TENSIÓN COMERCIAL

Trump termina con una guerra y pone otra en marcha

El mandatario estadounidense no detiene la guerra fría tecnológica y debilita la postura estadounidense de que Huawei es más que un peón político.

trump social Foto: Photographer: Andrew Harrer/Bloomberg

Puede que la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de desbloquear las ventas de productos tecnológicos del país a Huawei alivie la tensión con China e incluso ayude a poner fin a la guerra comercial.

Sin embargo en lo que respecta a acuerdos, este va camino a ser uno de los peores de Trump. No detiene la guerra fría tecnológica y debilita la postura estadounidense de que Huawei es más que un peón político. Los comentarios del presidente en la cumbre del G-20 durante el fin de semana indican que está listo para poner fin a esta guerra comercial, pese a que persisten las amenazas a la seguridad nacional.

Trump dijo que levantará las restricciones a Huawei en conferencia de prensa. El director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Larry Kudlow, luego señaló a los medios que la empresa seguirá en la lista de entidades del país, que permite al Departamento de Comercio restringir las ventas, pero aclaró que probablemente se otorgarán licencias temporales.

El veto del 15 de mayo que prohibió las empresas estadounidenses vender productos a Huawei puso a toda marcha el plan chino orientado a deshacerse de tecnología del país norteamericano. La nación sigue dependiendo de los chips estadounidenses e incluso con una reanudación limitada del acceso China puede cerrar algunas brechas y seguir desarrollando su propia tecnología. Huawei tiene incluso más incentivo para seguir adelante con esa iniciativa.

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La medida estadounidense también ayuda a fortalecer la posición de la empresa china, que afirma estar siendo utilizada como punto de negociación comercial. De acuerdo con una transcripción publicada en la web, Trump comentó:

"Las empresas estadounidenses pueden vender equipamiento a Huawei. Me refiero a equipos que no impliquen grandes problemas de emergencia nacional". Esto es una admisión directa de que su gobierno prohibió las ventas de al menos algunos productos que no tenían implicancias en materia de seguridad y que la compañía no es más que un blanco político. Además se distancia bastante de los "efectos potencialmente catastróficos" de vender tecnología estadounidense a empresas chinas de los cuales advirtió en su orden ejecutiva de mayo.

En cosa de minutos, el presidente declaró lo que el equipo de relaciones públicas de Huawei en Shenzhen lleva meses intentando decir al mundo. Esta voltereta deja en claro a Pekín lo inestables que son las políticas de Washington en cuanto a la seguridad en estos momentos.

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Trump no es el único que mezcla la guerra comercial con la tecnología. El senador demócrata Chuck Schumer indicó que Huawei es una de las pocas entidades chinas a las que deben hacer jugar limpio en materia comercial. Al menos el republicano Marco Rubio parece entender que la flexibilidad política de Trump socava la credibilidad estadounidense.

Sin importar lo que pase en el ámbito comercial, se seguirá forjando una cortina de hierro digital que separe al mundo en dos esferas tecnológicas influyentes, y ninguna tregua va a poner fin a esa larga guerra fría.

 

*Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.