Jorge Taiana: "Le vamos a ganar a Milei en la Provincia y en el país"
Para el primer candidato a diputado de Fuerza Patria en la provincia de Buenos Aires, "el peronismo sigue vigente porque respondió a muchas aspiraciones de la sociedad, aunque ahora se aleja de su espíritu movimentista".
Jorge Taiana, primer candidato a diputado nacional de Fuerza Patria por la provincia de Buenos Aires, se muestró confiado de cara a las elecciones de octubre en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3). Para el ex canciller, el triunfo depende de “actualizar la relación con la sociedad, con el hombre común, con la gente de a pie”, escuchar sus problemas y buscar soluciones concretas ante la profundización de la crisis económica y social que, según él, el gobierno actual no ha logrado controlar: "El gobierno se hizo cargo de una realidad compleja, pero lo cierto es que ha profundizado la crisis".
Jorge Taiana fue canciller entre 2005 y 2010, durante las presidencias tanto de Néstor como de Cristina Kirchner. Posteriormente, se desempeñó como legislador en la ciudad de Buenos Aires entre 2013 y 2015. Fue presidente del Parlamento del Mercosur entre 2015 y 2019, senador nacional en 2019, ministro de Defensa de la Nación en 2021 durante la gestión de Alberto Fernández, y antes había sido secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la OE en 1996, embajador en Guatemala en 1992, entre muchos otros cargos. Se desempeñó como docente en múltiples universidades. Dirige el Centro Internacional de Estudios Políticos de la Universidad Nacional de San Martín y ahora es el primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, por la lista peronista de Fuerza Patria.
La canción que recién colocábamos decía: "las cosas fundamentales siguen funcionando según pasan los años". Es una canción de amor, pero aquí estamos jugando a llevarla al terreno político con tu trayectoria. ¿Crees que hay cosas fundamentales que se mantienen en la relación entre la ciudadanía y los representantes, en este caso el peronismo? ¿Y cuáles serían esos elementos invariables?
Me parece que hay cosas perdurables en la relación entre el peronismo como movimiento político y la sociedad. Quizás la principal característica es que ha sido más un movimiento político que un simple partido político, aunque debemos reconocer que en los últimos años se ha ido volviendo más un partido político y ha perdido parte de sus características movimentistas, lo que quizás le ha quitado riqueza. Eso en parte es algo de lo que explica la derrota electoral del 23. Es decir, un distanciamiento en parte de la dirigencia política del peronismo, en forma global, de lo que era su base peronista. Eso me parece que es lo que vale la pena.
¿Por qué el peronismo ha seguido funcionando en la sociedad? Bueno, porque expresó muchas de sus características, expresó muchas de sus aspiraciones y dio respuesta a muchas de esas aspiraciones. Cuando no da respuesta a esas aspiraciones, parte de la propia base que votaba el peronismo, se aleja o no lo vota, o se aleja de la participación electoral, y el peronismo siente ese distanciamiento, ese rechazo.
Dos reflexiones ahí. Por un lado, movimiento y no tanto partido; y por el otro lado, satisfacciones concretas de las demandas. Pareciera ser dos cosas. Cuando uno mira el mundo, ningún movimiento dura más de 70 años, y ahí te pregunto: ¿qué otro movimiento dura? Y dos, no hay ningún político en el mundo que pueda satisfacer las demandas actuales, porque finalmente lo que hay es una crisis del sistema económico, en el cual continuamente se concentra la renta en el 1% más rico del planeta. Y ningún partido político logra romper eso por la universalidad de las taxaciones. Es decir, las personas más ricas colocan sus patrimonios en lugares donde los impuestos son mucho menores. Es decir, ¿hay forma de que un movimiento dure más de 70 años? ¿Y hay forma de que alguien pueda satisfacer las expectativas de darle soluciones a la sociedad con lo que pide en las cosas grandes? No me refiero a construir una autopista, sino a las cosas grandes.
Es una pregunta compleja. Yo podría decirte que el Partido Republicano de Estados Unidos fue fundado por Lincoln, o sea que tiene ya como 150 años de vigencia. Lo que pasa es que los movimientos tienden paulatinamente a transformarse en partidos, con lo cual pierden parte de su multiplicidad, de su riqueza, pero a veces ganan en institucionalidad. Claro, eso es un proceso complejo, y no siempre las sucesiones son fáciles; y menos cuando son partidos que se han basado en liderazgos de tipo carismático. El liderazgo debiera dejar pasar a un liderazgo más burocrático pero eso no siempre sucede.
En el interior, el peronismo llega al cierre con tensiones
Y, en todo caso, América Latina, sobre todo más que cualquier otra parte del mundo, es un lugar en donde el presidencialismo y el liderazgo de los presidentes tiene una fuerza y una potencia que no reconoce muchos similares en el resto del mundo. Quiero volver sobre lo que vos señalaste respecto a la característica del crecimiento de la desigualdad, es decir, la concentración de la riqueza y la universalidad de la taxación, la imposibilidad de taxar a las grandes empresas y a estos grandes gigantes. Yo creo que estamos viviendo en eso una época de mucho cambio. Como decía el Papa Francisco, no es una época de cambio, sino un cambio de época. Y en eso creo que vamos a encontrar los remedios, las sociedades van a encontrar los remedios para disminuir esa desigualdad que es escandalosa.
De la misma manera que para lograr una regulación de estos grandes monstruos tecnológicos que han crecido en los últimos 40 años. Y que a veces parece que están por encima de los estados. De hecho, las 10 principales tecnológicas tienen un producto bruto interno más grande que China. Qcreo que vamos a ir encontrando respuestas a eso. Estados Unidos, cuando hizo la Ley Sherman antimonopólica. Está bien, es un país, y no es este fenómeno global de que vos te vas a un paraíso fiscal o una guarida y eludís, pero yo creo que le vamos a encontrar la vuelta porque lo que estamos viviendo ahora es que estamos en pleno cambio de esa revolución tecnológica. Y yo insisto en eso porque eso empezó ya hace varias décadas, pero sigue.
Y entonces, desde el mundo sin teléfono, que nos parece ya tan lejano, resulta que hace 5 años hablábamos de la robótica o de los robots, y ahora hablamos de la inteligencia artificial, y estamos comenzando a hablar de la biología sintética. Es decir, ese cambio sigue. Los cambios, en general, en el mundo, tienen dos características: son producidos, la mayoría de las veces, por sectores con mayor desarrollo relativo, o sí, por los que tienen más poder, más inteligencia, más acumulación de fuerza, pero después hay un proceso de expansión y de universalización de esos cambios. Creo que esta revolución tecnológica que estamos viviendo tiene esa doble característica: dispara la desigualdad, pero al mismo tiempo facilita la dispersión de esa tecnología en un plazo relativamente breve. Es decir, creo que es más fácil tener tecnología de punta hoy para un país que tenerla en el siglo XVII para un país de Latinoamérica, me parece. Y creo que eso es lo que estamos viendo.
¿Hay alguna estabilidad? El régimen de China ya cumplió más de esos años y busca, a los 100 años, en el 49, tener una China más o menos desarrollada, y sigue creciendo. India, que tiene un sistema político muy distinto al de China, pero que también es otro país-continente, y los dos países, el país más poblado del mundo, ya ha superado a China, tiene otro sistema político, pero también está atravesando un periodo de crecimiento y de distribución de la riqueza, que alcanza niveles, o la desigualdad alcanza niveles horribles.
Te veo optimista. ¿Qué crees que va a pasar en octubre y cuánto de lo que va a pasar en octubre significa algo para 2027?
Primero una aclaración: soy optimista y soy optimista particularmente respecto de la Argentina, no en lo inmediato. Creo que la Argentina está atravesando una situación malísima, conversamos de eso, pero creo que en el mediano plazo, y viendo el mundo que viene, es un país que tiene posibilidades por distintas razones: por razones geopolíticas, por ubicación, por recursos, por nuestro carácter bicontinental, por estar cerca de una de las pocas partes de los océanos que no están devastadas, por tener recursos naturales, por tener una población que creo que tiene ciertas cualidades importantes. Nosotros somos un país que hemos hecho algo que el mundo muestra que no es tan sencillo: la convivencia y el sentido de pertenencia de muy distintos grupos étnicos, religiosos, nacionales, y lo hemos logrado, por supuesto, con déficit, pero lo hemos logrado de una manera que en muchas partes del mundo no solo no se logró, sino que se están reactivando enfrentamientos tremendos.
Así que yo soy optimista en el mediano plazo. Claro, hay que cambiar la política, eso seguro. Si usamos la política de desperdiciar lo que está ofreciendo este mundo como posibilidades, no nos va a ir bien. Pero yo creo que eso la Argentina lo va a corregir más temprano que tarde. Este intento reaccionario, en el sentido estricto de la palabra, de querer volver atrás todo, de desconocer el Estado, de desconocer la idea de justicia social, de desconocer el carácter regulatorio entre intereses que tiene que tener un Estado que sirva al bien común, de desconocer el humanismo como uno de los centros del pensamiento que ha dejado tanto las principales religiones como el pensamiento laico que viene, por lo menos, desde el siglo XVII. Creo que todo eso nos hace un país interesante y con perspectiva. Ahora, en lo inmediato yo creo que vamos a ganar las elecciones a nivel nacional y a nivel provincial.
¿Por qué creo que vamos a ganar las elecciones? Bueno, porque tenemos que hacer un esfuerzo grande, que creo que estamos comprendiendo y poniéndolo en marcha, de actualizar primero la relación con la sociedad, con el hombre común, con la gente de a pie. Tenemos que escuchar, y estamos escuchando, tenemos que estar cerca de ellos. Tenemos que comprender sus problemas, y tenemos que ir buscando soluciones, y, en todo caso, tratar de evitar que se profundicen los males que el propio gobierno esté infligiendo, porque es cierto que el gobierno se hizo cargo de una realidad compleja y con una crisis importante, pero lo cierto es que ha profundizado la crisis.
Yo creo que eso es enormemente cierto; no es que ha solucionado, bajó la temperatura, le puso un paño con hielo en la frente, entonces la fiebre parece haber bajado, bajó la inflación. Entonces dice: "Hay superávit". No hay superávit fiscal. Si tomas las cuentas de lo que se paga en la deuda, resulta que hay un déficit de 1% contra un superávit del 11 que te dice el gobierno. O sea, que hemos puesto en sordina los problemas, pero se van agravando. Y el fracaso del plan financiero, porque este gobierno no ha tenido más que un plan financiero, básicamente basado en mayor endeudamiento y en extraerle más a los que menos tienen, es un gobierno profundamente injusto, y esa injusticia que está acompañada muchas veces de una crueldad, que es una palabra que también ha puesto de moda los gobiernos, ha puesto de moda no porque ellos quieran, sino porque es la realidad de lo que hacen, a veces sufren de ello.
El peronismo y su capacidad histórica de sumar
Pero eso creo que está cediendo ante lo que es imposible de ignorar: el retroceso del salario, el retroceso del trabajo con derechos, el crecimiento de las formas muy precarias de trabajo, el hecho de que una enorme parte de la población no tiene ingresos que cubran una canasta básica, el empobrecimiento de las provincias a las que se les niega el dinero que les corresponde, la paralización de la obra pública, que es una cosa irracional, porque además, cuando uno detiene una obra pública, volver a ponerla en marcha es muchísimo más caro y muchísimo más difícil.
No hemos hecho ni siquiera lo que el gobierno dice que alienta, que son los gasoductos para poder exportar el gas. No digamos de ponerle valor agregado al gas y hacer fertilizantes.Ni siquiera hacemos la reconversión del gasoducto al norte para exportarle gas a Brasil. Es decir, la paralización de la obra pública es una medida muy negativa y muy inquietante respecto de lo que piensa del país el gobierno, porque supongamos que hubiera algunas restricciones, pero lo cierto es que hemos paralizado vialidad Nacional.
Es decir, creo que el deterioro de la vida de los argentinos es muy serio, y creo que, en contra de lo que dijo el presidente, que mintió; no es que está cumpliendo lo que dijo. El presidente dijo que iba a ser un ajuste. El Presidente dijo que ese ajuste no lo iba a pagar el pueblo, las mayorías, sino algo así como la casta, que no se sabía si eran los políticos o quiénes; pero lo cierto es que lo está pagando la gente que menos tiene, y lo está pagando muy duramente. Mientras tanto, baja el impuesto a los bienes personales. Creo que le hace mal al país y fomenta además, con sus insultos, con sus agravios, con su descalificación del Congreso, con su descalificación de los periodistas, y creo yo, que salvo excepciones, las cuales te destaco, no he encontrado la respuesta que merece ni en la sociedad ni en las propias asociaciones de periodistas, que se han, creo yo, limitado ante un ataque que es descalificador y muy impropio de un presidente de la República.
RM/MU
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