En Río Tercero, Córdoba

Una histórica empresa petroquímica está a punto de cerrar tras el despido de 200 empleados

La planta industrial lleva seis meses paralizada en su actividad. Desde octubre de 2024 la empresa ya despidió a más de 200 empleados.

Petroquímica Río Tercero Foto: Cedoc

La empresa Petroquímica Río Tercero SA se encuentra en una profunda crisis económica y quedó al borde del cierre luego de tener que despedir a unos 200 empleados.

Verónica Vara, propietaria de la firma, a través de una “carta abierta a la comunidad de Río Tercero” advirtió públicamente que la firma “enfrenta la posibilidad real del cierre definitivo”.

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La planta industrial lleva seis meses paralizada en su actividad. En octubre de 2024 la empresa despidió a 120 de sus 375 empleados, al cerrar su principal planta, la de TDI (diisocinatao de tolueno), que era su principal producto y por el que se puso en marcha en 1982. En julio de 2025 cesanteó a otros 124. Actualmente cuenta con unos 100 empleados.

La firma se presentó en concurso preventivo de acreedores y anunció su intención de mantener la actividad con unidades menores de actividades de producción química en la ciudad.

El comunicado

“Me dirijo a ustedes en mi carácter de presidenta y accionista mayoritaria de Petroquímica Río Tercero para informar la difícil situación por la que estamos atravesando: Desde el 14 de julio, fecha en la que nos vimos obligados a detener la operación, he trabajado incansablemente junto con mi equipo para lograr la reapertura de la planta", indica el texto de Vara.

“Sin embargo, debo comunicar que las actitudes irresponsables adoptadas por parte de algunos dirigentes sindicales —acompañadas por una campaña de ataques e injurias hacia mi persona— han impedido alcanzar una solución al conflicto", acotó también.

“El estancamiento irracional del conflicto ha derivado en la incapacidad de continuar afrontando los gastos operativos y los salarios, además de la creciente deuda acumulada de la compañía, lo que nos lleva, con profundo dolor, a enfrentar la posibilidad real del cierre definitivo, con todas las consecuencias negativas que ello implica para la comunidad y para el entramado industrial de la región”, afirmó el comunicado.

Un conflicto que fue escalando con el tiempo

Tras el comunicado de la empresa, el Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (SPIQyP) acusó a la patronal de birndar información “falsa” y de intentar impedir la continuidad de las mesas de negociación en un momento crítico “para más de 200 familias”.

Según el gremio, el 14 de julio  de este año “la empresa decidió de manera unilateral cerrar la fábrica y despedir a más de un centenar de trabajadores”.

La propuesta de pago de las indemnizaciones fue calificada de “inaceptable” ya que, según el gremio, pretendía financiarlas en más de 120 cuotas tras presentar un concurso de acreedores.

FN / EM