. Tengo miedo de que pierda el cara a cara que genera negocios nuevos o que si te peleabas en la reunión, te volvías a encontrar en la cena o el almuerzo con vino y café de por medio suavizando las cosas. Hoy si te peleás, no tenés marcha atrás. Todo funciona hasta ahora, con sus más y menos. Tengo que agradecer que estoy en este sector, porque hay otros que la han pasado y la siguen pasando muy mal. Nuestro sector siguió funcionando como el primer día, siguió cosechando, sembrando, vendiendo y produciendo como el primer día. Los problemas climáticos de este año son muy complejos y desafortunadamente no vamos a poder aprovechar los buenos precios, porque vamos a tener reducciones importantes en la mayoría de los cultivos.

-¿En qué nivel se encuentra la adopción de productos biológicos en Argentina?

-Lo inoculantes son una de las tecnologías muy bien adoptadas por el productor, hoy se inocula el 80% de la superficie sembrada con leguminosas, tanto en soja como alfalfa, vicia, arvejas. Es decir que es una tecnología muy bien aceptada por el productor y que en los últimos años, inversiones de por medio, ha permitido mejorar la sustancialmente la calidad. En los últimos 10 años hemos hecho cinco lanzamientos de distintas tecnologías, a través de inversiones en investigación y desarrollo.

Ricardo Yapur

-¿Cómo empezó el negocio de la exportación?

-En 1987 fui a Ecuador para vender 5 mil sobres de inoculantes, para 50 mil hectáreas. Allí me di cuenta de que teníamos un producto que podía competir con los de empresas norteamericanas en calidad y logística. Ahí nació la idea de que podíamos exportar y hoy el 30% de nuestra facturación proviene del comercio exterior. Tenemos sucursales en Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, Venezuela, Estados Unidos, Francia y Sudáfrica para atender a distintos mercados y geografías. Hoy vendemos en Rusia, Ucrania, Turquía, Francia, Italia, Austria, Alemania, Canadá, México, Estados Unidos. En la región estamos en todos los países, salvo en Perú y Chile porque no tenemos productos para esos mercados y en Venezuela porque no se puede cobrar. 

-¿En qué mercados tienen más expectativas para los productos biológicos?

-En Europa venimos caminando y haciendo la base para poder desarrollarnos y crecer en África subsahariana, donde se hace una agricultura más parecida a la nuestra. Hay realidades distintas, Estados Unidos sigue siendo un país que prefiere los productos químicos. En Europa tiene una demanda espectacular de biológicos porque solamente se habla de orgánicos y biológicos. Son realidades distintas, pero todas van apuntando lentamente a usar una mayor cantidad de productos biológicos. Por su puesto que los biológicos no van a reemplazar a los químicos, sino que van a convivir con una menor presión de los químicos porque hay algunos que han sido reemplazado. En Europa hay 5 millones de hectáreas de soja, estamos participando muy bien y vemos que la demanda no viene solamente por los inoculantes, sino también por bioestimulantes y biofungicidas. En este momento estamos registrando Rizoderma en Europa, para el control de enfermedades fúngicas  de semillas de cereales de inverno y soja. Es un proceso largo y costoso, pero en algún momento en dos o tres años significará un cambio muy importante en la visión de la empresa. Tenemos como objetivo que nuestra 30% de la producción se debe destinar a la exportación. En este momento estamos en el 25%. 

-¿Qué opina sobre las restricciones a las aplicaciones de agroquímicos que se están dando en la Argentina?

-En Europa, las aplicaciones se hacen cerca de las casas o a 5 metros de cursos de agua y en frutales hay que dejar 10 metros de retiro, mientras acá estamos poniendo de 1.500 y algunos hasta 5.000 metros de retiro. Me parece que la política está manejando a las aplicaciones en lugar de la ciencia. Si la política maneja y no quedan productos químicos para aplicar, es probable que con los biológicos tengamos una oportunidad, pero igual no veo bien la situación manejada por la política. Se debe hacer un control estricto. En Francia los aplicadores tienen un carnet, una máquina controlada que puede revisar la comuna en cualquier momento para dejarla trabajar. De ahí vienen las penalidades para los que hacen bien las cosas. Aquí en lugar de hacer un buen control y educación de la gente, queremos prohibir, pero eso es una falta de conocimiento total de los que quieren manejar estos temas. 

-¿Qué expectativas tiene para 2021?

-Este año vamos reafirmar muchas cosas que tenemos en el mercado, seguir exportando y agrandando el negocio de exportación. El directorio nos ha aprobado una inversión importante en Brasil para una planta de tensioactivos en Londrina. Brasil, por la legislación permite vender sin registro si se produce en el país y ya los estamos produciendo en la planta que tenemos y ahora nos ha liberado una cantidad de fondos suficiente para construir una planta nueva. Luego seguiremos trabajando en los productos nuevos y poniéndole mucho esfuerzo al registro de Rizoderma en Europa para venderlo lo antes posible en un mercado que consideramos interesante. Tenemos una participación chica en Brasil, entre cuatro y cinco veces más grande en Argentina. Nuestra participación va tomando un volumen importante, hace 25 años que estamos en Brasil, perdimos plata durante muchos años, pero pudimos aguantar. Eso nos permitió aprender, sobre eso construimos y con esa base hoy estamos firmes en Brasil con una facturación importante.

-¿Cómo está el ambiente para invertir en el país?

-El clima para invertir en Argentina hace mucho tiempo que dejó de ser bueno, no hay un ambiente de negocios. Estamos todos a la defensiva, pero aquellos que estamos en el negocio no nos queda otra que seguir jugando. Es como andar en bicicleta, si no seguís pedaleando o te caés y te pasa otro por encima. No es lindo, vivimos con el corazón en la boca, llenos de regulaciones.