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Hernán Lombardi: “Macri siempre fue muy subestimado”

El diputado nacional participó del Ciclo de Entrevistas organizado por Estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación de Perfil. La polémicas al interior de Juntos por el Cambio y la intenciones de Macri de cara al 2023. Su visión de la situación judicial de Cristina Kirchner y de la economía actual.

Hernán Lombardi en el Ciclo de Entrevistas de Escuela de Comunicación de Perfil Foto: Marcelo Silvestro

Hernán Lombardi  participó del Ciclo de Entrevistas organizado por los estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación  del Grupo Perfil, donde se refirió a los posibles candidatos dentro de Juntos por El Cambio de cara a las elecciones presidenciales 2023. “Me imagino una PASO de dos candidatos, a lo mejor de tres, y a lo mejor de una candidatura. En general, creo que la competencia es buena”

El legislador del PRO también se refirió al alegato del Fiscal Diego Luciani en la causa vialidad. “Cuando escucho la argumentación del fiscal, veo sólidos argumentos para afirmar que había una decisión orgánica que atravesó varias etapas del Gobierno, con diversos jefes de gabinete, y que permitió un favoritismo absoluto hacia las empresas de Lázaro Báez”. Declaró Lombardi en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—Recientemente Elisa Carrió dijo que fue espiada durante el gobierno de Mauricio Macri. ¿Qué opinión le merece esto?

Me parece que todas las causas están cerradas. Juntos por el Cambio. es una construcción colectiva en la cual la gente deposita mucha esperanza, nosotros tenemos que cuidar Juntos por el Cambio, la unidad la garantiza la gente con esa esperanza. A su vez, lo que está generando mucha desazón por el Gobierno en particular, pero a veces también nos miran a nosotros, es la falta de certezas. Juntos por el Cambio tiene que dar certezas a una sociedad que no tiene certezas, con un gobierno nuestro la gente vas a sentir que vale la pena, que hay un rumbo.  Ese rumbo implica certezas compartidas, no certezas de una parte de la política, sino del conjunto de la sociedad. Cuando Juntos por el Cambio genera incertidumbre, no está colaborando con esta idea de generar más esperanza, cada componente de Juntos por el Cambio tiene que evaluar como una especie de balance, si está poniendo más de lo que recibe; si está haciendo un aporte más grande o está destruyendo. Me parece que aplica absolutamente a todos y es un balance interesante a hacerse ante cada declaración. Nunca escucharás ni habrás escuchado de Mauricio hablar mal de otro dirigente de Juntos por el Cambio. No existe eso en nuestro diccionario porque pensamos que hay que construir.

—A partir de esta última reflexión. ¿Qué piensa de lo que dijo Facundo Manes sobre Macri?

—Bueno, yo insisto, nosotros nos dedicamos a hablar de ideas, no de personas porque las ideas son lo que importan, tiendo a pensar primero que era una idea equivocada, sobre causas que no existen, que ya están dirimidas en la Justicia. Y lo segundo que diría es que siempre hay que ser responsable cuando trabajosamente, laboriosamente construimos algo, desde los fundadores de Cambiemos, después Juntos por el Cambio, hasta donde se llegó. Cuando uno entra a una casa que ya está fundada, tiene que tener todas las libertades, porque no voy a entrar a una casa donde no tengo ninguna libertad, pero tenés que respetar las reglas de esa casa, y esa casa es Cambiemos.

—¿Facundo Manes es un buen candidato a presidente?

—Creo que es legítimo que tenga sus aspiraciones, es imposible que nosotros salgamos a criticar a alguien de nuestro propio espacio que aspire a ser candidato, que aspire a competir, que convenza a los conciudadanos. Hice una observación, en general cuando uno entra a otro lugar, es bueno que respete las reglas básicas del lugar pero eso no invalida otras cosas. Todos pueden aspirar, puede ser Pichetto o Patricia, obviamente Mauricio, puede ser Carrio. Ahora, lo lógico en los próximos meses es que esas candidaturas que legítimamente todo el mundo empieza a expresar lleguen a una síntesis. Me imagino una PASO de dos candidatos, a lo mejor de tres, y a lo mejor de una candidatura. En general, creo que la competencia es buena.

—¿Cómo se sentiría el PRO si el candidato a presidente fuera radical?

¿Si ganara las PASO? muy bien. Nosotros tenemos un proyecto, hace poco estuvimos con Mauricio una buena parte de la tarde, con Guillermo Montenegro que viene de Mar del Plata, con Martín Giesa, el intendente de Pinamar, con Camilo Etchevarren de Dolores, y con unos 60-70 concejales, legisladores provinciales de la quinta sección electoral. Y hablábamos de esto de la necesidad de poner el caballo adelante del carro, lo primero es el proyecto. En el fondo es la apreciación del libro de Mauricio, que presenta el libro el lunes que viene, Para qué. Si no sabemos para qué lo hacemos, no nos dediquemos a la política. La lucha por el poder mismo es insana, peleás porque creés que sos el mejor para transformar la realidad y con una noción de servicio público, que a veces se pierde de vista, sobre tus conciudadanos. El para qué es lo más importante y después el que lo lleva adelante, nosotros pretendemos que sea del PRO, pero no nos rasgamos las vestiduras por otras cosas.

—¿Lo ve a Mauricio Macri con ganas de volver?

—Lo veo en su personalidad y en su conocimiento de la sociedad, lo veo como un estadista que realmente cuando habla y cuando piensa, marca una diferencia muy importante. Y esto no va en desmedro de nuestros dirigentes, Mauricio quiere apoyar y que nuestros dirigentes crezcan lo más posible. Pero la verdad que lo escucho y hay una visión, parte es la experiencia del paso por el poder, pero una visión que supera largamente la visión general. Por otra parte, hay un punto que me parece importante decir, la transformación de toda esta visión empezó no después de las elecciones de diciembre de 2019, sino después de las PASO. Cuando se empezó con las marchas del “sí se puede”, cuando remontamos 12 puntos en las elecciones, habíamos sacado 30 puntos y después sacamos 41, casi 42. El 7 de diciembre hicimos una despedida en la Plaza de Mayo, donde Mauricio se va en andas. Curiosamente, la levantada de Mauricio y su nueva conversación con la sociedad empieza antes de entregar el poder. Yo lo veo muy cómodo hablando, el otro día estuvimos en Ituzaingó, en Junín o Bariloche, hay una conversación muy sincera con la gente por parte de Mauricio que me parece que lo ha redimensionado para mejor enormemente.

—¿ Cree que Horacio Larreta está haciendo el mismo recorrido que Macri para ser candidato en 2023?

Creo que Horacio está muy habilitado, ha hecho una gran obra en la Ciudad, continuó las cosas que había hecho Mauricio en la Ciudad, ha hecho una obra importante. Cualquier observador objetivo, sabe que la Ciudad de Buenos Aires está mucho mejor después de los 8 años de Mauricio y los 7 de Horacio, no crean que es tan fácil administrar la ciudad. Fui ministro de cultura de la ciudad durante 8 años y estoy orgulloso de lo que hicimos con Mauricio, desde la Usina del Arte hasta abrir el Colón, el anfiteatro de Parque Centenario y el teatro San Martín. Se transformó con un sentido positivo que habilita con toda razonabilidad que Horacio pueda aspirar a ser candidato, está claro que no pienso que sea el único que hay.

 

Mauricio Macri declaró que Argentina es una sociedad fracasada, Máximo Kirchner le respondió y lo llamó “maleducado”. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Me parece que hay una visión de la realidad, después miramos las responsabilidades. Si no queremos ver que esta sociedad ha ido creciendo en niveles de pobreza, y eso implica también niveles de integración con el mundo, niveles de desarrollo económico, niveles en que las rutas están en mal estado y la conectividad es desastrosa en una buena parte de la Argentina, que no tenemos agua y cloacas que es la principal cuestión de una política sanitaria. Es una sociedad cuya dirigencia ha fracasado, no solo la dirigencia política, la empresarial, religiosa, ha fracasado. Me parece que Máximo Kirchner, al no tener ninguna respuesta sobre estos tres años desastrosos de Gobierno que han hecho, se dedica a buscar elementos artificiales con los cuales pelearse. Creo que un buen consejo a darle a Máximo Kirchner sería: fijate lo que han hecho en estos tres años.

—¿Usted considera que Cristina Kirchner podría ser condenada por los contratos de obra pública con Lázaro Báez en Santa Cruz?

—Me quedé muy impactado por el alegato del fiscal Luciani, veo que había corrupción es evidente, lo dicen ellos mismos, acá la discusión es si hay corrupción en gran escala, la corrupción más grande que vivió la historia argentina. No hay que ser mago para darse cuenta que si al secretario de repente le aparecen propiedades en Miami por 100 millones de dólares. No hay que ser demasiado astuto para darse cuenta que Lázaro Báez, que era un empleado de un Banco, se transformó en la empresa constructora más grande de Argentina y se llevaba el 80% de las obras de Santa Cruz. No hay que ser Sherlock Holmes para darse cuenta de que la corrupción existía, aparte lo reconoce el mismo kirchnerismo, la pregunta es si eso le llegaba o no a Cristina Fernández. Cuando escucho la argumentación del fiscal, veo sólidos argumentos para afirmar que había una decisión orgánica que atravesó varias etapas del Gobierno, con diversos jefes de gabinete, y que permitió un favoritismo absoluto hacia las empresas de Lázaro Báez. De cualquier manera, lo tiene que decidir la Justicia, es una opinión y tómenla como una opinión, no más que eso.

—¿Está de acuerdo con la idea que en las próximas elecciones se enfrenten Cristina Fernández y Mauricio Macri para definir para cerrar con la grieta?

—No hago especulaciones sobre eso, me parece que es un escenario posible, pero también hay otros escenarios posibles también, yo creo que este es el año de los programas y los proyectos. Por supuesto que hacen bien los que tienen aspiraciones a exhibirse, es lógico, si no la gente en un año no te conoce. Pero en los años no electorales, como este, es el año de perfeccionar los proyectos, las ideas, lo que estamos tratando de hacer acá.

—¿Imagina que Macri puede volver a ser presidente?

Sí. Macri es insoslayable en el futuro de los argentinos. Ningún país del mundo, en esto de las buenas prácticas, deja de aprovechar la experiencia de alguien que fue presidente cuatro años. Siendo el primer presidente no peronista que termina su mandato después de Marcelo Torcuato de Alvear en 1928, y que además hoy es un referente mundial. No es necesario que yo lo diga, mundialmente es alguien cuya palabra es respetada y valorada desde el punto de vista político, creo que Macri siempre fue muy subestimado. Decían “Macri no sabe nada de política”, pero  en 2002 fundó un partido. Ese partido lo llevó a ser jefe de Gobierno en 2007 en la ciudad de Buenos Aires, a reelegir en 2011, a ser uno de los artífices de la coalición de Cambiemos en su momento, no el único pero uno clave, que lleva al Gobierno en 2015 a terminar su mandato en 2019. Cosa que no estaba en el diccionario de lo que había pasado en Argentina hasta ahora, porque los gobiernos no peronistas del ‘83 a la fecha, ni a Raúl Alfonsín ni a De la Rúa les dejaron terminar su mandato. Entonces, Macri hizo este recorrido, terminó su mandato y hoy es un referente indiscutido para Argentina y para el mundo. Por eso digo, es insoslayable, nadie dejaría de costado una figura de esa magnitud.

—Si tuviese que solucionar la crisis económica. ¿Cómo lo haría?

—Obviamente es una pregunta que tiene sus complejidades, la economía es una ciencia social, admite distintos abordajes, no es una ciencia exacta. Yo tengo también mi formación en ciencias exactas, soy ingeniero y terminé de cursar la carrera de matemáticas, pero la economía no es álgebra, tiene distintas aproximaciones que implican distintas prioridades. Qué es lo prioritario en determinada época, qué es lo prioritario en otra época. Y cambian: de acuerdo a las épocas, las prioridades no son siempre las mismas. Podés ir a los valores genéricos, la prioridad es generar un crecimiento sustentable, con un desarrollo sustentable que dé mayor bienestar a la mayor cantidad posible de ciudadanos, eliminar la pobreza. Esos son valores, principales a ser defendidos, pero ahora iría a los instrumentos, lo que diferencia son los instrumentos. Nosotros pensamos que en este momento la Argentina tiene un mal que ya se está transformando en algo de una gravedad tremenda, que es la inflación. A veces se pierde de vista que es una deformación de la economía que termina generando un impuesto que equilibre a las cuentas del Estado a través del peor impuesto, que es a los que menos tienen. Porque la inflación la pagan todos, nosotros creemos que hoy es central la lucha contra la inflación y creemos que está basada en la emisión de dinero por fuera del mercado. Nosotros creemos en cortar la emisión de dinero en pesos. Emitís dinero en pesos y esa moneda se erosiona permanentemente. Y la única forma de hacerlo es cortando el déficit fiscal. Nosotros creemos que tenemos que ir al déficit cero desde el primer día. Después de toda esta explicación que te doy, no es una explicación arbitraria. Si no haces déficit cero alguien lo paga, en general lo pagan los chicos de Berazategui o de La Quiaca cuando compran un paquete de caramelos. Ese paquete de caramelos tiene un impuesto al valor agregado y ahí están financiando el déficit del Estado.

—Usted habló de rumbos, certezas e ideas recientemente. Frente a este escenario tan complejo de incertidumbre actual. ¿Qué propone su espacio en cuanto a rumbos, certezas e ideas?

—Primero vamos a tratar de definir rumbos, certezas e ideas. La primera idea general es que la Argentina no puede hacer cosas diferentes de lo que hacen los países exitosos del mundo, es una idea central. Argentina tiene que llevar las políticas públicas que han contribuido a que al mundo le vaya mejor, y no que le vaya peor. Parece una verdad autoevidente, pero lamentablemente no lo es. Dentro de ese punto, hay países. Antes cuando vos decías esto, te respondían: bueno, pero Argentina no es Finlandia, ya sé que Argentina no es Finlandia. Pero ahora te aplican políticas exitosas, además de Finlandia, Dinamarca, España, Francia, Estados Unidos, buena parte de Latinoamérica donde a la región le va mejor que a Argentina Entonces la primera idea es hacer un manual de buenas prácticas, esto es lo que le ha hecho bien al mundo apliquémoslo nosotros. La segunda cuestión son los proyectos, que tienen que ver necesariamente con el eje que uno ve. algunos son muy centrales, como “no se puede gastar más de lo que te entra” es evidente. Otro proyecto central es que la Argentina tiene que volver a su matriz exportadora, la Argentina tiene que exportar, no somos un conjunto de gente inútil que no sabe fabricar bienes y servicios que le interesen al mundo la Argentina debe exportar. Nosotros creemos que lo que une eso es una educación de calidad, que es un elemento central. Cuando digo educación, no solamente me refiero al sistema formal, sino también a todas las cuestiones que tiene el sistema informal de la educación, tenemos que tener un énfasis en superarnos a nosotros mismos, ahí hay un valor al cual yo estoy diametralmente opuesto a lo que dijo el Presidente y lo que hace el Gobierno, de no creer en el mérito. Es una idea muy pobre intelectualmente, pero también es muy pobre desde el punto de vista de la práctica. Lo que hace superar a la gente y que nos superemos entre todos, es que ser mejores es el mérito y el mérito no excluye a la competencia. La educación tiene que estar basada en una sociedad que por supuesto quiere que arranquemos todos sin privilegios de ningún tipo. Sin privilegios de familia ni privilegios de religión, eso es lo que aspiramos, es lo que se llama la igualdad de oportunidades, pero después que dependa de tu propio esfuerzo. Y en eso la educación es clave, porque ustedes saben que la educación lleva un trabajo  y un esfuerzo, debemos tener enorme nitidez en lo que decimos. Hay que tener una construcción racional, un programa nítido, no tener temor de hablar de ninguna de las cosas que vas a hacer, y aspirar a convencer a tus ciudadanos que funciona. Esas son las certezas.

—¿Dentro de Juntos por el Cambio hubo algún tipo de autocrítica con respecto al préstamo del FMI?

—No. Hay que decirlo una y mil veces, vos no pedís prestado en tu vida personal si no tenés una deuda. Voy a un número que para mi es de una contundencia tal que cuando lo explicás, muestra que el kirchnerismo es una contradicción en sí mismo. Néstor Kirchner se preciaba, y hacía muy bien, lo que él llamaba los superávits gemelos, donde gobernaba con un superávit fiscal y un superávit comercial, Así dejó el poder en 2007. Cristina Fernández dejó un déficit entre el 6 y 7% cuando asumió Macri en 2015. ¿Qué paso en ese intervalo?  La incidencia del gasto público de Néstor sobre el producto bruto era del 23% cuando asume, y Cristina lo dejo  en 41%, sumó 18 puntos de gasto público. Destrozó la macroeconomía, y la macroeconomía no es una cosa teórica, termina en que todos nosotros hoy tenemos inflación y pobreza, y que el sueldo no te alcanza. Entonces, frente a esa deuda, tuviste que tomar un crédito, tenías ya la deuda. La pregunta es si cambiaste de acreedores, es cierto, cambiaste de acreedores y además era el único que te prestaba. Sobre otros puntos puedo admitir o reflexionar sobre algunos cambios que se podrían haber hecho mejor. En ese punto, francamente pienso que no, cuando dicen. Voy a demoler todo lo que dicen la deuda en pesos no es la misma que la deuda en dólares, al señor Massa, ahora con estos anuncios que está haciendo cuando va a Washington, ¿le prestan en patacones o le prestan en dólares? ¿No está contrayendo deuda en dólares? Es todo un relato falso, la deuda es deuda y cuando te dicen: la deuda en pesos es distinta de una deuda en dólares, por supuesto que hay matices. Pero ojo, si no te están diciendo: la deuda en pesos es distinta porque la voy a repudiar en algún momento. Eso sería una catástrofe.

—Agradecemos mucho su participación en este ciclo de entrevistas con nuestros estudiantes del Perfil educación. Le damos la posibilidad de cerrar con un comentario final.

—Creamos todos en nuestra propia fuerza. Algunos podrán coincidir en lo que yo dije, algunos pueden pensar que no, que estoy sesgado. Confiemos en nuestra propia fuerza. El fenómeno que estamos viviendo, con una buena parte de la sociedad yéndose a vivir al exterior porque no fuimos capaces de generar oportunidades para todos, es un fenómeno de una tristeza enorme. Y no hay que condenar al que se va, que ejerce su libertad, hay que condenarnos a nosotros mismos porque no conseguimos dar las oportunidades para que la gente se quede. No reflexionamos lo suficiente sobre algo, se están yendo a un continente que está en guerra. Entonces, confiemos en nuestra fuerza, démonos una oportunidad para mejorar. 

Por Jesús Soria, Sharon Carrillo, César Augusto.

Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación.

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