El editorial de Jorge Fontevecchia

Día 591: El patrimonio de Milei y sus elogios a la evasión fiscal

La exaltación del Presidente por los evasores fiscales generan conjeturas sobre la forma en la fue registrando sus ingresos. Qué tan verosímil es su relato de la austeridad alejado de la "casta" privilegiada.

El presidente Javier Milei Foto: AFP

Esta semana, el presidente Javier Milei presentó la declaración jurada sobre su patrimonio de 2024, como todos los funcionarios públicos. A pesar de una extensa trayectoria profesional, que uno pensaría que debería reflejarse en ingresos acumulados mucho mayores a los que declaró, su fortuna sigue siendo relativamente modesta para quien es un “experto en crecimiento con o sin dinero” para los demás y no lo sea para sí mismo aún. Esta contradicción se vuelve más compleja cuando se considera su defensa abierta de la evasión fiscal, a la que el presidente elogió en reiteradas ocasiones como un acto heroico. 

Según los datos informados ante la Oficina Anticorrupción (OA), su patrimonio pasó de 125 millones de pesos a más de 206 millones, un crecimiento del 64,8% en un año. Formalmente empobreció porque su patrimonio se actualizó a la mitad de lo que fue la inflación del año. Vale mencionar que el sistema de valoración de una propiedad por la inflación de años acumulados siempre la subvalúa, pero aun así estamos hablando de 187 mil dólares al valor del 31 de diciembre, con la devaluación fiscal que se considera para los inmuebles, o si se considerara el valor de mercado su propiedad, alrededor de 300 mil dólares.

El Presidente no registró modificaciones en su tenencia del mismo inmueble, sus dos vehículos y dólares, por lo que parte importante de esa actualización de la inflación de su patrimonio se explica en un aumento en la valuación de bienes que ya tenía en su anterior presentación: el inmueble de 100 metros en la Ciudad de Buenos Aires, 2 vehículos y ahorros en pesos y en dólares.

Algunos medios pusieron foco en criticar el aumento del patrimonio del Presidente, o de la mayoría de los funcionarios, sin tener en cuenta que no hubo ningún aumento es solo actualización por inflación. En el caso de Milei, fue menor. Al mismo tiempo, otros se centraron en el contraste con la fortuna declarada por Máximo Kirchner, mucho más elevada, alrededor de 8 millones de dólares. 

Sin embargo, lo llamativo es que el patrimonio del Presidente no pareciera ser el de un economista con su prestigio y recorrido profesional. Javier Milei tuvo un recorrido laboral amplio antes de llegar a la presidencia: Luego de su faceta juvenil deportista como arquero juvenil en Chacarita Juniors, trabajó como pasante en el Banco Central, fue asesor legislativo, y luego se desempeñó como economista en el sector privado, donde los salarios no son para nada despreciables. Ocupó roles destacados como economista senior en HSBC, economista jefe en Máxima AFJP y coordinador en el Estudio Broda, el estudio de economía más importante en Argentina durante décadas. 

Máximo Kirchner declaró un patrimonio total de $8.311.567.011 

Durante más de una década trabajó en Corporación América, el holding de Eduardo Eurnekian, y también fue docente universitario en múltiples instituciones, muchas de ellas privadas. Paralelamente, desarrolló una carrera como autor, conferencista y figura mediática, donde su estilo provocador le abrió espacio como divulgador económico.

Según repetidas fuentes gastó 50 mil dólares en la clonación de su perro Conan y el auto que compró en 2015 es un Mercedes Benz. En una entrevista en LN+ en 2023, declaró: “Cobro hasta 25 mil dólares por conferencia. No me pagan poquito”. 

Pero a este panorama se suma otro elemento que podría dar lugar a cierta suspicacia. Milei considera que los evasores fiscales son “héroes”, que el Estado es una asociación criminal, y los impuestos un robo. “Los impuestos son un robo y el Estado es peor que el ladrón vulgar”, sostuvo antes de llegar a la presidencia. 

El presidente Javier Milei declaró un patrimonio de 206.046.375 pesos.

A veces, las declaraciones de Milei rozan lo caricaturesco, como cuando dijo que su ídolo era el famoso mafioso Al Capone, porque evadió la “ley seca” en Estados Unidos en los años 30. “Al Capone es uno de mis héroes. Los contrabandistas son héroes”, dijo en la televisión chilena en 2019. De otra forma, contrabandear es no pagar impuestos. En el Foro Llao Llao en 2024, el jefe de Estado les dijo a grandes empresarios argentinos que si fugan plata del país son héroes. 

El Presidente impulsó políticas que beneficiaron efectivamente a quienes evadieron impuestos. Hablamos de los dos blanqueos de capitales, que le sirvieron como sustento económico para contener el precio del dólar. Milei es el único presidente que hizo seis meses en dos blanqueos. La reforma fue desarrollada junto a ARCA, el Ministerio de Economía y el BCRA, y buscó liberar fondos retenidos fuera del sistema, estimados entre 200.000 y 400.000 millones. 

La declaración jurada de Sandra Pettovello: el patrimonio de la ministra de Capital Humano aumentó un 60% 

“Van a poder usar los dólares sin dejar los dedos marcados”, explicó Milei al defender el blanqueo. Pero lo más polémico fue cuando el Presidente elogió a los evasores diciendo que “el que pudo zafar, genial”, y afirmó que quienes no evaden quizás “no tuvieron el talento o las agallas para salir del sistema”. 

Es difícil no asociar los elogios que él asigna a aquellos que pudieron evadir impuestos con la propia visión de sí mismo. Sería ilógico pensar que él mismo no tuvo el talento, y que esa atribución de virtud que asigna a quienes evadieron no sea una proyección de sí mismo, como se dice en psicología. Es extraño que un economista con más de dos décadas de experiencia en el sector privado, expositor internacional y figura mediática como lo fue el Presidente, posea un patrimonio que apenas supera los 200 millones de pesos.

¿Es verosímil ese relato de austeridad extrema o estamos frente a una narrativa cuidadosamente construida para alimentar una identidad política disruptiva, cercana al ciudadano común, y alejada de las “castas” privilegiadas que él mismo denuncia?

Por otra parte, su exaltación de la evasión fiscal y su desprecio por las instituciones del Estado, más allá de tensionar la legitimidad simbólica de su rol presidencial, genera conjeturas sobre la forma en la fue registrando sus ingresos a lo largo de los años con ese talento que él elogia de aquellos que lograron evadir las garras del Estado.  

Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi  

TV/ff