PERFIL SE PONE BRAVO

Cierre de campaña: Manuel Adorni polariza con el kirchnerismo hasta el último instante

En la mesa de intelectuales y periodistas del programa "Comunistas" analizaron la táctica del vocero presidencial y candidato a legislador porteño, cuyo eje consistió en nacionalizar la contienda y rivalizar con el espacio opositor a La Libertad Avanza.

Cierre de campaña de Adorni. Foto: Pablo Cuarterolo

“Vayamos a votar y sepultemos al kirchnerismo”, convocó con seguridad Manuel Adorni en el cierre de su campaña proselitista cuyo eje, hasta el último momento, se basó en la polarización con dicho espacio. 

Sin embargo, en el programa "Comunistas", el periodista Agustín Rombolá observó: “En la ciudad de Buenos Aires nunca ganó el kirchnerismo. La fuerza nació en 2003 con Néstor y luego triunfó siempre el PRO. A menos que crean que Vidal, Larreta o Lospennato son K”.

En este sentido, cuestionó la táctica del vocero presidencial de nacionalizar la contienda y rivalizar directamente con el movimiento opositor a La Libertad Avanza.

A cuatro días de la celebración de los comicios legislativos del 18 de mayo en la Ciudad, Rombolá aprovechó para cuestionar la polarización política que domina el escenario nacional en su conjunto, calificándola de “dicotomía ridícula”. “No hay necesidad de derrotar al kirchnerismo. Todo se termina reduciendo a que si no pensás como ellos, sos K”, afirmó. 

La figura de Adorni estuvo envuelta en debates durante toda la campaña. En los últimos meses se le cuestionó su doble rol como candidato y vocero presidencial, lo que para algunos sectores generó dudas sobre su independencia y capacidad para representar a los ciudadanos. Sus detractores argumentaron que su función como portavoz podría influir en su agenda electoral y limitar su autonomía para actuar en beneficio del electorado.

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Pese a las críticas, Adorni mantuvo su discurso firme y buscó consolidar su espacio político apelando a un electorado cansado de las confrontaciones tradicionales, según se consideró en el programa. 

En un escenario donde la ciudad de Buenos Aires es considerado por el PRO como un bastión propio, territorio donde despliega su hegemonía política desde hace 17 años, el candidato intenta diferenciarse sin dejar de marcar sus diferencias con el kirchnerismo, principal adversario político a nivel nacional.

El cierre de campaña de Adorni dejó en claro que la batalla política en la Ciudad estuvo marcada por la disputa ideológica y la búsqueda de votos de un electorado dividido.

 

BR / FPT