Euforia en la tropa mileista pero prima el “bilardismo” en el Gobierno
El aval de Estados Unidos desató entusiasmo en el Gobierno y le dio aire a Milei para relanzar la campaña. En Balcarce 50 hablan de “bilardismo puro”: pragmatismo, orden y resultados. Pero la euforia convive con la cautela de una economía que todavía no muestra alivio en la calle.
El oficialismo respira aliviado. El apoyo de Estados Unidos desató una ola de euforia interna que el propio presidente Javier Milei busca capitalizar en clave electoral. Sin embargo, en el corazón del Gobierno conviven el entusiasmo y la cautela: los gestos de la Casa Blanca abren un horizonte de mayor confianza en los mercados, pero en Balcarce 50 saben que eso no se traduce en votos.
El Gobierno intenta ahora relanzar la campaña con el mismo guion que viene repitiendo Milei en privado: orden, pragmatismo y la mística del resultado. “Bilardismo puro”, lo definió el propio Presidente, para marcar que el objetivo no es el lucimiento, sino ganar como sea, con más cálculo que épica.
El relanzamiento electoral tendrá a Milei como la cara visible de toda la campaña. No habrá delegación ni segundas líneas: será el Presidente quien recorrerá varias provincias en las próximas semanas, con un cierre programado en Córdoba, territorio clave para cualquier proyecto nacional. Antes, el 6 de octubre, encabezará un acto masivo en el Movistar Arena, pensado como la gran puesta en escena para volver a mostrar fuerza y volumen político.
Estados Unidos confirmó que negocia por un swap de 20.000 millones de dólares con Argentina
La foto con Donald Trump en suelo estadounidense ya se convirtió en un símbolo dentro del espacio libertario: un aval externo que refuerza la narrativa de alineamiento estratégico con Washington y, al mismo tiempo, un mensaje hacia adentro de que el Presidente mantiene intacto su capital internacional. En Olivos lo leen como un doble beneficio: oxígeno financiero y reimpulso político.
Sin embargo, entre la euforia y la estrategia aparece la advertencia de los propios armadores de campaña: el rebote en las encuestas todavía no es automático. El mileísmo sabe que el clima social está marcado por la recesión y por la falta de resultados palpables en el bolsillo de los votantes. Por eso, la orden es no caer en triunfalismos prematuros y evitar un desgaste anticipado.
La campaña que se relanza tendrá a Milei en el centro de la escena, recorriendo provincias y encabezando actos, con el mismo protagonismo que en 2023, pero con una diferencia clave: ahora la apuesta es menos ideológica y más pragmática, menos discursos grandilocuentes y más empatía con los que la están pasando mal. “Lo importante es ganar”, repiten en el oficialismo, como un eco del bilardismo que Milei invoca para blindar su estrategia electoral.
El Gobierno celebra el respaldo internacional, pero sabe que la verdadera prueba no está en Washington, sino en el humor del electorado argentino. Y allí, la euforia oficialista se topa con la cautela de una economía que aún no dio señales de recuperación.
FL/ff