Los Santos Inocentes, los primeros mártires del cristianismo recordados tras la Navidad
El 28 de diciembre el santoral católico recuerda a los Santos Inocentes, niños asesinados en Belén por orden de Herodes y considerados los primeros mártires cristianos.
El 28 de diciembre, el santoral católico conmemora a los Santos Inocentes, un grupo de niños de Belén cuya muerte es relatada en el Evangelio de Mateo. La Iglesia los recuerda como los primeros mártires del cristianismo, víctimas de la violencia desatada tras el nacimiento de Jesús.
Los Santos Inocentes: martirio y memoria en la historia cristiana
Según el Evangelio, el rey Herodes ordenó la matanza de los niños menores de dos años en Belén al sentirse amenazado por el anuncio del nacimiento del “rey de los judíos”. Fuentes en inglés como la Catholic Encyclopedia explican que este episodio refleja la crueldad del poder político frente a la irrupción del mensaje cristiano.
Aunque los textos bíblicos no mencionan nombres ni cifras precisas, la tradición cristiana consideró a estos niños como mártires, ya que murieron “en lugar de Cristo”. Fuentes italianas del Santi e Beati señalan que la Iglesia los honra no por un acto consciente de fe, sino por haber sido víctimas directas de la persecución contra Jesús.
Desde los primeros siglos, la memoria de los Santos Inocentes fue incorporada al calendario litúrgico, especialmente en Occidente. Estudios anglófonos indican que su conmemoración subraya el contraste entre la alegría de la Navidad y la realidad del sufrimiento humano, incluso en los momentos de mayor esperanza.
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La figura de los Santos Inocentes adquirió también un fuerte significado simbólico. Representan a las víctimas indefensas de la violencia, a los niños perseguidos y a quienes mueren sin voz ni defensa. En la tradición cristiana, su martirio es entendido como testimonio involuntario de la verdad del Evangelio.
En la iconografía, los Santos Inocentes suelen ser representados como niños con palmas del martirio, símbolo de victoria espiritual. Fuentes en inglés destacan que su culto se difundió ampliamente en la Edad Media, con iglesias y capillas dedicadas a su memoria en Europa.
Las oraciones propias del 28 de diciembre piden protección para los niños, consuelo para quienes sufren injusticias y compromiso frente a toda forma de violencia. En textos litúrgicos se recuerda que su sacrificio interpela a la conciencia cristiana y a la responsabilidad social.
Además de los Santos Inocentes, el 28 de diciembre el calendario litúrgico se sitúa dentro de la octava de Navidad, junto a celebraciones recientes como San Esteban y San Juan Evangelista. La fecha mantiene un equilibrio entre el misterio del nacimiento de Cristo y el drama humano que lo rodea.
En la Ciudad de Buenos Aires, la memoria de los Santos Inocentes puede evocarse en la Parroquia Nuestra Señora de Belén, donde cada 28 de diciembre se reza especialmente por los niños, las familias y las víctimas de la violencia, en sintonía con el significado profundo de esta conmemoración.