Ola de calor

Por qué el sol se vio entre naranja y rojo en el atardecer de este viernes volcánico

Mientras la temperatura y los cortes de luz golpean en la Ciudad de Buenos Aires, el sol dejó una postal llamativa este viernes 14 de enero. Los detalles del fenómeno. 

El tono entre naranja y rojizo del sol dio que hablar en el atardecer de este viernes 14 de enero. Foto: SR

Mientras la ola de calor y los cortes de luz golpean en la Ciudad de Buenos Aires, el sol dejó una postal en el atardecer de este viernes 14 de enero que llamó la atención de muchos que vieron un color llamativamente "rojizo" y/o "naranja". Así muchos usuarios de las redes sociales aprovecharon para compartir imágenes de este suceso, todos maravillados por el espectáculo que ofrecía el cielo.

 

El fenómeno que explica esos colores rojizos del sol es conocido como "la dispersión de Rayleigh". Todo se debe, señalan los especialistas, a la física tradicional y a "las propiedades ópticas de la luz solar cuando atraviesa la atmósfera terrestre", según indicó hace un tiempo el astrónomo Edward Bloomer, de los Museos Reales de Greenwich, situados en el este de Londres.

En primer lugar, debemos entender que la luz está compuesta de todos los colores del espectro visible: el rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. "Tiene que ver con cómo se dispersa la luz solar, y no lo hace de manera uniforme", explica Bloomer.

Cada color tiene una longitud de onda diferente y a eso se deben las diferentes tonalidades. Por ejemplo, el violeta tiene la longitud de onda más corta, mientras que el rojo tiene la más larga.

Cuando la luz solar atraviesa las capas de gases de nuestra atmósfera se dobla y se descompone como si estuviera pasando por un prisma. Y las partículas suspendidas en la atmósfera hacen que esa luz descompuesta rebote y se refleje.

Cuando el Sol se pone o sale, sus rayos chocan con las capas superiores de la atmósfera en ángulos específicos y es allí cuando se ven esos colores llamativos. A medida que los rayos atraviesan esas capas superiores de la atmósfera, las longitudes de onda azules se dividen y se reflejan en lugar de ser absorbidas.

"Cuando el Sol se acerca al horizonte, los azules y los verdes se dispersan y nos quedamos con ese resplandor naranja y rojo", comentaba Bloomer. Eso sucede porque la luz de ondas más cortas (violeta y azul) se dispersa más que la luz de ondas más largas (naranja y rojo).

JD / HB