El papa León XIV exigió la liberación de los más de 300 estudiantes secuestrados en Nigeria
Durante el Ángelus, León XIV expresó su “profundo dolor” por el secuestro de 315 personas en Nigeria y llamó a las autoridades a actuar con rapidez para proteger a las comunidades educativas y religiosas.
El papa León XIV pidió este domingo la liberación inmediata de los más de 300 estudiantes y profesores secuestrados en Nigeria, tras el ataque perpetrado en la Escuela Secundaria Católica St. Mary’s, en la comunidad de Papiri, estado de Níger. Durante el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro, el pontífice expresó su “profundo dolor” por el nuevo episodio de violencia y llamó a las autoridades a actuar con urgencia para garantizar el rescate de los rehenes.
Secuestro masivo en Nigeria: más de 300 estudiantes y docentes, en manos de hombres armados
En su intervención, León XIV afirmó haber recibido la noticia “con inmensa tristeza” y dirigió palabras de consuelo a las familias afectadas. “Hago un llamamiento para que los rehenes sean liberados inmediatamente e insto a las autoridades competentes a que tomen las decisiones adecuadas y oportunas para garantizar su liberación”, expresó el papa ante miles de fieles.
El pontífice también pidió rezar para que “las iglesias y las escuelas sigan siendo lugares de seguridad y esperanza”, en un país donde los ataques contra instituciones religiosas y educativas se han vuelto cada vez más frecuentes.
El secuestro masivo: más de 300 personas raptadas durante un asalto nocturno
El ataque ocurrió el viernes alrededor de las 2 de la madrugada, cuando un grupo armado irrumpió en el internado de St. Mary’s. Según la Asociación Cristiana de Nigeria, fueron raptados 303 estudiantes, de entre 10 y 18 años, junto con 12 docentes, lo que eleva la cifra total a 315 personas.
El obispo Bulus Yohanna, presidente de la organización en el estado de Níger, confirmó que el conteo se realizó tras un censo exhaustivo entre los sobrevivientes. Las autoridades identificaron a los atacantes como bandidos armados, grupos criminales que operan en el norte del país y que suelen realizar secuestros masivos con fines de extorsión.
Oleada de secuestros: ataques en escuelas e iglesias en distintos estados
El secuestro en Papiri no es un hecho aislado. En la última semana, otros ataques conmocionaron al país:
- El lunes, 25 estudiantes fueron raptadas de un internado en el estado de Kebbi.
- El martes, 38 feligreses, incluido un pastor, fueron secuestrados durante un asalto a la Iglesia Apostólica de Cristo en Eruku, estado de Kwara. Al menos dos personas murieron en el ataque.
Estas agresiones reflejan una escalada de violencia que afecta a comunidades educativas y religiosas en regiones donde operan bandas criminales y grupos yihadistas como Boko Haram y el Estado Islámico en África Occidental.
Ante la gravedad de la situación, el Gobierno nigeriano ordenó el cierre temporal de 41 internados ubicados en estados considerados de alto riesgo, entre ellos Níger, Kebbi, Plateau y Benue.
Binta AbdulKadir, directora de Educación Secundaria Superior del Ministerio Federal de Educación, informó que la medida busca prevenir nuevos ataques mientras continúan las operaciones de búsqueda. En paralelo, la Policía de Níger desplegó unidades tácticas, efectivos militares y agentes de seguridad para rastrear la zona y localizar a los rehenes.
Condena internacional: la Unión Africana exige justicia y medidas de protección
La Comisión de la Unión Africana, liderada por Mahmoud Ali Youssouf, condenó enérgicamente los secuestros y advirtió sobre las amenazas persistentes del terrorismo y el extremismo violento en Nigeria. El organismo pidió activar mecanismos de rendición de cuentas para identificar y enjuiciar a los responsables.
UNICEF ha alertado sobre la vulnerabilidad de los centros educativos. Solo el 37 % de las escuelas en los diez estados más afectados cuenta con sistemas de alerta temprana, según un informe difundido en abril de 2024.
Nigeria enfrenta desde hace más de una década una crisis de violencia en torno a instituciones educativas. El caso más emblemático ocurrió en 2014, cuando Boko Haram secuestró a 276 niñas en Chibok. Diez años después, al menos 91 siguen desaparecidas.
La continuidad de estos ataques mantiene en alerta a la comunidad internacional y refuerza los llamados a una intervención coordinada para proteger a los menores y garantizar su educación en un contexto seguro.
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