Sorpresas electorales

Carlos Fara: “El temor a la incertidumbre económica benefició al Gobierno”

El analista explicó que la gente eligió “llevar la fiesta en paz” ante el miedo a la inestabilidad económica.

Carlos Fara, analista político Foto: Captura

 “El temor a la incertidumbre que podía llegar a tener una victoria, aunque sea mediocre, del Presidente, terminó claramente de volcar a gente”, analizó el consultor y analista político Carlos Fara, con más de 200 elecciones observadas a lo largo de su carrera. En Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), el presidente de la consultora Fara y Asociados sostuvo que “las sorpresas son cada vez más frecuentes” porque “las sociedades procesan estas decisiones muy a último momento”, y señaló que en esta elección “uno de cada cuatro votantes decidió su voto en las últimas horas”. 

Carlos Fara es consultor, analista y especialista en opinión pública que cuenta con 39 años de experiencia en el ámbito de la consultoría desde el año 1991. 

¿Cómo fue cambiando con las horas la visión de lo que pasó ayer?

Primero teníamos una mirada un poco rara a las 6 de la tarde.  Y empezamos a tener como alguna sensación de que el Gobierno iba a hacer una elección un poquito mejor que la del 35% que estaba en los papeles. Y definitivamente yo te diría que a las 7 y pico de la tarde empezamos a notar que estaba pasando algo muy distinto. Y después de las 8 directamente nos convencimos de que había una luz violeta, por la información que íbamos percibiendo de distintos lugares. Y, ya a las 8:30 no nos cabía duda de que estábamos en un país completamente distinto al que imaginábamos que íbamos a estar.

¿Cuántas elecciones encima tenés? ¿Esta te sorprendió, fue distinta a las anteriores, de alguna manera tu experiencia indica qué está cambiando en la sociedad?

Sí, creo que más o menos voy por la 206 o 207. Primero, las sorpresas son cada vez más frecuentes, porque las sociedades procesan estas decisiones muy a último momento. Ayer, entre las 15 y las 18, fue a votar el 25% del padrón nacional. O sea, fue una cosa totalmente inusitada. Uno de cada cuatro de los que están empadronados decidió votar a último momento.

Eso ya te genera un contexto distinto en una política contemporánea en donde todas las reglas se están reescribiendo todo el tiempo. Las tendencias previas no te alcanzan a explicar lo que finalmente sucede. Y porque los contextos, en el mundo de las redes sociales, terminan de armar ciertos climas de opinión de último momento que son muy difíciles de predecir, muy difíciles de captar, por lo menos en los estudios de opinión pública tradicionales.

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¿Los focus groups te daban distinto? O sea, cuando hablabas cara a cara con las personas, ¿aparecía algo distinto a lo que indicaban los cuantitativos?

 Nosotros habíamos hecho grupos focales previos a la elección del 7 de septiembre, en la provincia de Buenos Aires. Terminamos el sábado y no nos cabía duda de que iba a pasar algo muy conmocionante, porque el nivel de desazón que tenía el voto filo-oficialista era descomunal. Y eso terminó haciendo que efectivamente mucha gente se quedara en casa y produjera el famoso triunfo de casi 14 puntos. En esta situación habíamos empezado a notar alguna onda un poco distinta en los 10 días previos. Sí, en los focus te dan como un clima que en la encuesta, fríamente, es muy difícil, porque vos tenés determinadas preguntas, determinadas opciones, no tenés posibilidad de interactuar con los votantes.

Habíamos notado algo, pero te soy sincero: pensé que el Gobierno iba a ganar por una pequeña diferencia. Pero no pensé este alud. Si todos los clientes te dicen: “Hay mucha apatía en la calle”. Yo creo que la gente no va a ir a votar. Y después va y vota más de lo que pensás. Entonces, hay una parte ahí del universo que se te escapa de las manos.

¿Qué fue ese 8% más de gente que fue a votar? ¿Qué lo motivó? ¿El miedo a la inestabilidad económica, el miedo al regreso del kirchnerismo? ¿Qué fue, a tu juicio, el motivador de esa diferencia de votos entre octubre y septiembre?

Esta es una sociedad que viene como muy golpeada, por las crisis económicas y por los fracasos gubernamentales previos. Entonces, el temor al kirchnerismo iba a estar. En el caso de la provincia de Buenos Aires, íbamos a ver una situación en donde se iba a achicar la diferencia. Obviamente no al punto de que ganase La Libertad Avanza, eso por un lado. Pero la verdad es que sí, lo que notamos era un clima de “llevemos la fiesta en paz”. Digamos, o sea, no quiero la incertidumbre del lunes, no saber ni cuánto va a valer el dólar, ni qué va a pasar con la economía, ni con los precios, etcétera, etcétera.

A mí me parece que el temor a la incertidumbre que podía llegar a tener una victoria, aunque sea mediocre, del Presidente, me parece que eso terminó claramente de volcar a gente, como diciendo: “No corramos más riesgos, dejémoslo como está y en el 2027 veamos”.

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En el 95 mucha gente suponía que Menem no iba a lograr el resultado que obtuvo, de amplio apoyo, más del 50% de los votos, porque había habido una crisis de la convertibilidad. Incluso se discutía su posibilidad de continuidad. El 30% de los depósitos se había ido del sistema bancario después de la devaluación de México y la crisis llamada “efecto tequila”. Es decir, muchos suponían que se acababa la convertibilidad y se acababa Menem, y eso jugó al revés: el miedo a que se acabase la convertibilidad y esa fuga del 30% de los depósitos hizo que más gente fuera a votar por la mantención de la convertibilidad.

¿Se podría decir que la fuga de los depósitos del 95 es equivalente a la dolarización de las carteras de 2025? ¿Y que la ciudadanía, al ver que era necesario cada vez vender más dólares para mantener el precio, y que había que ir corriendo a Estados Unidos a pedir ayuda, lejos de jugar en contra, terminó jugando a favor del Gobierno, diciendo: “Bueno, si es tan grave la situación, hay que apoyarlos”?

Es probable. Eso yo no lo descarto para nada, esa hipótesis. A mí sí me da la impresión del tema de “no estoy bien, el Gobierno tampoco lo está haciendo bien, pero no tengo opción”.  Entonces, me parece que un presidente que todo el mundo sabe que es el presidente más débil desde el 83, mantener la incertidumbre de que tuviera que vetar, que no tuviera mayorías para poder avanzar con su agenda, me parece que llegó un punto en donde esto es como demasiado. Vamos a darle el crédito y eventualmente veremos más adelante. Porque, por otro lado, nadie sabe qué otra alternativa tendría la Argentina que no sea lo que está haciendo Milei. El kirchnerismo no la comenta y Provincias Unidas, bueno, era una cosa que recién nacía.

RM