A 15 años del caso "El Mensajero", la sentencia histórica que marcó la lucha contra el lavado de dinero en Argentina
El desafío actual va más allá de los bolsos de efectivo o las inmobiliarias, e incluye también criptomonedas y paraísos fiscales digitales. Aun así, los principios establecidos en la primera condena continúan siendo la base de la integridad financiera de la Argentina contemporánea.
El calendario judicial argentino guarda una fecha grabada a fuego: el momento en que, por primera vez, los tribunales lograron desentrañar la compleja red de ingeniería financiera que permitía al crimen organizado "limpiar" sus activos. Se cumplen 15 años de la sentencia que marcó en la persecución de los delitos financieros en el país.
Al momento, el lavado de dinero era un concepto técnico, casi etéreo, que figuraba en los códigos pero que rara vez terminaba en una condena efectiva. La justicia solía concentrarse en el "delito precedente" (el robo, el fraude o el narcotráfico), pero ignoraba la ruta del dinero que permitía a los delincuentes disfrutar de sus ganancias ilícitas.
El caso generó cobertura en redes y prensa salteña, con énfasis en la vulnerabilidad de menores en zonas urbanas
El caso que lo cambió todo
La sentencia fundacional se dictó en el marco de una investigación contra una organización narcocriminal con base en la provincia de Salta, conocida mediáticamente en su momento por sus conexiones internacionales. El tribunal no solo juzgó la comercialización de estupefacientes, sino que dio el paso audaz de desglosar cómo el dinero obtenido de la venta de cocaína se reinsertaba en el mercado legal: "La condena no solo fue un castigo penal, sino un mensaje al sistema financiero: el anonimato de las inversiones de origen oscuro había terminado".
Allí, la fiscalía logró demostrar que la compra de inmuebles, vehículos de alta gama y la creación de empresas de fachada no eran hechos aislados, sino parte de una estructura sistemática de blanqueo.
Después de esa primera sentencia, el marco normativo argentino ha evolucionado drásticamente. Así, lo que en aquel entonces fue una labor artesanal de los peritos contables y fiscales, hoy se apoya en la Unidad de Información Financiera (UIF) y en leyes de cumplimiento (compliance) mucho más estrictas. Aquella decisión judicial de hace 15 años obligó a los bancos, escribanos y concesionarias de autos a convertirse en "sujetos obligados".
¿Por qué fue tan difícil llegar a esa sentencia?
Complejidad probatoria: Seguir el rastro del dinero requiere una pericia que la justicia tradicional no siempre poseía.
Falta de jurisprudencia: Al ser la primera vez, los jueces no tenían "hoja de ruta" sobre la figura del lavado.
Arte y lavado de dinero: una ley estadounidense resulta sospechosa
Presión del crimen organizado: Las estructuras de lavar millones suelen tener tentáculos en el poder político.
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