Elecciones 2025

El titular de UPCN explicó el apoyo de la CGT a Kicillof y a la renovación peronista

Andrés Rodríguez declaró que el peronismo tiene que diseñar un proyecto "creíble" y dijo que es posible que el gobernador de la provincia de Buenos Aires construya "un carácter nacional de candidato".

Andrés Rodríguez Foto: NA

Andrés Rodríguez, secretario general de UPCNaseguró que la renovación “firme y sostenida” del peronismo debe surgir de la autocrítica y el diseño de un proyecto “que vuelva a entusiasmar a la gente”. Además, el dirigente de la CGT declaró que Axel Kicillof tiene las posibilidades para ser el candidato natural del espacio. “Estamos en un punto cierto de inflexión”, observó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Andrés Rodríguez es el secretario general nacional de la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN), desde 1990. Actualmente también se desempeña como secretario general adjunto de la Confederación General del Trabajo (CGT). Es antropólogo social y trabaja en el Estado desde 1973, cuando tenía 22 años. En los últimos días, Rodríguez manifestó el apoyo de su gremio y de la CGT al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. “El peronismo necesita un reordenamiento, una autocrítica de lo que pasó en los últimos gobiernos”, dijo.  

Kicillof, Massa y Máximo Kirchner se reunieron para definir las fórmulas peronistas, a dos días del cierre de alianzas 

Se anunció que Lula quizás se presente a la reelección. Y la preocupación que tiene la gente a la que le gustaría que ese campo político continuase gobernando Brasil es que pase lo mismo que pasó cuando se especulaba que iba a ser candidato y finalmente lo terminó siendo Haddad, el actual ministro de Economía, pero con poco tiempo. Es decir, que no decida si va a ser o no va a ser, y luego no haya tiempo de instalar un candidato. Esto me remite cuál sería el candidato que tendría el peronismo. Dos años es poco tiempo para instalar una persona que pueda ocupar ese cargo. ¿Hay un punto a partir del cual, después de la elección de octubre, tendría que estar claro quién va a ser el candidato para que tuviera peso específico para llegar a 2027 con la mayor visibilidad posible? ¿El tiempo cuenta?

Para contestar esa pregunta, yo me remitiría a un hecho histórico que sucedió. Si bien las épocas son distintas y las realidades políticas fueron distintas, la renovación del peronismo en época del doctor Alfonsín, durante el gobierno del doctor Alfonsín, tardó aproximadamente ese par de años. Se produjo la ganancia en la provincia de Buenos Aires del doctor Cafiero y luego hubo un triángulo de renovación que estaba integrado por Cafiero, Grosso y Menem, hasta que se celebró una interna del justicialismo donde resultó claramente vencedor Menem. Y, por supuesto, eso originó la posibilidad de volver a conquistar el gobierno.

No es tanto el tiempo. Lo importante es el camino que uno tiene que andar. Si uno se pasa el tiempo durmiendo la siesta, más bien que no va a llegar nunca a la renovación. Ahora, los líderes surgen de un trabajo fuerte, tanto de los compañeros que tienen responsabilidad territorial —llamémosle gobernadores, intendentes—, como de los que tenemos conducción social, como en el caso del movimiento obrero. También tiene que haber una militancia sostenida, un reencuentro, una autocrítica, y el diseño de un proyecto que vuelva a entusiasmar a la gente y que vuelva a ser creíble para la sociedad. Ese liderazgo después se resuelve por interna, por consenso, o por lo que fuere. Pero en realidad, el proceso es anterior al surgimiento de los líderes para provocar en serio una renovación firme y sostenida como estructura de poder, con posibilidades de acceder nuevamente a un gobierno.

Me parece buena su comparación con aquel 1987. Cafiero gana las elecciones y había en la renovación tres cabezas. Una era la de Cafiero, otra la de Menem y otra la de Grosso. Pero había tres. Podríamos decir que Menem y Cafiero eran los más relevantes. También podríamos sumar, en aquel momento, a De la Sota. Cafiero había sido ministro de Economía, inclusive de Perón, y en el caso de Menem había sido gobernador de su provincia antes de la dictadura. En este caso, ¿qué figura tiene el peronismo, más allá de Cristina, que no sea Kicillof, de la estatura de candidato presidencial? ¿Se le ocurre algún otro?

Yo no quiero mencionar nombres porque cuando uno menciona nombres, en lugar de favorecer, cuando hay una distancia de tiempo hacia un objetivo, perjudica. Pero hay gobernadores. Incluso no tomo solamente los que se autotitulan estrictamente peronistas. Tomo gobernadores que están haciendo buenas gestiones en sus provincias. Tomo intendentes del Conurbano, de sectores muy importantes en materia de cuantificación de votos. Hay posibilidades de que de esos espacios surjan nombres y apellidos concretos que vayan transformándose en líderes mucho más nacionales. Esto, como digo, es un proceso.

Cuando uno está lógicamente parado en una elección de medio término, como la que se viene ahora en septiembre en los distritos de la provincia y luego en la nacional de octubre, parece que todo fuera apocalíptico. Pero son pulseadas naturales, todavía en una realidad del peronismo que sale de una derrota y que, indudablemente, tiene que reconstruir una victoria. Y todo eso genera zozobra, incertidumbre y pulseadas. Pero, una vez aclarado esto, se puede construir entonces un camino que lleve hacia un reordenamiento. Y esto es lo que va a suceder, a mi modesto entender.

Sonrío porque el lenguaje pulcro y refinado del antropólogo en un sindicalista ilumina la conversación. Sigo en esa línea de los gobernadores. Hay gobernadores que tienen la posibilidad de ser electos y aquellos que no, y ese es un punto crucial. Entonces, uno podría decir hasta existe la posibilidad de unir el peronismo cordobés, por ejemplo, o existen sectores que podrían formar una alianza —como fue el caso de Lula en Brasil— como parte del radicalismo y sectores más de centro o de centro-derecha, contra Javier Milei. Pero todos ellos tienen posibilidad de ser electos. El que no tiene la posibilidad de ser electo es Kicillof, que, al mismo tiempo, está en la provincia que representa el 38% del total de los votos. ¿No es Kicillof el candidato natural, por sobre todos los demás, y la pelea en el fondo es una discusión con Cristina Kirchner y Máximo Kirchner?

Podría ser, por supuesto. No hay nadie que lo pueda desmentir. Lógicamente, tiene que seguir gobernando dos años y atravesar ese período, más allá del tema particular de la elección de medio término, tanto provincial como nacional. El peso de la gestión tiene importancia. Es decir, ¿tiene las posibilidades? Sí, por supuesto que sí. Es un hombre joven, es un hombre que está parado en la provincia de Buenos Aires, que es uno de los baluartes históricos del peronismo. Indudablemente, todo esto puede darse. Ahora, todavía está por verse el paso final, pero es factible. 

Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires. 

De cualquier manera, también hay gobernadores que, incluso a pesar de que tuvieron que recurrir a la construcción de otra fuerza política para ganar en su provincia, tienen origen peronista y han militado en el peronismo. Así que también están dentro de lo que puede ser el conjunto de líderes territoriales. 

¿Y a cuáles se refiere que no tengan la posibilidad de ser electos?

La reelección no significa inhibirse el día de mañana si el camino está trazado para ser candidato nacional. 

Estamos de acuerdo. Acá el antropólogo me juega en contra, porque yo quiero llevarlo a definiciones y usted utiliza su lenguaje florido para llenarme de palabras pero sin conceptos. 

No lo hago desde la antropología, lo hago desde la política. Es de mal político dar nombres a destiempo.

Se lo pongo de esta otra manera. Es un gobernador que no puede ser reelecto en la provincia de Buenos Aires, que ya fue ministro de Economía. Si no es candidato a presidente, ¿no se convierte automáticamente en un "pato rengo" a partir de diciembre? El tema de la provincia de Buenos Aires va a ser quién va a ser el candidato a gobernador de la provincia. Usted mencionaba intendentes, y supongo que de allí surgirían los que tienen vocación de gobernar la provincia de Buenos Aires. Pero si Kicillof no es candidato a presidente, ¿se convierte automáticamente el gobernador en un pato rengo?

Pero el desafío está. Puede ser la hipótesis que usted dice, como puede ser una hipótesis donde él se reafirma en su poder y construye, indudablemente, un carácter nacional de candidato. Por eso digo: estamos en un punto de inflexión. Vamos a ser sinceros, de los gobiernos anteriores, sobre todo el último, todavía no hay una suerte de autocrítica fuerte y sincera, respetando las realidades que tuvimos que atravesar, pero que indudablemente lo que menos se hizo, tal vez, fue una política del peronismo. Me refiero a la política de buscar resolución a los problemas de la gente, de buscar un montón de trabajo como corresponde, digno y formal. Con todo eso que quedó en agua de borrasca es lo que tal vez la mayoría de la sociedad vio un maderamen que pasaba por el río y se aferró. Esta es la consecuencia del gobierno actual. Pero, de cualquier manera, eso no quiere decir que no se pueda reconstruir otro proyecto con historia dentro del peronismo.

Elizabeth Peger: Lo cambio de tema para llevarlo más que nada a la postura de la CGT respecto de la actual situación económica y sociolaboral de la Argentina, en el marco también donde empiezan a aflorar algunos problemas o dificultades políticas, como los reclamos de los gobernadores y el malestar creciente por el cierre de algunos organismos. ¿Cómo se va a plantar la CGT de cara a esos nuevos cambios en el escenario que aparecen?

La CGT es una entidad que tiene una filosofía de formación, por lo menos desde el ideario del peronismo, basada en la búsqueda del consenso y del diálogo, que son los resortes que menos costo político tienen cuando uno los ejerce con responsabilidad. Ahora, la CGT lamentablemente se encontró con un paredón con este Gobierno. Las pocas veces que fue convocada para tratar los temas de la agenda, no hubo ninguna solución. Y fue la única institución, hasta ahora, que como organización generó mecanismos de acción directa, no solamente en paros y movilizaciones propios del mundo laboral, sino también acompañando a otras manifestaciones sociales que fueron muy importantes en el correr del año pasado y lo que va de este.

La CGT repudió el cierre de Vialidad Nacional 

Y se está notando, lógicamente, que cada vez se complica más la realidad. No que se está mejorando, al contrario. Es decir, lo que se padecía como un plan económico en el segundo semestre que, solamente con el resultado de la baja inflacionaria, iba a traer una salida para la Argentina, no se está viendo. Al contrario, se está deteriorando. Hay baja del consumo, hay deterioro de los ingresos de los trabajadores, hay expulsión de mano de obra, hay parate en la producción de muchas actividades y hay importación indiscriminada de productos que perjudican a la industria nacional. Como bien se está diciendo, los gobernadores también se están aglutinando para reclamar recortes de recursos que les impiden luego su gestión gubernamental. Esto está trayendo una reacción nueva, o más fuerte, que la que pasaba tal vez en el segundo semestre del año pasado.

Nosotros, como CGT, tenemos que evaluar el día a día. Tenemos que ir viendo, porque no se puede estar ni en conflicto permanente, ni en una negociación que no dé resultados. Entonces, nosotros dosificamos, dentro de ese tiempo, un comportamiento que permita ir reclamando lo que consideramos justo, y por supuesto, determinando acciones que acompañen ese planteo. Veremos cómo evolucionan, de acá en más, todas estas circunstancias. Estamos entrando también en un período electoral, lo cual también genera una inclinación hacia otro espacio, en este caso de la política. Por lo tanto, todo esto es lo que marca el comportamiento propio de la CGT y del movimiento obrero argentino.

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