Efemérides

A 60 años de la Tregua Andina entre Argentina y Chile: cómo desactivaron una crisis fronteriza que amenazaba con guerra

La madurez diplomática de las cúpulas de gobierno permitió transformar una situación al borde del abismo bélico en una hoja de ruta para la resolución pacífica.

Argentina y Chile lograron un acuerdo clave para evitar la guerra por sus disputas limítrofes Foto: CEDOC

El año 1965 marcó un punto de inflexión crucial en las tensas relaciones bilaterales entre Argentina y Chile, un hito diplomático que, al día de hoy, cumple seis décadas de haber consolidado la paz. A lo largo de décadas, la demarcación de su extensa frontera andina, particularmente en las zonas australes y patagónicas, había sido un potencial conflicto.

Sin embargo, en un momento de escalada que amenazaba con derivar en una confrontación militar abierta, ambos países lograron imponer la diplomacia y alcanzar un acuerdo trascendental que desactivó la crisis inminente.

La situación se tornó particularmente delicada con la intensificación de las patrullas militares en las zonas en litigio

Las disputas territoriales

Las disputas limítrofes, heredadas en gran medida de interpretaciones divergentes del Tratado de Límites de 1881 y de las subsiguientes sentencias arbitrales, se habían reactivado con intensidad a mediados de la década de 1960. Al intensificarse las tensiones, los principales focos de conflicto que agudizaron el clima prebélico incluían:

-La Zona del Río Encuentro/Palena: La discrepancia sobre la aplicación del principio de la "divisoria de aguas" o la "más alta cumbre" en esta área generó una situación volátil.

-El Sector del Lago del Desierto: Aunque la resolución definitiva de este punto llegaría más tarde, la tensión general sobre la soberanía en la Patagonia se palpaba en 1965.

La situación se tornó particularmente delicada con la intensificación de las patrullas militares en las zonas en litigio, llevando a roces y a una peligrosa acumulación de tropas en ambos lados de la frontera.

La diplomacia evita el desastre

Ante el riesgo real de un enfrentamiento armado, que habría tenido consecuencias devastadoras para ambos países, los gobiernos de la época optaron por la vía de la negociación. El acuerdo alcanzado en 1965 se centró en:

-Desmilitarización y retiro de tropas: La medida más urgente y efectiva fue el compromiso de ambos países de retirar sus fuerzas militares de las áreas de disputa. Esto implicó una desescalada inmediata de la tensión y un retorno al statu quo ante bellum.

-Compromiso con el arbitraje: El acuerdo reforzó la intención de ambas naciones de someter las disputas territoriales pendientes a mecanismos de arbitraje internacional. Al delegar la decisión de soberanía a una tercera parte imparcial (generalmente la Corona Británica), se eliminaba la necesidad de una solución.

-Mantenimiento de la paz: Se reafirmó el compromiso con los principios de coexistencia pacífica y la no agresión, un paso esencial para reconstruir la confianza mutua.

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El éxito de la negociación de 1965 fue un triunfo para la sensatez y la prudencia política. Demostró que, incluso en el clímax de una disputa territorial, la voluntad política de evitar la guerra puede prevalecer sobre las presiones internas.